Capitulo 7

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Advertencia: Este capítulo contiene lemon, leer bajo su propio riesgo.

X-X

Al llegar a la cocina tomo un vaso y se sirvió un poco de agua. Que terrible fin de año estaba pasando y que deprimente era. Sola en la cocina, bebiendo agua, ahogando las ganas de llorar. Bebió un poco, quizá había sido demasiado brusca con él.

Dejó el vaso en la mesa y se dirigió hacia el área donde estaban las habitaciones de sus guardaespaldas y demás gente del servicio. Se quedó contemplando las puertas ¿cuál sería la de él? se preguntó hasta que vio luz en una puerta se acercó tocando esperando a que no fuera a correrla.

Abrió los ojos. Sabía que no debía dormir, debía estar alerta quizás estar en su habitación no le ayudaría nada— ¿Darien? —Murmuró extrañado ya que sería el único que solía tocar a su habitación además de Luna cuando le llamaba para el desayuno.

—Soy yo... —murmuró dudando en si debía quedarse a esperar a que le abriera o marcharse.

Sin dudarlo se puso de pie abriendo la puerta— ¿Sucede algo?

—Yo... —murmuró bajando la mirada— quería desearte un feliz año nuevo y también quería disculparme por haberme comportado así

—Feliz año nuevo señorita...

—Podrías... ¿darme un abrazo?

Lo dudó un poco no sabía si sería buena idea, pero eso era normal en ese tipo de celebraciones— Feliz año nuevo —la abrazo lentamente.

—Feliz año nuevo... —dijo abrazándolo un tanto dudosa, pero al sentirse segura y protegida entre sus brazos termino por hacerlo bien.

No dijo nada solo la abrazo, en cierta forma se sentía solo más en ese día y la llamada con su familia lo tenía un tanto melancólico.

Respiró profundamente su aroma. Quizá no es lo que tenía pensado, pero con lentitud fue moviendo el rostro hasta que pudo ver su semblante y esos labios que seguían siendo una tentación a los cuales se acercó hasta rozarlos. Esperaba que al menos esa noche no la rechazara.

Ese roce de labios había significado un detonante para todo lo que por días venia soportando. A lo que se venía resistiendo en especial esa noche, no pudo negarse a ellos, no esa noche. Así que correspondió con lentitud a sus labios.

Cerró los ojos profundizando poco a poco aquel beso, abrazándolo, jugando con sus labios. Sintió como la adrenalina invadió su cuerpo, esa sensación de plenitud en ese beso y era suficiente para sentirse de nueva cuenta viva.

Se separó un poco de sus labios acariciando su espalda— Señorita...

Negó respirando profundamente— No digas nada. Solo acepta este momento. Por favor...

La atrajo hacia él besando sus labios entrando a la habitación para cerrar la puerta con el pie.

Sintió que todo lo que sentía volvía a aflorar. Se abrazó a él con fuerza, con decisión de hacerle ver cuánto había extrañado. Sus besos y la forma en que tenia de abrazarla. Lleno sus pulmones de aquel aroma y de ese calor tan conocido ya por ella.

Era embriagador su sabor, su suavidad, su aroma, su piel todos esos detalles comenzaban a hacerlo perder la noción del tiempo. Olvidar quien era y donde estaba. La acerco más hacia él mientras acariciaba su espalda.

Suspiró entre sus labios. Su piel se erizo con el suave roce de sus manos, cuanto había extrañado sus manos tocándola, sus labios besándola y aquella seguridad con la que se sentía envolver. Lentamente lo recargo contra algo, no supo que era, solo sintió que se detenían y ya no podían avanzar. Quizá una mesa o tal vez un buró, pero eso solo sirvió para pegarse más a él.

Custodios del AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora