•°·˚୭ ❪🧡❫ El Corazón de Fuego ೃ࿐*･
❝𝐇ace dieciocho años,
nació un bebé
fruto de la tierra y el mar.
El niño tendría el poder de controlar
los mares y los océanos❞
⪨ pirates of...
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CAPÍTULO 19
❝ SITUACIONES INCOMODAS ❞
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Las horas pasaron desde la última batalla a la que se enfrentaron, e incluso con muchos heridos, el Holandés y el Perla Negra continuaron navegando. Muchas dudas fueron creadas en la mente de cada pirata, entre ellas, como fuera posible que los jóvenes sobrevivieran a la ola gigante.
Era cierto que Erick era un semidiós, pero hasta entonces un semidiós sin poderes y habiéndose negado a la participación de Calipso, se tornaba todo aún más confuso. Pero en general parecía estar tranquilo, sin embargo...
En el Holandés Erick pasó la mayor parte del tiempo evitando contacto con la tripulación y sentado al borde de la nave, sus pensamientos parecían distantes y preocupados. El muchacho nunca creyó ser el niño de la profecía, pero con la conclusión precipitada de Barbossa y otros, sintió que eso le ayudaría a ganar tiempo para diseñar un plan para salvar a Mariam y tomar el collar para él. Sin embargo, ahora que había descubierto la verdad sobre su preciosa amiga, estaba confundido. Era sólo cuestión de tiempo hasta que los capitanes notaran que era una farsa, y él nada tenía en mente para girar el juego a su favor.
Lo que más castigaba al joven muchacho era no conseguir encajar las piezas de aquel rompecabezas. Elena había dicho a su hijo que trabajaba para la familia Bradley, antes incluso del nacimiento de Mariam. Pero nunca mencionó el hecho de que la niña fuera adoptada o algo similar. Aunque decir la verdad no era algo que la mujer hiciera con frecuencia.
Erick cerró los ojos al recordar sobre su pasado escondido. Una vez, ella llegó a comentar cuánto la señora Bradley estaba tan feliz por tenerla al cuidado de la pequeña joven, y ahora nada tenía sentido. Más que nunca, el joven deseaba regresar a Port Royal para obtener respuestas. Pero ya había ido demasiado lejos y todo lo que le quedaba en el momento era asegurarse de que su amiga estuviera bien.
— ¿Podemos conversar? —Will se acercó sacando al muchacho de sus pensamientos enigmáticos.
—Si quiere el collar tendrás que entrar en la disputa junto a esos malditos capitanes. No pienses que nuestra amistad te dará algún beneficio —El castaño respondió con indiferencia. No estaba molesto con William, pero decepcionado por descubrir en el último momento que su amigo también tenía interés en el collar y que pretendía usarlo para obtener el objeto místico.
