...Sexta historia. Y hay algo distinto en esta, a diferencia de las otras. Si llegas con nosotros hasta el último capítulo, sabrás de qué se trata. Prosigamos...
- Lamento haber roto tu jarrón, mami. No alcancé a quitarme.
- No importa, cariño. Nada más ten más cuidado para la próxima.
La madre tenía a su hija sentada en su regazo, ya que la niña se sentía culpable por haber roto uno de los adornos favoritos de su madre, regalo que había recibido hacía ya unos años. Sin embargo, a su madre no le molestaba tanto. Ella pensaba que su hija aún era una niña bastante pequeña: sólo tenía cinco años, por lo que podía perdonarle ese accidente.
- Prometo hacerte uno muy bonito, mamá. Tendrá muchos colores, y a ti y a mi dibujadas en él.
- Está bien, hija. Lo esperaré ansiosa. Pero por ahora ya no te moverás. Hora de ir a la cama, nena.
- Pero, mami, aún quiero seguir jugando...
- Te prometo que haremos lo que tú quieras, ¿ok?
- ...Ok. ¿Me lo prometes por el meñique?
- Te lo prometo por el meñique.
La madre le dio el mencionado dedo a su hija, y la niña fue dando saltitos alegres hacia su cama. Mientras, su madre recordaba todo lo que había tenido que pasar para tener a su hija. Hubo muchos problemas y discusiones con otras personas, y al principio había sido un amor de un solo lado, lo que significaba que era un amor no correspondido. Amaba a su esposo, pero tuvo que pasar por las duras y las maduras para que él la amara de vuelta. Pero al final, todo había valido la pena: ahora tenía un buen marido, una casa en donde vivir, buena salud, una familia hermosa, y una preciosa hija que amaba con toda su alma.
Acompañó a su hija hacia la cama, donde se acomodaba. ¡Qué linda se veía! Cuando ella tenía su edad también era muy bonita. Su hija salió más a ella que a su marido, pero sacó los ojos de él, unos preciosos ojos grises. La niña subió a la cama y quitó las sábanas, pero no se metió dentro de ellas.
- Mami, ¿me puedes contar una historia antes de dormir?
- Mmmhhh... Está bien, pero sólo si prometes que cuando acabe te dormirás.
- ¡Sí!
- Bueno, ¿qué historia quieres que te cuente?
La pequeña niña sonrió emocionada al contestar:
- De cuando tú y papi se conocieron.
Su madre se quedó sorprendida.
- ¿Por qué quieres que te cuente eso?
- No sé, solo porque sí. Tú y papi se quieren mucho, y quiero saber como ocurrió todo.
Su madre levantó la vista hacia un reloj. Marcaba las nueve. ¿Tenía el tiempo suficiente para relatarlo todo? ¿Realmente quería contarlo?
- Sí -se respondió en la mente- No puedo resistir esta sonrisa tan linda. Y de todos modos... En algún momento tendría que saber. Si tiene que saber todo esto, quiero que sea a través de mí, de su madre. Nuestra vida no debe de ser un secreto, pero... espero que no me desvalore por lo que hice... Por todo lo que pasó.
De repente, la madre se percató de algo. Su casa era bastante agradable y grande, pero la intrigaba el silencio que había. Para la hora que era, se le hacía muy extraño que aún no llegara nadie. Pero claro, todos tendrían cosas que hacer. En cualquier momento volvería alguien.
Tomó la sábana de la cama y tapó con ella hasta el cuello a su hija. La pequeña se veía encantadora cuando sonrió y cerró los ojos, en señal de que le gustaba. Luego la niña volvió a abrir los ojos y miró a su madre en espera de la historia.
- Bueno, bueno, chiquilla traviesa. ¿Qué te debería hacer por ese jarrón perdido?
Le hizo cosquillas, causando la inmediata risa y pataleos de su hija, quien gritó y rió en busca de liberarse. No fue hasta que su progenitora la dejó en paz, que pudo respirar a gusto.
- Ahh, ahh... Está bien, mami... Tendré más cuidado...
Eso la diferenciaba de muchas otras madres: era mucho más difícil hacerla enojar que a otras señoras, y respondía a las provocaciones de su hija con cariño y risa, más que con agresión. Y por el momento funcionaba: su hija también era alegre y tierna.
- Bueno, basta de juegos.
Le siguió incordiando la hora que era, pero le alegraba sobremanera que alguien le preguntara sobre como había conocido a su marido. Cuando a alguien le ocurre algo bueno en el amor, suele sentir un enorme impulso de contárselo a todos, y sentía que su hija sería muy buen público. Pero de todos modos, seguía pensando que eran bastantes cosas por las que había pasado para contarlas en una sola noche. Bueno, si tenía que empezar, le contaría todo lo que pudiera.
Cerciorándose de que aún no hubiera vuelto nadie, se sentó cerca de su hija. Le acarició la mejilla y le dio un beso en la frente.
- No sé cuanto me vaya a tardar, hija; pero ponte cómoda, porque de seguro nos quedaremos aquí un largo rato. Es una muy larga historia, que incluye a casi, si no es que a todas las personas que conoces.
- ¿Todas?
- Sí, aunque no todas hicieron bien. Unas nos pusieron obstáculos, pero al final salimos adelante... Al menos yo salí adelante. No vayas a pensar mal de nadie hasta que termine, ¿está bien?
- Ok, mami.
- Veamos, ¿cómo comenzó todo...?
Mientras trataba de recordar, le vinieron a la mente muchísimas imágenes de lo ocurrido, memorias de varios años de recuerdos, sentimientos y personas. Se llevaba bien con unas, no tan bien con otras, y hubo peleas entre casi todos. Las decisiones que toma uno, así como las que no, son las que causan y cambian el rumbo de una vida, para bien o para mal.
Si las decisiones que tomaron ella y su marido fueron buenas o malas... Bueno, eso está por verse...
- De acuerdo, creo que podemos empezar así...
Preparándose mentalmente, y bajo la atenta y expectante mirada de su hija, empezó.
- Había una vez una casa, en la que había diez hermanas que se peleaban por todo. Podían estar felices en un momento y luego pelearse en otro. Así es el mundo entre hermanas. Todas tenían cosas que les gustaba hacer, y rara vez podían hacerlas con alguien más. Pero tenían un hermano, un solo hermano, quien se sacrificaba por ellas y hacía lo que ellas querían. Tal vez por eso empezó todo, tanto para mí como para todos y todas las demás, causando que nuestras vidas comenzaran...

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¿Me querrá él a mí? (FECOWA)
Romance(No es de No Such Luck) Después de lastimar y ser lastimado, Lincoln se va de la casa Loud. Y tras un largo período de tiempo, vuelve, creando un caos en su casa. Y sus hermanas, que no saben como actuar frente a él, ocultan sus más profundos deseos...