Capitulo 33

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p.d. incluye lemon

Bajó del auto llevando consigo un pastel, que extrañamente ahora le faltaba un poco de crema en un extremo y es que no se había podido contener de probar un poco en el camino. Al entrar a la casa respiró profundamente ahora le parecía tan grande, imposible de llenar.

— ¿Hay alguien en casa? —Preguntó dejando su bolsa en el sillón de la sala.

—Mi niña Serena que gusto verla —salió Luna a recibirla.

—Luna —sonrió acercándose a abrazarla— ¿cómo estás?

—Bien niña y usted como esta, la extrañaba mucho —abrazándola.

—Yo también te extraño Luna —sonrió besando su mejilla— estoy bien, acostumbrándome a la vida de ama de casa

—Ay mi niña, se te ve radiante y muy contenta

—Lo estoy Luna, estoy más que contenta, feliz Seiya es... —suspiró sutil— el hombre de mi vida

—Que gusto me da. Seiya es un buen chico y siempre preocupado por usted

Sonrió sutil sonrojándose— Si, Seiya es perfecto para mí, lamento nunca haberte contado nada Luna

—Lo importante es que seas feliz, ay si tu madre las viera ahora estaría muy feliz por ustedes

— ¿De verdad lo crees Luna? ¿no se enfadaría por lo que hacemos ambas?

—Para nada mi niña lo que ella más deseaba era que fueran felices y ahora lo son. Anda vamos a la cocina ahí está tu hermana

— ¿Ella como esta?

—Bastante bien, la cocina es un campo de batalla —sonrió divertida— anda vamos para que la saludes

—Vamos —sonrió llevando consigo el plato— ¿dónde está mi hermanita consentida y la única?

— ¿Serena? —se apartó de la estufa, no dudando en acercarse a ella— ¿hermanita como estas?

—Bien ¿estas cocinando?

—Eso intento —murmuró un tanto sonrojada.

Sonrió dejando el pastel en la mesa— Te traje un postre ¿qué quieres preparar?

—Pues estoy preparando bolas de arroz, aunque creo que el arroz se me batió —acercándose a la cacerola, haciendo una mueca de tristeza.

—Bueno lo haremos entre las dos —le sonrió acercándose— ¿cómo te has sentido?

—Pues ya por fin termino la etapa de los mareos y ascos, pero lo antojos aún siguen incrementando, sobre todo por el mango ¿y qué tal tu vida de ama de casa?

Sonrió comenzando a ayudarla— Mejor, al menos ya no he manchado la ropa

—Te dije que era cuestión de tiempo —suspiró— creo que Darien tiene razón al decir que la cocina y esas cosas no son lo mío

—Estamos tan acostumbradas a otro tipo de vida. No es fácil el cambio

—Te apoyo en eso. El otro día una de sus compañeras de trabajo le regalo galletas, por su ascenso —se cruzó de brazos sintiéndose molesta— y yo ni un plato de comida puedo hacer. Lo único que me sale es la sopa y eso porque es instantánea

Soltó una sutil risa— ¿Y si ambas tomamos curso de cocina? a mí me salen todos los postres menos las comidas, para eso le pido ayuda a la madre de Seiya

—Aquí Luna me ha estado enseñando, pero no sé por qué —comenzó oler a quemado, girándose hacia la cacerola que tenía en la lumbre— no de nuevo

Custodios del AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora