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Saliendo con Amigos

  Aoba no paraba de reír. Lloraba de la risa con tan sólo oír las ocurrencias y sucesos que contaban sus amigos en aquella reunión. Aunque, sin embargo, era más un efecto secundario del alcohol que algo de su propia índole.

  Con Mink, habían quedado en el Black Needle junto con Mizuki, Koujaku, Kou, Hagima y un par de los más allegados del nativo americano, los cuales pertenecieron en su momento a su antiguo equipo de ribstiz, Scratch, y que Aoba también conocía luego de lo ocurrido con la Oval Tower. Habían supuesto que, en aquella junta, iba a haber alcohol de por medio y, aunque el peliazul no era muy resistente a él, no evitó tomarlo por aquella ocasión. Lo malo aquí es Mink era uno de los últimos en enterarse de este detalle, y se preguntaba por qué Aoba no se lo había mencionado con anterioridad.

—Mi...ink~ —canturreó Aoba, abrazando a su pareja por el cuello. Mink se había sorprendido, pero no por ello lo apartó; le permitió hacer lo que quisiese hacer. Le llamó la atención esa nueva faceta en él y quiso descubrir que tonterías podría llegar a hacer en ese estado.

—Creo que Aoba se pasó de alcohol —mencionó Kou, divertido por lo desviado que se veía su amigo.

—¿Deberíamos darle un café? —cuestionó Hagima, igualmente divertido.

—Nah, dejen que se divierta —dijo Koujaku, y Mizuki rió antes de beber de su vaso.

—Tu sólo quieres ver su límite —bromeó el pelirrojo.

—¡Me conoces bien, Mizuki! Aunque diría que ya está en él.

—Oye, Mink, no sabía que tu y Aoba erais muy cariñosos —bromeó uno de los ex compañeros del moreno.

—Cállate —bufó este entre dientes. Todos ellos se rieron de ello.

   Mink sintió una mano detrás de su nuca y, cuando quiso darse cuenta, Aoba ya lo estaba besando. A todos los espectadores se les cayeron la boca, sobretodo a Koujaku y Mizuki que lo conocían tanto o mejor que su actual pareja.

—Te amo, Mink —murmuró el peliazul sobre sus labios en un tono tan íntimo y lascivo que sólo el nombrado conocía muy bien. Su aliento olía demasiado a alcohol, irónicamente. Sus ojos marrones brillaban, pero no parecían lucidos ante lo que veían. Sus mejillas rojas delataban su estado actual. Su cuerpo se movía involuntariamente y, por sobretodo, sólo se centraba en Mink. Era como si no supiera dónde estaba, con quiénes estaban y qué hacían allí. Pero nada de eso no le molestó en lo absoluto al mayor. Es más, parecía agradarle verlo tan vulnerable por unas pocas copas.

—Yo te amo a ti —contestó Mink en el mismo tono bajo y lo besó de regreso.

  A pesar de su estado, Aoba se encontraba más receptivo y las sensaciones eran más intensas, por lo que, un simple beso, ya alteraba todo su sistema. Y tal fue así que, al sentir la fuerte presión que Mink ejerció sobre sus labios, abrió su boca para dejar escapar un dulce gemido que llegó hasta los oídos de su amante. Este aprovechó la oportunidad y coló su lengua en ella. El sabor a alcohol se sentía claramente en su saliva y saboreó aquel gusto poco usual en la boca del menor. Aoba tembló por la húmeda sensación de sus lenguas jugando entre sí, mas no se detuvo a seguirle el juego, ni Mink tampoco. Ya se había olvidado por completo del mundo a su alrededor.

—¡Déjanos un poco, Mink! —bromeó uno de sus compañeros. Entonces, Mink dejó de besar a Aoba y miró a su colega mientras su pareja se acurrucaba contra él, con su rostro sonrojado, escondido en su cuello cual niño pequeño—. Sabemos que sobramos, pero no nos los dejes muy en claro.

—Cállate —chistó el mencionado, bastante molesto.

  El peliazul rió ligeramente en su piel, aún inconsciente de todo lo que pasaba en realidad.

—Este Aoba... ¿Quién diría que realmente era así de apasionado? —dijo Kou y rió.

—Creo que sería mejor que lo lleves a casa, Mink, ¿no crees? —cuestionó Mizuki, quien aún se divertía por todo lo visto.

—¿Estáis seguros?

—¡Por supuesto! No hay problema, y Aoba te lo agradecería de ahorrarle alguna vergüenza —dijo Koujaku, siempre sonriente.

—Ah, si. Estando así, no me extrañaría que se monte un espectáculo del cual quiera arrepentirse después.

  Mink miró a su novio entre sus brazos. Por el momento, le pareció estar tranquilo, pero si era cierto que estaba más cariñoso de lo usual y, quizás, incomodaría un poco al resto por estar siempre encima suya como una garrapata. Entonces, miró al resto con su usual expresión seria.

—Lo llevaré a casa. Lamento el inconveniente —dijo con decisión, y se puso de pie, cargando uno de los brazos de Aoba alrededor de su cuello mientras lo tomaba de la cintura.

—¡Nah! No te preocupes, ya nos juntaremos en otra ocasión —sonrió Koujaku.

—¡Y sin alcohol! —interrumpió Mizuki, lo que causó varias risas de parte de los presentes.

  Mink sonrió apenas, pero bastante satisfecho por conocer a los amigos de su pareja y de pasar tiempo en conjunto con los suyos.

Sólo Mío [DMMd] || 30 Days OTP Challenge || Mink x AobaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora