¿Me querrá él a mí? (FECOWA)

Parte 52: La reunión

- ¿Y... En serio crees que alguien sepa de eso?

- Lynn, sé que al menos Lily se enteró de tu actitud. No sé si alguien más lo hizo, pero si Lily pudo hacerlo, alguna otra de nuestras hermanas pudo hacerlo también. Tienes que tener cuidado, o al menos hazlo de manera más discreta.

Lincoln intentaba hacerle saber a la deportista que podían correr peligro, no sólo por la indiscreción de ella, sino porque Lincoln sospechaba que tal vez alguien más la había visto besarla. Luan los había seguido, y Lily había detectado su actitud. Tal vez no había tanto peligro con las hermanas que él ya había besado, pero las que quedaban eran también de las más peligrosas de reacción: Lucy por su inestable agresividad (por lo menos Lincoln sospechaba que se podía poner así y causar un escándalo relacionado con la oscuridad, algo que no le hacía ninguna gracia), Lori por ser la que poseía la mayor autoridad y la que más podía enojarse, Sam por ser su esposa, y el borde del abismo al que podía acercarse a Lina por ser sólo una niña. Pero Lana... Ella era un misterio. El albino no sabía cómo iba a reaccionar ella, pues ignoraba qué tanto se podía enojar por su naturaleza algo adorable, o si prevalecería su atracción por cosas asquerosas. Simplemente no lo sabía.

Pero en esos instantes no estaba muy preocupado por saber si alguien más estaba enterado de sus acciones, sino de que Lynn no empeorara las cosas con su actitud.

- Te lo ruego, Lynn. Por favor deja de intentar cualquier cosa, al menos por un tiempo. En serio tengo miedo de que las cosas se salgan de control.

Lynn quería protestar, pero, siendo una de las pocas veces en que Lincoln se había opuesto a ella, se rehusó.

- Aquí no puedo aceptar ninguna negativa, Lynn. No me acercaré a ti si es necesario. De modo que, ¿aceptas o no?

Lynn seguía negándose a aceptar, pero la seriedad de su hermano la hizo dudar.

- Pero... No puedo pasar un día sin tenerte...

- No caeré en ese truco ahora, Lynn. Si nos besamos fue por un momentáneo... Mutuo acuerdo, digámoslo así; pero ahora peligra la integridad de nuestra familia, ¿entiendes?

- ...

- Lynn...

- ...

- Por favor, tengo que escucharlo de ti.

- ...

- ...

- ...Agh, está bien, Lincoln, pero espero que algún día podamos... Avanzar en lo que haya entre tu y yo. Por el momento, esperaré.

Lincoln no se lo esperaba, pero aún así, tampoco se sorprendió mucho cuando Lynn introdujo su lengua en su boca una última vez, antes de irse.

Sin tener nada más que hacer, se fue a comer. Mientras, Lynn se fue hacia arriba, dónde había sido convocada.

Las demás hermanas ya estaban ahí.

- Entonces... ¿Para eso nos llamaste, Lily? ¿Para saber lo que está ocurriendo?

- Hablé con Lincoln, y él me dijo muchas cosas. Sólo quiero ver su punto de vista, y lo que opinan. A pesar de todo este tiempo... Siguen amando a Lincoln, ¿no es así?

Nadie respondió. No hacía falta, la respuesta era evidente. Lily había reunido a las hermanas que habían llegado un paso más al frente con el peliblanco, pues el tema de discusión era...

- Las demás -prosiguió Lily- Las que aún no tienen nada con Lincoln. ¿Alguna cree que las cosas se quedarán tal y como están ahora?

Otra vez, nadie respondió.

- Eso ahorra tiempo. Bueno, entonces lo que sigue es, ¿alguna intentará evitarlo?

- Creo que dejamos claro que desde que éramos niñas, ya ninguna se entrometerá -dijo Lola.

- ¡Eso! -apoyó Lynn con entusiasmo- Viendo como es nuestro hermano en este asunto, considero un logro que hayan conseguido algo con él... Y más siendo siete de las diez.

- Entonces ellas son el caso: Lori, Lucy y Lana. 

- Sí, y la verdad las cosas se están saliendo un poco de control -dijo Leni- Al principio yo sólo me había dado cuenta de lo de Lisa. Y fuiste...

- La segunda, según la cronología aquí discutida -asintió la científica.

- Pero desde que Lynn hizo su movida, ya es más notorio y menos discreto -dijo Lily, haciendo énfasis en el nombre de la deportista.

- Ash, es justo lo que me acaba de decir Link -gruñó Lynn, molesta.

- Pues no lo dice sin razón -argumentó Luan- Sí eres descuidada a veces.

- Y lo más importante es que Sam no se entere, ¿no creen? -dijo Luna- Si se da cuenta...

- Todo se irá al drenaje -dijo Lily- De modo que tenemos que hacer lo posible para que se mantenga en secreto.

- Pero, ¿no creen que es demasiado perfecto que ella no sepa nada? ¿No creen que ella ya lo sepa y simplemente no diga nada?

Todas miraron a Lisa, asombradas por ese pensamiento que la científica había expresado.

- Bueno, recuerden que ya quiero hacer más caso a los sentimientos -dijo Lisa, como apenada- Y siento que ese podría ser el caso.

- Es posible -dijo Lola, lentamente- Hasta podría decir que bastante probable. Digo, dudo que no haya visto al menos una de las siete oportunidades que van.

- Pero, ¿por cuánto tendremos que guardar el secreto? -preguntó Luna- ¿En serio tienen pensado hacer esto por el resto de sus vidas?

- Es el precio que debemos pagar -suspiró Luan, apesadumbrada- Esto nunca fue fácil y nunca lo será. En algún momento las cosas tenían que complicarse.

- Y tal vez antes de lo que piensan -dijo Leni, mirando el piso, pensativa.

Ahora las miradas se dirigieron a la modista. 

- Oh, cierto, no lo he dicho... Lori está triste. Bueno, más que eso, pero no sé como expresarlo ahora. Y por lo que cuentan, las cosas suceden cuando Lincoln hace algo bueno por nosotras, ¿no? ¿O creen que ahora no pase nada?

Una vez más, nadie dijo nada. Y no hacía falta. Pues todas sabían perfectamente como podían resultar las cosas.

Y en esos mismos momentos, Lori lloraba desconsoladamente, ya que había recibido una noticia terrible. Con todas las cosas que le habían pasado, ella creía que ya nada iba a lastimarla. Pero la vida tenía otros planes. Pues Lori estaba a punto de perder una de las pocas razones que aún tenía para vivir.