Epílogo

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Se sentía usada, vilmente engañada.

Esa perra tiene al amor de su vida por mero capricho pues anda revolcándose con otro.

Las cosas no se iban a quedar así, si Eijiro no iba a estar con ella, no lo estará con nadie.

No piensa morir, no lo hará, no quiere morir en el campo cruel del amor. Aunque se lleve a Tsuyu e Izuku entre las piernas, con tal de salir a flote hundirá lo que sea necesario, incluso a su antigua mejor amiga.

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Lo iba a conseguir, si, por eso ese día mejor que nunca acomodó uno por uno sus mechones, maquilló su rostro con tonos pomelo y salmón. Sus labios habían quedado perfectos y su vestimenta casual también.

Las lluvias estaban en su máximo apogeo, pero eso no le impedirá mover los labios y derrumbar la mentira que tejió Uraraka junto a Himiko.

Miró la hora: 4:16 PM

Tenía casi 20 minutos para llegar al lugar acordado.

Hace dos días miro una foto en Instagram, una que había subido Kirishima poniendo “En su hábitat natural” en el encabezado de la foto donde se encontraba Uraraka tirada en el sillón dormida sobre el hombro de Bakugou ambos con palomitas y refrescos vacíos al lado. Fue lo que le hizo decidirse para intentar salvar el corazón de Eijiro. Esos dos sin vergüenza le engañaban en la cara.

Tomó sus llaves y respiró profundamente.

Dos llamadas, y la tercera fue contestada. “Es sobre Ochako” y él pareció enojarse “¿Qué?”

Y después de muchas preguntas cerradas el accedió difícilmente, era extraño, casi parecía hostil.

«Encontré a Ochako y Katsuki teniendo sexo en la bodega de limpieza, no sé exactamente desde cuándo lo hacen, pero por tu bien te lo digo»

«Uraraka Ochako te es infiel con tu mejor amigo, yo los vi»

«Ochako te es infiel, déjala, intenta algo conmigo»

«Ella no te ama, yo si lo hago desde hace mucho»

Miró la acera mojada, aún no encontraba una buena manera de decirlo.
Frunció el ceño, estaba enojada, resentida. La que creía su amiga le había encajado las garras.

Miró la cafetería, y ahí estaba él.
Su cabello estaba lacio, de ese rojo que tiñe sus mejillas cuando lo mira. En verdad lo ama tanto, desea estar con él, tomar su mano y caminar por el parque, reír de trivialidades, ir al cine en las tardes, en vacaciones a las playas, mirar películas en la noche, comer helado. Quería vivir admirando su existencia.

—Mina. —Él se levantó y le dio la mano como todo un caballero, después él mismo jaló la silla para que ella se sentara.

—Eiji-- Kirishima-kun. —Atontada se sentó y miró los ojos que tanto añoraba ver por todo el tiempo que se le fuera posible. La canela dulce la hizo mirar la mesa para
no evidenciar su nerviosismo de
colegiala.

«Sobre lo que te quería decir, tienes que tener la cabeza fría, y analizar todo poco a poco, esto lo hago porque te amo y quiero para mi»

—Emm pues… Sobre lo que te quería decir, tienes que mantener la cabeza fría y no precipitarte —apretó los labios— te lo digo porque te estimo mucho.

— …Bien. —Eijiro la miró a los ojos, creando un hueco en el estómago de Mina.

Había… Molestia. No, era odio.

—¿Te ha dicho algo Ochako? —Gruñó.

Seguro que esa maldita le había lavado el cerebro, y le dolía pensarlo ¿Por qué Ochako se había vuelto eso?

Infló el pecho para amortiguar las palabras que iba a pronunciar Eijiro.

—¿Ochako? No, ella no es de esas chicas. Pero los rumores vuelan por los aires Mina —suspiró— ¿Qué deseas decirme?

Y Deja Que Te Mate

El miedo caló por sus dedos ¿Qué rumores? ¿Sabía lo de Izuku? ¿Sabía lo de Shinso? ¿Sabía lo de Ochako? ¿¡Qué quiso decir?!

—¿A qué te refieres con eso?

Sonrió de lado. —Nada es lo que parece, y tú aplicas en eso Mina.

Entró en pánico —¿Yo qué? ¿Qué te dijo Ochako? ¿Qué te dijo?

El frunció el ceño —¿Qué temes que me dijera?

Ella misma estaba cavando su tumba, pero la rabia estaba en todo su cuerpo.

—¡¡Ella te es infiel!!


Encuentra Lo Que Amas Y Deja Que Te MateDonde viven las historias. Descúbrelo ahora