22. Confrontacion

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Su corazón se detuvo por unos instantes, así como su respiración, su mente y cada célula de su cuerpo. Sus ojos no creían lo que estaba pasando. Su mejor amigo estaba apuntándole, sin reconocerla, dispuesto a atacarla en cualquier momento. No podía despegar la vista de aquellos ojos negros, sin brillo, ausentes de cualquier rastro de que Hax estaba ahí y eso solo era una broma. No, en ellos solo había odio, desprecio, oscuridad en el estado más puro.

- M... Ma.. Hax.... ¿Que estás haciendo? -dijo ella con total terror.

Nada. Ni respuesta, ni movimiento de cabeza, ni siquiera una mueca. Solo silencio, un silencio que existía solo entre ellos dos, entre todo el caos que aún había en el estadio.
Las personas todavía estaban siendo evacuadas, había zonas que ya estaban totalmente vacías, pero en varias partes aún se amontonaba gente tratando de escapar. Los incendios y derrumbes abundaban por todo el Holly Ground, los gritos llenaban el aire de una tarde que pretendía ser de fiesta, y termino en un completo desastre. En el cielo el sol empezaba a caer y teñía todo a su paso de tonos naranjas, las nubes brillaban de ese intenso color anaranjado, una postal hermosa para una situación horrible.

- ¡Ey!¡Soy yo! ¿No me reconoces? -exclamó desesperada.

Al igual que antes, ni la más mínima respuesta, la misma postura tensa, sus ojos sombríos y su X-Glove refulgente en flamas violetas, que comenzaban a ponerse más intensas, señal de que el ataque se estaba preparando. Iris no pudo contener su llanto, las heridas, el virus, la perdida de fuerza en sus brazos, nada de eso importó por qué logró afirmarse y mirarlo más fijamente. Ese no era su amigo, esa persona frente a él era un desconocido, no había recuerdos felices, no existía la amistad tan pura que siempre habían tenido. No. Frente a ella solo había alguien intentando matarla. Se dió cuenta de que ya no había nada para hacer. Ella, indefensa, el, consumido por su poder. No había nadie allí para hacer algo, los encargados de Kingdom seguían evacuando gente y apenas se habían fijado en lo que paso dentro del estadio, aunque la gran destrucción de uno de los lados no había pasado desapercibida. Solo podía mirar como aquella persona a la que tanto quería, ahora estaba a punto de ponerle punto final a su vida. Sintió la intensidad del fuego negro en su piel lastimada, como el calor iba causando más dolor en las heridas abiertas en sus brazos, piernas, pecho y cabeza. La intensidad de las llamas al límite le advirtió lo que sucedería. La luz se intensificó tanto que ella decidió cerrar sus ojos. No quería ver el rostro de su mejor amigo haciendo algo irremediable. Y de repente todo se apagó. Dejó de sentir el calor del fuego y el hervir de la sangre en sus heridas.

-¿Así se siente estar muerto? -preguntó en voz alta para sí misma.

-¡Todavía es muy pronto para que mueras!

Una voz femenina, una voz que había escuchado millones de veces. Entonces abrió sus ojos de golpe y lo vio. Demian Hartflame con rayos de electricidad verdes recorriendo su cuerpo, flotando frente a ella justo donde estaba Hax segundos antes, en postura de haber asestado un gran golpe. En su cara divisó una expresión de dolor, miedo y enojo, todas juntas en unos ojos determinados. La incredulidad se apoderó de ella, su boca se abrió lentamente en expresión de asombro y una vez más sus ojos se llenaron y rebalsaron lágrimas. Miro hacia su derecha y vio como Hax había salido volando por el golpe y se habia estrellado contra unos escombros. Luego siguió el camino por donde había escuchado aquella voz tan reconocible y vio que tras Demian se levantaban pilares de hielo intercalados, uno en uno, en direcciones opuestas. Tras ellos Melody se acercaba deslizándose en el hielo, con su cabello negro y celeste ondeando de un lado al otro y en un momento estuvo a su lado. Demian también se había reincorporado y se acercó a ella para ayudarla a sentarse.

-Iris dime qué no te hizo nada y que llegue a tiempo por favor. -preguntó el joven con algo de miedo.

Ella aún con su cuerpo en la miseria se abalanzó sobre ellos, los abrazo con la poca fuerza que tenía y se rompió en llanto. Melody acaricio su pelo y Dem su espalda, ambos le hicieron sentir su protección y se separaron. Luego, Mel tomo su rostro con ambas manos y hablo con ella.

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