El rugido del motor cesó, y suspiré.
-Geoffrey... ¿cómo se supone que volveré a casa?- pregunté sin observarlo. Él no respondió y arqueé una ceja.
Cuando dirigí mi mirada a su rostro, se encontraba plácidamente dormido y acurrucado sobre el cristal.
-Genial- gruñí.
Guardando las llaves del coche en el bolsillo de mi chaqueta, abrí la puerta del conductor y me bajé preguntándome qué diablos debía hacer.
Caminé hasta el otro lado y abrí la puerta.
-Geoffrey- moví su hombro con temor irracional. -Despierta, ya llegamos.
El frío en la acera me helaba el trasero, rezongué cuando noté que él ni se percataba de mi llamado.
El castaño
suspiró entre sueños y de un momento a otro, tomó mi brazo arrastrándome hasta su regazo, y cerrando la puerta detrás de mi.
Impactada y estática lo observé con mi mayor cara de "¿qué demonios haces, friki?"
-Me estoy enfadando Geoffrey Rojas, más te vale que te bajes del maldito coche, me pidas un taxi, y pueda largarme de aquí- le gruñí intentando apartarme pero ajustó su agarre.
Seguía con los ojos cerrados pero aquella maldita sonrisa seguía ahí.
Y de repente, se me ocurrió una idea.
Me senté a horcajadas, y acaricié su mejilla con mis labios. Él se estremeció al instante... novato.
Acerqué mi rostro al suyo, controlando mi respiración con sutileza. Cuando estaba a una distancia poco prudente de su boca, el abrió los ojos fundidos en deseo.
Oh oh... eso no me lo esperaba.
Mi patético plan se esfumó y me quedé observándolo.
«¿Qué estas haciendo?»
Él sonrió y cualquier idea o pensamiento racional se fue a tomar viento. ¿Cómo es que provocas esto en mí, patético-hombre-desafortunado-y-hermoso?
-Pediré un taxi- dijo con voz ronca y sin dejar de mirarme. Su voz sonó tan... íntima,... que ni siquiera lo que dijo pudo bajarme de la nube dónde me encontraba.
-Bien- asentí y con mucho, mucho esfuerzo, despejé la mente.
Abrí la puerta de nuevo, y me bajé del asiento copiloto, esperando a que él también lo hiciera.
No entiendo una mierda, ¿qué pretende? ¿qué pretendo? ¿porqué coño me tiene tan confundida?
{Narra Geoffrey}
Oh dios... ella estaba,... sobre mí. Su hermosa y suave boca... en la base de mi cuello, mi mejilla... diablos.
¿Porqué se apartó?
«Aun estas casado» me recordó fríamente alguna parte de mi. «Aun amas a Becca, olvídate de ésta stripper, no tienen futuro juntos» agregó agriamente.
Me bajé del coche, y con un tintineo de llaves, __________ activó la alarma.
Contoneando las caderas, caminó hasta el porche de mi casa... segura y decidida. Vaya pedazo de mujer...
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