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El rostro de Kirishima decepcionado y dolido le hizo sentir un vuelco en el estómago que culminaba con un nudo en su garganta, después todo se desmoronaba en el todo y despertó mirando al techo con estrellas doradas y plateadas.

—Putas pesadillas —bufó.

Suspiró cansado y se dio la vuelta para acomodarse mejor; por consecuencia al darse vuelta su rostro quedó entre el cabello de Uraraka. Una suave sonrisa emanó de sus labios.

Seguro que Eijiro jamás había dormido con ella, se la pasaba fuera y él lo sabía perfectamente, porque era el mejor amigo, si, era, ahora es un amante, una persona que ama.

Bufó roncamente y llevó sus brazos alrededor de su cintura y la apretó contra él.

¿Por qué llenarse de martirio? Si las vacaciones eran para respirar y descansar un poco de las obligaciones.

Se levantó fofamente y atendió el llamado en su celular.

Era Denki; preocupado por su llegada, le dijo lo que había sucedido y él amablemente le dijo que podían hablar después de lo sucedido. Colgó y miró a la ventana: cielo gris, perfecto para salir sin el molesto sol.

Cayó en la conclusión de que el tiempo no se detiene, desde hace años que Eijiro tiene el título de mejor amigo, pero ya no lo ejerce, pues quien ha estado siempre ahí para él ahora es, Kaminari, el jodido Pikachu con quien comparte departamento desde hace un tiempo.

—Lo único que lo avala es el tiempo —gruñó para sí mismo.

Salió de la habitación para después ir a su casa.

—Viejo, viejo no jodas casi llamo a la policía ¡Avísame la próxima vez! —chilló bromeando— vas tarde para tus cursos.

—Fue una joda, ya no iré a los cursos de verano— desinteresado y sin darle importancia a todo, tomó su toalla.

El rubio alzó una ceja confundido y lo siguió hasta la ducha, se recargó en la puerta.

—¿Por qué?

—Las ebrias se dieron cuenta, la alíen también —respondió abriendo la regadera.

—¡¿Eh?!

—Pero digamos que la cara de ángel tuvo que enseñar los dientes.

Se puso ansioso y eso que él no era el del problema. —¿A qué te refieres?

—La amenazó con ¿Sus secretos de zorra?

—¿Por qué estás tan tranquilo? —preguntó nervioso, con eso esperaba verlo quemando la casa. —Estoy con ella ¿No? —bufó— eso es lo que me importa ahora.

Denki se sentó afuera y comenzó a ordenar todo, quizá, sólo quizá y las cosas para ellos no terminarán tan mal. Quizá.

Bakugou salió de la ducha.

—¿A dónde irás? —Katsuki lo ayudó a levantarse del suelo.

—A la feria ¿Quieres ir?

Denki se echó para atrás.
—¡¿Himiko?! —esa mujer toma formas, seguro le habia cambiadp a su Baku-chan.

—Tu puta madre cabrón ¿¡Quieres ir si o si!? ¡¿Ah?! ¡Idiota de mierda! ¡Pikachu con retraso! —gritó encabronado con los ojos en blanco.

—¡Bakugou! —intentó abrazarlo.

—¡Un paso y te reviento el cuello!

Gruñó saliendo de ahí, al poco rato salió y obviamente encontró a un Denki arreglado jugando con su Hamster.

—Iré de mal tercio ¡Cómo me encanta eso! —se tiró al sillón.

—Llevaré al idiota de mi clase —se burló— te vez bien incluso con hombres.

—¡¿Eh?! ¿¡Yo?! ¡No soy gay! —chilló molesto.

—El hace dudar a cualquiera de su heterosexualidad.

—¿Todoroki Shoto-kun? —masculló.

Bakugou soltó una carcajada. —Si, él.

Denki se tiró al suelo cuidando no lastimar a su mascota, dramatizando su situación.
Le causó gracia a Bakugou, de hecho, siempre le causaba gracia todo lo que viniera de parte del rubio eléctrico, pero a pesar de que fuera un payaso se tomaba las cosas en serio debidamente. Lo miró unos minutos y la conclusión llegó a él por sí sola: desde hace mucho que dejó de necesitar a Kirishima con él, desde hace mucho que inconscientemente le había quitado el título y se lo puso a Denki, e incluso lo mejoró: El mejor Pikachu con retraso ¡El mejor título, la puta madre!

—¿A qué hora llegará Ochako?

—La dejé durmiendo, no le llames por su nombre.

Tomaron sus chaquetas y salieron.

La lluvia hizo a todos mirar atentos a la tormenta que se acercaba.

Shoto miró de reojo a Ochako y Denki apretó la mandíbula.

Nadie dijo que sería fácil, ni siquiera Denki quién era muy optimista.

Pero…

Ella quería huir y él quería que ella no tuviera miedo. Ellos sabían que sería duro, pero en verdad tenían muy mala suerte.

Tenían cerca de 4 horas en la feria; rieron, comieron, bromearon, jugaron y se divirtieron, habían decidido salir de ahí a buscar comida decente, pero ahora...

El amor destruye, los carcome, los engulle y arrastra al vacío.

La sonrisa atraviesa el alma de todos, incluso de Shoto quien se había vuelto amigo de Ochako.

El cabello lacio gotea, y el agua resbala de las maletas.

Ochako entró en pánico y sus ojos se crisparon por completo.

Intentó sonreír como siempre lo hacía, pero su corazón le pedía que no mirara más.

—Veo que solucionaron las cosas —habló primero— estoy tan feliz.

En verdad él estaba enamorado y quería a Uraraka a su lado y entró en pánico mirando al pelirojo caminar calmado hacia ellos. Sabían que la casa de Eijiro estaba cerca, pero no esperaban eso.

Ochako avanzó insegura, y Kirishima soltó las maletas para caminar y abrazarla.

—¿Por qué lloras? —preguntó Eijiro acariciando su cabello.

Uraraka ni siquiera correspondió el abrazo, estaba pasmada —¿Me extrañaste?— se burló amable Kirishima.

Encuentra Lo Que Amas Y Deja Que Te MateDonde viven las historias. Descúbrelo ahora