•°·˚୭ ❪🧡❫ El Corazón de Fuego ೃ࿐*･
❝𝐇ace dieciocho años,
nació un bebé
fruto de la tierra y el mar.
El niño tendría el poder de controlar
los mares y los océanos❞
⪨ pirates of...
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CAPÍTULO 6
❝ BIENVENIDA AL PERLA NEGRA ❞
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Los ojos de Mariam miraban curiosamente al pirata que la defendía y por un instante pensó miles de cosas, hasta que se olvidó que aquel no era el momento adecuado para aquello.
— ¿Qué crees que estás haciendo? —preguntó el hombre exaltado por la intromisión.
—Dímelo tú —respondió el otro con un semblante divertido.
— ¡Con mi espada voy a arrancarles el corazón a ustedes dos y se los daré a los tiburones! —gritó tomado por la rabia.
—Creo que no amigo —Desafió al pirata.
Otros bucaneros adentraron al lugar y empuñaron sus espadas hacia el hombre que la defendió.
El bravo pirata que la salvó miró hacia abajo encontrando a Mariam aún en el suelo.
—Quédate en el suelo todo el tiempo del mundo, querida —dijo con ironía.
Mariam pronto entendió y se levantó, empezando a correr siendo seguida por el buen samaritano que una que otra vez chocaba su espada con las otras para intentar deshacerse de las embestidas. Los dos salieron del lugar corriendo por callejones tras callejones lo más rápido que podían.
— ¿Puedo saber... tu nombre? —Mariam pregunta jadeante. Ella ya era consciente de quién era, pero no podía dejar eso en evidencia.
— ¿Para qué saberlo? Si muere no hará diferencia alguna, señorita —Él la empujo contra unas cajas de madera empiladas delante de una calle.
—Soy una sobreviviente después de todo —Ella dijo jadeante y él la miró.
—Capitán Jack Sparrow —Sonrió orgulloso—. Quédate aquí y procura no llamar la atención.
Sin más demoras él comenzó a escalar uno de los muros. Mariam se preguntaba a dónde se iba y observaba atentamente las acciones del capitán. Jack llegó a un balcón donde había enormes barriles de vino.
Cuando la banda de bucaneros se acercó, él arrojó los barriles desde arriba sobre ellos, retrasándoles un poco. En seguida descendió de allí e hizo una señal para que la chica lo siguiera.
Jack y Mariam corrían lo más rápido que podían, al final la artimaña de Jack no retrasaría a los bucaneros por mucho tiempo. Cuando pasaron por uno de los caminos menos iluminados de la isla ya muy deshidratados y cansados, Mariam sintió a alguien agarrar su pierna. Ella inmediatamente se detuvo asustada.
—El corazón... —Dijo una vieja mendiga enrollada en trapos sucios y con malos olores.
— ¡Suélteme! —Mariam pidió y la mujer la soltó. Jack regresó para ver lo que estaba pasando.
—El corazón de Fuego reclama por su dueño... —La vieja señora tenía la voz ronca y cansada.
—Vámonos, no tenemos tiempo para esto —dice Jack impaciente.
—El tesoro más codiciado y poderoso de los mares está cerca de ser encontrado... —Al oír las palabras de la señora, Jack se acercó, y luego Mariam y él se agachan para oír lo que la vieja les contaba.
"Hace dieciocho años, nació un bebé fruto de la tierra y del mar. Tendría el poder de controlar los mares y los océanos, pero el día que su madre le dio a luz, ella puede ver el terrible destino que su hijo tendría.
La única forma de liberar a aquel pobre ser de su destino mortal sería retirar su poder de semi-dios, y así fue hecho. El poder del bebe fue puesto en un collar... El Corazón de Fuego"
Mariam estaba atónita con todo lo que oyó mientras Jack tenía un semblante curioso.
— ¿Y dónde está el collar? —preguntó Jack y la joven le miró indignada por la frialdad del pirata en ignorar todo el drama de la historia.
—Bahía de los lamentos... Donde jamás ningún marinero regresó. El camino hasta ahí está lleno de obstáculos, pero ahí encontraran sus respuestas —La mendiga se miró en los ojos de la joven.
Un griterío puede ser escuchado por la pareja indicando que la persecución continuaba.
—Hora de irnos amor —dijo Jack jalando a la chica. Los dos continuaron corriendo.
—Capitán Sparrow, no creyó en lo que aquella señora nos dijo ¿verdad?
— ¿Por qué dudar? Aunque es más difícil imaginar a Calypso y sus tentáculos... —Respondió Jack, dejando a la chica confundida.
En medio de la fuga los dos oyeron "Mira, ahí están" nuevamente estaban en la mira de los piratas.
Continuaron camino al Perla Negra. Antes de llegar a él, Jack gritó a uno de sus hombres.
—Gibbs, eleven las velas, ¡levanten ancla!
Sin entender el hombre se quedó parado observando a su capitán y una joven semidesnuda subiendo corriendo para embarcarse en el barco. Después el hombre oyó el griterío de algunos piratas y luego corrió hacia el barco.
El barco comenzaba a zarpa y Jack sostenido a algunas cuerdas que suspendían las velas, miraba sonriente a los piratas furiosos en el puerto.
— ¡Adiós Amigos! ¡Nos vemos la próxima vez! —Él les hablaba como si nada sucediera.
Después de la despedida Jack descendió de donde estaba encontrándose de inmediato con su tripulación.
—No, no, no capitán. Ella es una mujer y usted sabe la mala suerte que traen estando a bordo. ¿Sería mejor dejar a la señorita aquí en Tortuga? —Gibbs miraba con confianza a su capitán.
—No es la primera vez, ya deberías haberte acostumbrado —Jack respondió encogiéndose de hombros con la sugerencia de Joshamee.
Sparrow miró hacia un rincón de la cubierta y vio a Mariam encogida tratando de cubrir su cuerpo con los brazos. La tripulación estaba curiosa acercándose a la joven y admirados con el bello cuerpo que ella poseía. Él se acercó a ella sin decir una palabra.
— ¡Bienvenida al Perla Negra!
—Gracias capitán... creo... —Mariam no sabía con certeza si volver al barco sería más ventajoso que quedarse en tierra firmé huyendo de varios piratas sedientos por su sangre.
Jack le dio una leve sonrisa y se giró para dar sus nuevas órdenes.
— ¡Al trabajo! Tracen el curso a la playa más cercana. Nuestra pasajera desembarcara —Finalizó Sparrow. El capitán camino a su cabina dejando a Mariam sobre todos aquellos ojos de codicia.
Ella tenía miedo y se sentía sucia. No podía creer que fue tocada de forma tan íntima por un pirata inmundo y que ahora estaba en aquellas condiciones precarias. Era como si la lujuria de cada marino de ahí reflejase en sus pieles. No permitiría volver a ser tocada nunca más por un pirata.
