NARRA TAEHYUNG:
Estaba despidiendome de mis compañeros, saliendo del salón.
Habia estado toda la tarde con los del club de ajedrez, aún no sabia si me inscribiria en este o en el equipo de bascketball, asi que vine a probar.
Me agradaron las personas y el método de juego que usaban.Me di cuenta de la lluvia al salir de allí. Las gotas caían sin parar en el patio principal y la brisa era increiblemente fria.
Caminando por el pasillo en busca de la salida, me encontre con Jyniu. Me detuve antes de que se diera cuenta de mi presencia.
Sus brazos abrazaban sus piernas, con bastante fuerza. El cabello se le movia de un lado a otro, colandose por su rostro.
Vestia el uniforme, y sus pequeñas piernas desnudas temblaban sin control.
Agitaba su pie izquierdo con desesperación y observaba hacia abajo, con la cabeza apoyada en sus rodillas.Me acerqué y le toque el hombro, causando que se sobresaltara. Levantó su rostro, dejandome ver sus temblorosos y pálidos labios.
-Estás esperando a que vengan por tí?.- pregunté, sentandome a un lado de ella, recostandome en la pared que teniamos atrás, dejando mi antebrazo en su hombro.
-S-si.- formuló como pudo.
Realmente parecía estar congelandose. Estiro sus piernas, para luego estirar su falda. Las encogio de nuevo al sentir el frío suelo.-Puedo llevarte, si es lo que quier...- un nudo se me formo en garganta cuando se acerco a mi.
Me abrazó.
Sólo se abalanzo sobre mi, rodeando mi cuello con sus brazos. Escondio su cabeza en mi pecho.
Pasaron unos segundos antes de que pudiera reaccionar. Me desconcerte aún más cuando comencé a sentir mi pecho algo húmedo.
Empuje de ella, en mi dirección, tomando su cintura entre mi manos. Su rostro quedo al frente del mío, pero su cabeza estaba baja y sus brazos seguían impulsandome hacia a ella.
Mis manos se posicionaron en su quijada, y la levante con cuidado de no hacerle daño.
La apariencia "ruda" de Jyniu no la despojaba en lo más mínimo de sus hermosas facciones. Es como si tuviera en frente una muñeca de cristal. Con la diferencia de que ella era real.
Tenía a una pequeña muñeca de verdad derramando lágrimas sin parar en mi pecho.
No me dejo levantar su rostro, entonces lo solté y mis manos cayeron de lado a lado.
Casi al instante, Jyniu volvio a aferrarse a mi cuello y a ocultarse en mi pecho.
Esta vez, correspondí su abrazo, trayendo su cintura hacia a mi, enrollando mis brazos en ella.Permanecimos así por algunos minutos, en total silencio.
Sólo se oian agitada mi respiración, algunos sollozos ahogados de Jyniu y las gordas gotas de lluvia caer sobre la grama del patio.Jyniu seguia igual de pegada a mi, y cada intento de alejarme de ella era en vano, puesto que me empujaba a su cuerpo de nuevo.
La fuerza con la que me estaba abrazando era incluso dolorosa.
Con una de mis manos aparte su largo cabello negro y comencé a dar palmaditas en su espalda, cuando finalmente se separó de mi, quedando a escasos centimetros de mi rostro.
-No soy un bebé al que le tienes que sacar los gases.
Seco con el cuello de su camisa las lágrimas de sus mejillas y su mirada llegó a la mía nuevamente.
Sus grandes ojos seguían humedecidos y tenía los cachetes muy rojos.
-Yo creo que si lo eres.- tomé un mechón de su cabello y lo enredé en mi dedo.
Frunció el ceño, y sólo vió el reloj de su muñeca, algo frustrada.-Siento eso.- dijo señalando la gran mancha de agua en mi camisa gris oscura, para luego soltar una risilla llena de verguenza.
Parecía una persona totalmente distinta.
Sonreí como un tonto cuando volvió a abrazarme y dejo su rostro a la altura de el mio.
Su mirada se poso en mi nariz y en sus labios comenzó a aparecer una pequeña sonrisa. Alzó uno de sus brazos y toco la punta de mi nariz con su dedo índice.
-Esto es lindo.- refiriendose al lunar de mi nariz.
Mis mejillas estaban literalmente ardiendo y mi cuerpo estaba totalmente paralizado.
Podía darme 50 bofetadas ahora mismo y estoy seguro que seguiria en el mismo estado de confusión.
Me dedico una sonrisa de lado, dejandome ver uno de sus hoyuelos.
Sentir a Jyniu tan cerca estaba haciendome entrar en pánico.
Si habia tenido chicas tan proximas a mi cara, pero en otros contextos totalmente diferentes.
Ahora tenía a la practicamente "hija" de mi mamá, tocandome con la mirada y viendo cada parte de mi rostro. Como si este fuera una película de misterio, a la que tienes que dedicarle toda tu atención y estar atento a cada suceso, para comprender la trama y llegar a la conclusión de si te habia gustado verla o no.
Con el pequeño variante, de ser yo la película y ella la espectadora.
Yo ya habia estudiado cada zona de su pequeño rostro, pero no tarde en volverlo hacer.
-Y-o, yo lo tome, quiero decir, lo herede de papá.- dije como pude, sin poder quitar mis ojos de sus labios, los cuales estaban a punto de tocarse.
Hubo un profundo silencio, y sólo nuestras miradas lograban intercambiar palabras.
Ella habia dejado de recorrer mi cara, pero se detuvo sigilosamente en mi labios, y sin siquiera pestañear, los observo.-No te voy a besar, Taehyung.- Su respiración reboto en mis labios, haciendo que me erizara por completo. Me miro divertida y alzo una de sus cejas, para luego carcajearse y volver a su posición original, a un lado de mi.
No logre dirigirme hacia ella en todo el camino a casa. Para mi mala suerte, al llegar a mi casa, mi madre se antojo de invitarla a cenar, todos en familia.
En toda la cena, no deje de mirarla. Ella reia y escuchaba atentamente cada palabra de mis padres, sin decir practicamente nada. Yo tampoco hice comentario alguno y eso extraño a mamá.
-Y tu porque no dices nada?.- dijo mi mamá, acariciando mi mano.
-Seguramente también lo heredo de usted, señor Kim.- Hablo finalmente Jyniu, dirigiendose a mi padre. Lo dijo por mi comentario nervioso de la tarde, obviamente.
Bebio un poco de su jugo y me vio vacilante.
Todos se rieron, y yo estaba apunto de morir de la verguenza.
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in your antique shop (pausada)
Fanfic› Tener un problema mental y no aceptarlo, sólo empeora todo; › Su diagnóstico, cambio la manera en la que es vista por su familia y por el mundo en general; › Todo se vuelve aún más complejo para ella, cuando él entra de imprevisto en su vida. Y si...