•SIETE•

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Luego de todo lo ocurrido con Katya, Changbin se encontraba en la cama del cuarto, cubriendo una de sus piernas con las sábanas , con la espalda apoyada en el respaldo de la cama mientras la mujer estaba desnuda a los pies de la cama, recostada mientras miraba al techo, respirando con calma.

- ¿sabes? me estoy poniendo vieja -dijo el rusa luego de un momento de silencio, haciendo así que el coreano alzara una ceja, para sentarse mejor- tengo veintisiete ya, me han salido estrías y me está saliendo una arruga -dijo cómica, para levantarse y señalar como a un costado de su ojo, una de las lineas estaba marcándose más. Ella sonrió un poco y luego apretó sus labios, deformando la sonrisa hasta que se transformó en una mueca de tristeza- ¿sabes? estoy embarazada otra vez -le murmuró, bajando su vista a su vientre, que se mantenía plano- es el cuarto ya -susurró, antes de volver a dejarse caer en la cama, soltando un suspiro largo.

- ¿y qué harás? -le dijo el pelinegro mientras llevaba una mano a su cabello, para peinarlo hacia atrás y que no le estorbara para ponerle atención a la mujer, quien negaba con su cabeza mientras llevaba una de sus manos a su pelirrojo y lacio cabello, peinando ese un poco. Vio como la mujer se rió un poco y lo miró, para asentir con su cabeza.

- lo de siempre, el doctor viene pasado mañana -dijo Katya, viendo como el coreano le miraba de forma severa- ¿qué quieres que haga, Changbin? ¿quieres que de a luz a un hijo y lo haga crecer aquí, viendo como su madre secuestrada se prostituye para que no la maten, que sepa que fue una tonta por creer que los cursos de modelaje en Corea existen y no son trampas para secuestrar niñas? -le dijo con dureza, antes de que el pelinegro negase con su cabeza, bufando un poco.

- el sarcasmo está de más -le dijo con simpleza, antes de sentarse y tomar su boxer, colocándoselo- ¿sabes de quién es? - le preguntó mientras se levantaba subiendo la ropa interior para acomodarla. Vio como la pelirroja le negó con su cabeza, antes de ella también sentarse e imitar la acción del coreano, tomando su sostén para colocárselo. 

- pero creo que eso es lo que menos importa, de todas formas no lo tendré -le dijo con seguridad, sonriendo un poco al ver como el hombre estaba totalmente ejercitado y marcado- hace unos días vino tu amigo, eh, ¿Jisung? -dijo ella antes de que Changbin asintiera, tomando su camisa mientras se la colocaba- en medio de su triste borrachera me dijo algo sobre fugarse -mencionó, antes de que Seo ladeara su cabeza, dejando a medio terminar su tarea de abotonar su camisa- y me dijo que si quería que fuera con él -dijo ella con una sonrisa, la cual se borró cuando el pelinegro le negó con la cabeza mientras terminaba de arreglar su prenda de vestir. 

- no lo hagas, es peligroso, de alguna forma te sacaré de aquí -le dijo con convencimiento, tomando sus pantalones para introducir una pierna antes de dirigir su mirada hacia la oji azul, quien bufó un poco pero se quedó en silencio- no bufes, no eres un caballo o algo así -le dijo con una sonrisa antes de introducir la otra pierna, abrochando el pantalón con la camisa en su interior.

- ¿vendrás otro día? -le dijo la mayor al ver con la rapidez con la que se vestía, abrazándolo por los hombros cuando se sentó en la cama para colocarse las calcetas y sus zapatos. El hombre sonrió ante el gesto, girando su cabeza cuando la chica dejó su cabeza en el hombro de él.

- tal vez, tengo asuntos pendientes -dijo con desdén hacia el gesto, el cual en el pasado podía hacer que se desvistiera nuevamente y se quedara otra hora- debo hablar con Andre -murmuró, riendo cuando escuchó el ruido de asco que hizo la chica, gruñendo luego un "que idiota"- ¿hay algo que necesites? -preguntó cuando tuvo listo sus zapatos, girando su cabeza para ver a la mujer, quien se estiró a tomar la otra parte de su conjunto de lencería, vistiéndose.

- tal vez un método anticonceptivo más efectivo -dijo de forma distraída, levantándose para tomar sus tacones, colocando estos en sus pies antes de bajar a abrochar las correas. Changbin vio con atención como la mujer de 1.56 abrochó las gastadas correas de sus tacones y observó el conjunto que se llevaba, ya estaba opaco de tantas veces que había sido lavado.

La última carta ~Changlix~ [P A U S A D A] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora