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Cocinando

—¡Fíjate lo que haces, nieto idiota! —gritó la abuela de Aoba, quien se asustó, no sólo por oírla, sino también al descubrir que había dejado algo en el fuego por accidente.

  Mink los observó desde el sofá de la habitación contigua. Aún le sorprendía el fuerte carácter que tenía aquella anciana mujer y lo torpe que podría llegar a ser su joven pareja. No le extrañaba de Aoba ser tan descuidado, pero si que lo sea demasiado estando de visita en la casa de Tae cuando, en la vivienda que compartían en el pueblo, no era tan así. Tal vez, Tae lo ponía nervioso. A decir verdad, nunca lo sabría.

—L-Lo siento, abuela —se disculpó el muchacho, quitando la olla y dejándola en un lugar menos peligroso. Oyó a su abuela quejarse mientras ella retomaba su labor.

—Siendo tan descuidado, me hace preguntar si de verdad Mink come bien en vuestra casa —espetó la anciana mujer.

—¡¿Ha?! O-Oye, eso no es cierto. ¡Por supuesto que lo hace!

—No digo que no lo haga, pero si dudo de que, lo que le pones el plato, no lo enferme.

—¡¿Eh?! ¡¿Qué estás diciendo, abuela?! ¡No cocino tan mal!

—Hmph.

  Tae se dedicó a ignorarlo. Aoba supo que no iba a obtener una respuesta concreta más que un simple monosílabo, tan característico de su abuela cuando se negaba a contestar. Aún así, se sintió ofendido, y su cara se deformó en una mueca enfurecida e infantil. Por otro lado, Mink hacía un esfuerzo por no reírse. Había que admitir que, a veces, su joven peliazul fallaba a la hora de preparar las comidas de la casa y, muchas veces, ambos se quedaron sin cenar por despistes como esos. Sin embargo, y con el tiempo y la práctica, Aoba había mejorado bastante. Por lo menos, no se moriría intoxicado.

—Que fastidio... —suspiró Aoba, agotado.

—Pon la mesa en lugar de estar murmurando cosas sin sentido —Tae lo regañó, siempre enfurecida.

—Vale...

  Su nieto empezó a buscar los diferentes utensilios de las distintas alacenas y cajones, todo esto mientras su abuela acababa con la comida, sin admitir que ém había hecho un buen trabajo con la preparación de los alimentos, a pesar de sus usuales despistes.

—Mink, ven y siéntate. Pronto estará la comida —Aoba se asomó a la habitación desde la puerta. Apenas oyó esto, Mink se puso de pie y se dirigió a la cocina. Su pareja lo vio raro al notar una pequeña sonrisita divertida—. ¿Por qué sonríes?

—No lo hago —negó el nativo.

—¿Eeh? Eso es una sonrisa, no me engañas —Aoba pellizco una de sus mejillas, quizás molesto porque su novio le ocultaba algo—. ¿Qué te divierte tanto?

—Ngh.

—¡Oigan! ¡Paren de jugar y siéntense de una vez, idiotas!

—Ah... esto... E-Enseguida, abuela.

  Tras dejar en paz a Mink, los tres se sentaron en la mesa y comenzaron a probar bocado luego de agradecer la comida, cada quien a su modo.

Sólo Mío [DMMd] || 30 Days OTP Challenge || Mink x AobaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora