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En una Batalla, Lado a Lado

  [Aclaro y es que, había tantas maneras de hacer este capítulo que no sabía bien cómo desarrollarlo, además de qué me quedó para el demonio. Me disculpo por ello :'/]

—¡Ren! ¡MERCY set! —ordenó el peliazul mientras se abalanzaba contra varios de los guardias.

—Entendido —espetó su AllMate en modo online.

  Aquella batalla de Rhyme se volvía cada vez más intensa. Con los guardias de la Oval Tower atacando y sus respectivos AllMates dañados— como quizás aún lo estaba el suyo propio— siguiendo sus ordenes, había posibilidades de que no ganasen. Sin embargo, ni Aoba ni Ren estaban solos. Koujaku, Noiz, Clear y Mink los acompañaban, apoyándolos desde un principio desde que descubrieron el fallo en el sistema del pequeño spitz japonés. Ahora, con un problema menos, sólo quedaba derrotar a los rivales que tenían por delante para poder seguir con la misión principal.

—¡LOST set! —gritó el pequeño conejo arbitro de Noiz.

—¡Recibido! —dijeron los otros conejos, lanzandose al ataque.

  Aoba esquivó los golpes de un par de guardias, gritando su siguiente ataque que fue recibido por el humanizado Ren.

—¡Master!

—¡Aoba! ¡Cuidado!

  El peliazul se giró ante el llamado de sus compañeros. Grande fue su sorpresa al ver que uno de los AllMates enemigos se abalanzaba contra él agresivamente, pero, cuando quiso esquivar el primer golpe, tropezó y cayó de espaldas al suelo. El impacto lo aturdió, aunque pronto fijó su mirada en el ser frente a sí que no parecía dudar ni un segundo en acabarlo.

—¡Aoba! —la voz de Ren se oyó en la lejanía, tan asombrada como preocupada. A pesar de acatar las ordenes de su dueño, ahora sentía la gran impotencia de protegerlo, sólo que no podía sin oír una orden de él. Estaba atado de manos.

—¡R-Ren! ¡MERC-¿Eh? —antes de poder acabar su frase, el AllMate frente a él fue golpeado bruscamente, bajandole un gran porcentaje de la barra de vida. Sin embargo, más se sorprendió al ver quién se había encargado de salvarlo—. ¿M-Mink?

  El moreno nativo americano le dedicó una severa mirada con sus profundos orbes verdosos. Su ceño se frunció furioso sobre su frente, al parecer molesto y regañandolo con su penetrante mirar. Aoba lo miró, sorprendido, pero mudo.

—Deja de distraerte —fue lo único que salió de sus labios, con una voz tan gutural y varonil que hizo temblar al menor. Luego, desapareció de su lado con un nuevo objetivo a atacar. El peliazul lo siguió con la mirada, tan asombrado como confuso, tanto que ni la idea de agradecerle cruzó por su conciencia.

—¡Aoba! ¿Estás bien? —Koujaku se acercó a él, realmente angustiado.

—¿Eh? Esto... ¡Si! —dijo Aoba una vez estuvo nuevamente consciente de dónde estaba. Koujaku le tendió su mano y lo ayudó a ponerse de pie.

—¿Puedes seguir?

—¡Por supuesto!

  A pesar de la gran incógnita que surgía en su mente entorno al misterioso hombre de rastas, estaba claro que no iba a abandonar la batalla, aunque bien lo hubiera querido desde su inicio.

Sólo Mío [DMMd] || 30 Days OTP Challenge || Mink x AobaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora