•°·˚୭ ❪🧡❫ El Corazón de Fuego ೃ࿐*･
❝𝐇ace dieciocho años,
nació un bebé
fruto de la tierra y el mar.
El niño tendría el poder de controlar
los mares y los océanos❞
⪨ pirates of...
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CAPÍTULO 11
❝ LA BESTIA DE ALTA MAR ❞
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Tan rojo vibrante escarlata. Así era la sangre que manchaba sus manos. Las salpicaduras en su vestido lila la dejaban aún más perpleja. Mariam miraba sus manos con lágrimas en los ojos, pues aquel era el fin, pero no el de ella. Levantó su visión y pudo ver a Erick al frente también manchado de sangre. Un nudo surgió en su garganta, el aire le llegaba como alfileres y la canción del mundo de los muertos resonaba en su cabeza. Esa imagen perturbadora se transformó en el mínimo asquerosa cuando Erick giró hacia un lado dando paso a la visión de la chica. Jack, el pirata más increíble que había conocido había muerto con una espada clavada en su estómago. Ella estaba confundida, ¿quién podría haber callado eternamente al inteligente pirata? Un dolor casi mortal llegó a su corazón tan pronto como reconoció la espada clavada en el pirata. Por fin obtuvo su respuesta.
— ¡Jack! —gritó Mariam asustada y acabó cayendo al piso del barco. Notó el silencio en la embarcación y así pudo respirar con cierto alivio. Todo no pasaba de un sueño malo o mejor, una pesadilla.
Se estremeció a recordar el sueño anterior, donde se ahogaba en alta mar. Pensar en tener esa maldita pesadilla de forma real la dejaba angustiada. Ella entonces se levantó, tomó su espada y salió de la celda para buscar algún barril con agua potable para lavarse el rostro.
Minutos después ella camino a la cubierta y se sorprendió con la niebla densa que cubría el barco. No podía ver absolutamente nada, incluso el sonido de las aguas estaban tranquilas.
— ¿Hola? ¿Hay alguien aquí? —indago pero no obtuvo respuesta.
Entonces envaino su espada y camino hacia el timón. No creía que el barco navegara sin mando. Cautelosamente Mariam subió los escalones hasta la popa y divisó el timón abandonado. Antes de que pudiera hacer cualquier movimiento le colocaron una espada en su cuello desde detrás. La respiración caliente cerca de su oído hizo que se arrepintiera.
— ¿Te caíste de la cama?... ¿del banco? —El aroma a ron y la voz seductora hizo que Mariam sonriera discretamente.
—Buen día, Jack —La chica pasó sus dedos finos y delicados por la lámina de la espada del pirata, alejando el arma de sí y luego se volvió hacia él—. Estoy angustiada acerca de nuestro destino, que acabé perdiendo el sueño.
