━ Epílogo

4.2K 358 81
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Hace dieciocho años

El reloj sonaba exactamente a las doce horas y diecisiete minutos, a pesar de la noche clara de verano, el viento soplaba gélido en la ciudad de Port Royal, las calles estaban silenciosas y poco se veían civiles entre ellas.

En una casa situada a los alrededores del centro de la ciudad, una joven mujer estaba en trabajo de parto.

— ¡Fuerza señora, falta poco! —exclamó la humilde empleada, que auxiliaba a su patrona.

— ¡Aaaahhh! ¡No puedo más Elena! —La mujer se aferró a las sábanas con la esperanza de contener su dolor.

— ¡Pero lo necesita! ¡Recuerde que es el bebé que la señora y el señor Bradley tanto aguardaban!

En ese momento Katherine Bradley cerró los ojos y respiró profundamente, usando toda la energía que aún había en su ser, perdiendo la conciencia.

—Señora el niño nació —Elena notó que el recién nacido no se movía y estaba con el cuerpo rojizo. Ella pronto notó que no había respiración o latidos cardíacos, el bebé estaba muerto—. ¿Señora? ¿Señora Katherine? —La empleada también notó que su patrona había desmayado, entonces colocó al niño en un cesto y corrió para socorrerla.

La señora estaba febril por su fragilidad y todo esfuerzo que hizo. Rápidamente Heloísa preparó una compresa de agua tibia y colocó sobre la frente de la mujer.

Tomó todas los implementos que había utilizado para el parto, dejando todo listo para cuando ella se despertará. La criada en medio de las lágrima, buscó fuerzas para contar a su patrona que el pequeño Adam —nombre que se le daría al niño, si era un niño— estaba muerto. Ella sabía cuánto la familia estaba feliz con la llegada de su primer hijo, y cuánto James estaba esperanzado para que fuera un niño. En la época el hombre era sólo un guardia, y soñaba que un día su hijo pudiera ser mejor que él.

Elena se sorprendió con los golpes en la puerta, estaba sola porque era la única empleada en la casa. Caminó hacia el vestíbulo para atender al llamado, cuando abrió la puerta quedó sorprendida con la presencia de su marido George. El hombre traía consigo un cesto cubierto con un paño.

— ¡Oh, querido! ¿Qué haces aquí a esta hora?

—Perdóname querida, pero no puedo contenerme en mostrarle algo —George parecía nervioso.

—Estoy muy ocupada, la señora Bradley entró en trabajo de parto antes de lo previsto y como sólo estábamos nosotras dos, me encargué de todo, pero... —se detuvo entristecida—. El bebé no resistió.

—Lo siento mucho... ¿y cómo está ella?

—Dormida. Felizmente todavía no sabe lo que pasó con su hijo... Será una tragedia para esta familia.

¹ 𝐄𝐋 𝐂𝐎𝐑𝐀𝐙𝐎́𝐍 𝐃𝐄 𝐅𝐔𝐄𝐆𝐎 ━━ PDC ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora