챕터 treintitres

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-No es tan grave...- Tomó un pequeño sorbo de su capuccino.- Sólo es una fiesta, tú fiesta.- Culminó utilizando su típico tono convincente pero aún así sentía que ella sabia más de la fiesta que yo. Raro presentimiento.

Decidí quedarme callada, intentando hallar una explicación a ese extraño silencio que habitaba dentro de mi repentinamente. Todas las voces de mi cerebro se habian puesto de acuerdo para quedarse calladas, por lo que me daba tiempo de pensar de más.

Sobrecuestionar las cosas tiene cierta similitud a entrar en crisis.

Mirar la punta de mi zapato tambalearse de un lado a otro sin duda era más entretenido que oir a YoungMi. Afuera de los gigantes vidrios que rodeaban y resguardaban del frio a la amplia cafeteria de la escuela, observaba caer minúsculos copos de nieve. Un viernes con una pronosticación de 4 grados la máxima. Claro; es eso, el maldito frío termino por congelarme el cerebro, GENIAL. El enorme gorro de lana rosa que cargaba no estaba haciendo su trabajo muy bien.

-¿YoungMi llamando a Jyniu?

-Estoy un poco distraida.-Respondí por inercia, en realidad fue mi educación la que hablo por mi.

-¿Un poco? Estas en Júpiter mujer.- Se carcajeo por lo bajo al ver que yo no correspondia a su chistesito.- Tan gruñona como siempre, de verdad.-Bufó, viendo hacia otro lado, batiendose un poco el flequillo.

-Yo soy genial, gruñona, pero genial, lo sabes y lo sé, vamos, todos lo saben, cariño.- Recité entre risas y con la misma voz irritante, las palabras de nuestra exprofesora de 8vo grado.

-Oh, claro que sí...-Me correspondio el chiste con un mar de risas contagiosas, como pude siquiera dudar de que lo habia olvidado, la señora Khyung es el ser más gracioso que existe. Nos dejo tantas frases icónicas.

-Extrañé tanto esto.- Admitió, sincera, demasiado diria yo. Ella no era de dar este tipo de declaraciones tan fácilmente.-Siempre amé pasar tiempo contigo, sin importar que no entendieras mis experiencias, de igual forma siempre hiciste el esfuerzo y creo que jamás te lo habia dicho, pero eres una linda persona, Jyniu.- Alcé mi cabeza y me di cuenta de esos desbordantes destellos en sus ojos. Una perfecta mirada obscura, almendrada y dulce.

Desde una primera impresión, podrias deducir que dentro de ella habita un ser muy puro, pero me duele no poder confirmar eso. Ha demostrado ser alguien tan diferente en estos
últimos meses que me hace pensar que es de todo menos genuina. Sin embargo, fuese mentir decir que ese brillo casi acuoso en sus ojos no me hace sentir como en casa. Como si nunca hubiera pasado nada malo entre nosotras.

A pesar de que me sentia conmovida, decidí no decir nada, al menos por ahora no comentaria mucho referente a nuestra situación.

Ya estaba decidido.

Me obligaria a no confiar en ella.

Permanecí en silencio, viendo nuestros cafes sobre la mesilla donde estabamos. Nisiquiera me gustaba el puto café, consecuencias de llegar tarde y no hacer el pedido tu misma.

-Te irá bien.-Agregó después de un rato de silencio, tomandóme levemente de las manos. Reposo su palma derecha en mis manos.-Tu tía te compro un hermoso vestido y eso bastará.-Me guiño un ojo.

-Eso no va a pasar, últimamente a la vida le da por apuntarme con una pistola cada vez que intento tomar un buena decisión y mmmh...-Hice una pausa, fingiendo estar pensativa, llevandome una mano al mentón.- Adivinaste, vivo por y para cagarla.

in your antique shop (pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora