•DOS•

25 3 1
                                    

Antes de que se diera cuenta, Changbin le había gritado al tipo que lo había llevado hasta allá a las tres de la mañana para que fuera a dejarlo a su casa nuevamente. Sus manos temblaban levemente ante la molestia que sentía en ese momento contra su jefe, hombre que conocía desde que tenía memoria pero que a veces era un completo idiota. Changbin esta convencido de que si no fuese su obligación secundarle, nunca hubiera asumido el puesto de mano derecha.

A pesar de que se cayó dos veces el llavero de sus manos tratando de abrir la cerradura de su casa y le costó más de lo que quiso sacarle sus zapatos de etiqueta ahora manchados con sangre, suspiró de alivio cuando estuvo solo en su casa, su silenciosa y muy grande casa. 

Paseaba por ella mientras iba con lentitud sacando su ropa, recordaba con una vaga sonrisa como su madre le había dicho que prefería irse de Seúl por un tiempo tras la muerte de su padre, dejando solo a su hijo en la enorme casa, la cual en antaño estaba siempre lleva de gente y ruido, con la constante presencia de el matrimonio Seo, su hijo Changbin y sus amigos Jisung y Chan, por alguna razón, dicho hogar había sido lugar predilecto para todo tipo de reuniones para los jóvenes, al menos hasta que murió su padre y su madre se fue.

Aunque no era un cuento de hadas, sus padres eran felices. Ella era una mujer de dinero debido a una herencia adquirida, al principio se había casado con Seo Kangjoon por conveniencia, pero habían aprendido a conocerse y amarse como eran, sellando dicha relación con el nacimiento de su único hijo. Por eso al momento de morir el señor Seo, la mujer prefirió volver a su antigua vida al saber que su hijo de solo 16 años debería asumir la difícil tarea llevada Kangjoon, sin embargo, había ido aplazando su tiempo de vuelta cada vez más, al punto que ambos asumieron que no volvería debido al dolor de los recuerdos. 

Con el pasar de los años, la casa se había comenzado a quedar vacía, cuando Changbin tuvo su cumpleaños 17 se vio rodeado únicamente de sus dos amigos y X, quienes le hicieron compañía ese día antes de volver a sus funciones normales esa noche. Con el tiempo y las obligaciones asumidas, Changbin pasó su cumpleaños 18 solo con un par de latas de cerveza y un chantaje que tuvo que hacer en nombre de X. 

Llegó con cansancio a su baño únicamente con el pantalón de vestir puesto, mientras llevaba la camisa, corbata, porta armas y chaqueta en mano. Dejó dichas prendas encima de el lavamanos antes de proseguir con la tarea y caminar desnudo a la ducha, dispuesto a sacarse el sudor seco que llevaba encima y lavar la sangre ajena. Mientras restregaba contra su cuerpo la esponja, pensaba en que haría ese día que ahora tenía libre, aunque reconocía que X se lo había dicho para poder deshacerse de él, no creía que fuera a llamarlo para decirle que lo necesitaba. Cuando salió, restregó de forma rápida su cuerpo con una toalla limpia antes de enrollarse esta a la cintura y dirigirse nuevamente al lavamanos, donde reposaba su ropa. Estiró una de sus manos a un gabinete que se encontraba arriba de este y lo abrió, inspeccionándolo un poco.

Su cepillo de dientes, la crema dental, una máquina de afeitar eléctrica, un desodorante junto a un perfume a medio usar y en una esquina, un frasco de pastillas. Metió su mano para tomar el recipiente y con decisión lo abrió, sacando dos pastillas blancas de su interior, las echó en su boca y rápidamente movió la ropa, llevando su boca al grifo para dar el paso del agua y tomar un poco, permitiendo así que las pastillas para dormir que tenía recetadas desde los quince le permitieran dormir. Cuando las tragó, metió la camisa y su ropa interior a un canasto de ropa que iría a la lavadora, pensando en que día mandaría sus trajes y corbatas a la lavandería. Cuando llegó a su cuarto, se puso rápidamente un boxer para poder andar cómodo y buscó en los bolsillos de su pantalón su celular; en cuanto lo tuvo, fue directo a su cama deshecha y se recostó en ella, abriendo los mensajes y buscando el chat grupal que tenía con Chan y Jisung, sonriendo al ver como estos mediante el grupo le habían mandado fotos, videos y audios de la fiesta a la que habían ido esa noche, lugar al que no fue Changbin ante la idea de tratar de dormir. 

La última carta ~Changlix~ [P A U S A D A] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora