La última carta ~Changlix~ [P A U S A D A]

•DOCE•

Ese día, se cumplían diez años que había fallecido su padre. Eran cerca de las cuatro de la mañana y Changbin estaba sentado en la orilla de su cama, con su cabeza entre sus manos. Todo su cuerpo temblaba, sentía la boca seca y su pecho ardía, tenía unas enormes ganas de llorar, y golpear algo, sentía que algo no iba bien. Entrelazó sus dedos en sus cabellos y los jaló con fuerza, gruñendo ante la desesperación. 

Se paró de golpe, comenzando a sentirse levemente mareado, su pecho dolía al igual que su nuca, sentía su pulso palpitar en su pecho y sus sienes, sus piernas hormigueaban y corría un sudor frío por su cuerpo. Sentía como si todo su cuerpo picara al mismo tiempo, por lo que llevó de forma instintiva una mano a su cabello, para comenzar a rascar su cuero cabelludo de forma frenética. 

- mis pastillas -logró gruñir, antes de caer de rodillas frente a su mesita de noche y estiró su mano, para sacar el cajón y dejarlo caer al piso, revolviendo de forma frenética buscando el medicamento que tomaba cuando tenía este tipo de ataques, sentía su estómago revolverse mientras una especie de calor le recorría el cuerpo, haciendo así que se desesperara de forma horrible, las ganas de llorar le nublaban la cabeza junto con las fuertes y completas imágenes del momento de la muerte de Kangjoon, sabiendo claramente lo que gritaba su corazón y su cabeza: pudo haberse puesto en el lugar de su padre, pero no lo hizo. 

Ese pensamiento punzaba en su cabeza a gritos mientras sus manos comenzaban a temblar de forma aún más frenética, se levantó y tomó el cajón entre sus manos, para tirar el inmueble contra alguna pared de su cuarto, sintiendo como si tuviese una mano sobre su cuello, ahorcándolo. Por unos segundos sintió deseos de llamar a gritos a su mamá como cuando era pequeño y que ella llegara corriendo, para consolarlo, pero los deseos de llamarla se esfumaron cuando una mareo le invadió y cayó de bruces al piso, sintiendo como su mundo daba vueltas. Se apoyó como pudo en sus codos, tanteando con su mano encima de la mesa de noche, buscando su teléfono. Cuando lo sintió, lo tomó como pudo con sus manos temblorosas y se levantó, apoyándose en la pared mientras salía del cuarto, buscando un lugar donde sentirse mejor, asomó su cabeza en el pasillo y gimió al ver como de forma simultánea corrían un montón de recuerdos de su infancia, donde podía jugar con su padre y este le ponía toda la atención. Desbloqueó su celular con su huella digital de forma rápida, yendo a los contactos mientras iba de forma torpe debido al mareo que sentía hacia la escalera, tratando de enfocar su borrosa vista en la brillante pantalla, cuando encontró el contacto de Bang Chan, iba a presionar el ícono de llamar antes de que un fuerte mareo le asaltara, haciendo así que el pie que iba a apoyar en el escalón de inicio de escalera bajara dos escalones más de lo debido, haciendo así que perdiera el foco de equilibrio. Su rostro fue a dar contra la pared antes de que la gravedad hiciera su trabajo y cayera, rodando por las escaleras mientras las sensaciones anteriores le abrumaban aún más. Cuando llegó al piso finalmente, su pecho pesaba y apenas podía respirar, su vista estaba nublada y por unos segundos pensó que se desmayaría, pero tomó con mayor fuerza el celular en su mano y marcó a Chan, sintiendo como su respiración se volvía rápida, forzada y desesperada por tratar de respirar. 

- Chan! -gritó cuando sintió la respiración de su amigo por el otro lado de la línea- n-no puedo respirar -le lloriqueó al sentir como su vista se nublaba definitivamente, mientras que su cuerpo comenzaba a temblar de forma intensa comenzaron a correr las lágrimas por su golpeado  y caliente rostro debido a la caída- no tengo pastillas y-yo

- ¿estás bien? -le dijo su amigo con repentina desesperación, escuchaba bastante movimiento del fondo- Changbin, respóndeme ya, ¿dónde estás?

- en casa -le sollozó con voz gangosa, colocándose en el piso en posición fetal ante el dolor de cuerpo que tenía por su ataque de pánico y por la caída, tenía la certeza de que se había golpeado en las costillas un par de veces- n-no tengo mis pastillas, Chan, no tengo mis pastillas, me voy a morir -le lloró, tratando de dejar de lado el temblor de su cuerpo y la sensación de entumecimiento que tenía.