Encuentra Lo Que Amas Y Deja Que Te Mate

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Mina miraba las galletas en su casillero... Y mordió su labio inferior, tal vez alejarse era lo mejor que podía hacer, había metido la pata, le pidió distancia a Ochako y ella se quedó perpleja con la mirada llena de agua, aún las palabras retumban en su cabeza:

"Entonces ¿Es verdad?"

Ella entró en pánico y terminó diciéndole que ella jamás lo entendería, ganándose una completa desconfianza y la pérdida total de su amistad.

—¿Estás bien? —Kyoka la sacó de su mar de pensamientos.

Ella asintió y sonrió tenuemente, iría a una fiesta a olvidar sus penas saliendo de la universidad.

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Ochako se marchó de nuevo sola y rápido, evitando a Mina y a Bakugou. Optó por caminar, y lloraba levemente mientras lo hacía. Bakugou la había cambiado y olvidado, Mina le escondió un gran secreto por mucho tiempo, rompiendo su confianza por completo. Estaba sola, nunca fue de tener muchos amigos y los que tenía la habían dejado sola en el peor momento.

—Hey, chica ¿Qué sucede ahora? —miró asustada y después se calmó al ver quién era.

—Ught, la vida no para de patearme el trasero. —Masculló sonriendo.

—¿Quieres ir a casa? Parece que va a llover, además está acá cerca.

Ella lo meditó, no quería saber nada de sus problemas al menos por un rato. Asintió secándose las lágrimas y tomó la mano que se extendía frente a ella.

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—Hey jodido Pikachu, no hay ni mierda de comida ¡Te toca ir a comprar! —gruñó enojado desde la cocina.

—¿Ah? ¡No jodas viejo! ¡Qué flojera! Además, traje visitas. —El rubio abrió más la puerta.

Ochako abrió la boca y el cenizo se quedó congelado.

—Ella es la chica de la que te… ¿Qué pasa? —alzó una ceja.

Los ojos de la chica estallaron en lágrimas. —Me tengo que ir —, se dio la vuelta y salió corriendo.

—¡H-hey e-espera! —Denki intentó alcanzarla, pero el sonido de un sartén contra el suelo acompañado de una explosión lo hicieron mirar cómo Bakugou mandaba todo a la mierda casi mandando a volar la nevera y después entró como demonio a su cuarto.

—¿Bakugou? —mordió su labio y cerró la puerta, iría a calmar a su amigo.

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Encuentra Lo Que Amas...

A casa no, su madre volvería a preguntar sobre Bakugou, con Mina, ya no hay Mina. A todos lados menos ahí.

Cruzó rápido la calle principal y recordó la invitación a la fiesta de Toga Himiko, una de las chicas más agradables y sociales de la facultad.
Guardó los libros en su mochila, juntó sus mechones en una coleta, se quitó el suéter y corrió a la dirección que le había dicho la agradable chica.

Olvidar todo, tenía que olvidar todo, tenía que quitarse ese peso en el pecho, al menos unas horas.

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Toga saludaba a todos y dio las gracias por su asistencia. Notó a la chica desubicada y caminó a ella.

—Ochako, no pensé que vinieras ¡Muchas gracias! —besó su frente, la castaña besó las mejillas rojas de la ceniza.  —Pasa, incluso el mismo Todoroki vino, estoy tan feliz~ —chilló encaminándola a la mesilla de bebidas, donde el heterocromático bebía indiferente sólo observando.

Ochako miró el líquido rojo, la familia de Himiko era muy rica y apostaba a que eran de los vinos más innecesariamente caros.

Tomó una copa, recordó la promesa que le hizo a Bakugou.

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—Prométeme que seré tu primer amigo de copas cara redonda. —Dijo quitándole la lata de cerveza que le había ofrecido Kirishima.

—¿Uh? ¿Por qué? Tomemos, estamos con nuestros amigos. —Infló sus mejillas.

—¿Tomura? ¿Dabi? —frunció el ceño.

—¡No es justo! Tu si tomarás y yo no —infló sus mofletes de nuevo, Bakugou tomó una de sus mejillas y las estiró. Después plantó un beso en su frente, comprándola para reservar su primera borrachera para él solo.

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—¡Salud Todoroki-kun! —el bicolor abrió los ojos y la miró extrañado, no era como sino la conociera, pero casi nunca le hablaba tan normal.

Ochako bebió todo de un trago con el ceño fruncido ¡Bakugou se podía ir a la mierda!

...Y Deja Que Te Mate

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Nota De La Autora:
Estoy lista para incendiar este Fic