Capitulo 12

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CUSTODIOS DEL AMOR

Capítulo 12

Revisaba algunos documentos analizándolos con detenimiento cada cifra. Se recargo en el respaldo llevando su mano hacia sus ojos tallándolos, tomando un breve respiro para continuar.

Había tocado la puerta un par de veces y no había recibido respuesta por lo que opto por abrirla notando que ella estaba totalmente perdida en esos documentos— Si los miras fijamente puede que te salte la respuesta

Subió la mirada— Llama a la casa, dile a Serena que no podré ir a comer

—Por supuesto, pero tiene que comer —dijo acercándose.

—Si comeré más tarde. Debo resolver esto, antes que nada —fijo ahora la mirada en la computadora, revisando las gráficas.

—Si lo haces ahora o lo haces más tarde no afectara nada ¿o es más importante que tu salud?

— ¿Que sugieres que haga? si debo enviarle esta información al nuevo accionista el cual no sé por qué aún mantiene su identidad oculta

—Ah se trata de eso. Bueno entonces quizá no le haría mal esperar un par de horas a que comas y luego vuelvas a preparar ese informe. Es primero su salud ¿o quiere volver a enfermar y enviar a su hermana?

— ¿Te estas burlando acaso? —se recargo por completo en el respaldo observándolo fijamente.

— ¿Acaso me estoy riendo? —Le correspondió la mirada— ¿quieres enfermar?

—Bien pediré algo de comer —tomo el teléfono para solicitar a su asistente que pidiera comida para ella.

—Nada de eso —se acercó quitándole el teléfono— saldrás de esta oficina, tomar un poco de aire fresco, comerás y volverás para terminar ese informe

Lo observo unos instantes— No piensas dejarme seguir con este informe ¿verdad?

—No... —La miró fijamente— ¿en serio crees que presionándote vas a terminar más rápido?

—Pues ese método me ha funcionado hasta ahora

—Pues ese método va a acabar contigo —dijo mientras se acercaba a tomar su saco y volvía junto a ella— anda vamos, se dé un lugar que te gustara visitar ahora

— ¿Y qué método pretendes que use ahora? no quiero que ese accionista piense que no tomo las cosas enserio ¿solo una hora de acuerdo? —suspiró al ver que no desistiría.

—Una hora será suficiente para que te sientas mejor —extendió el saco hacia ella— vamos

Tomo su saco— Vamos —murmuro después de bloquear su máquina— ¿a dónde iremos?

—Ya lo veras, pero no acepto quejas ni reclamos ni nada ni que me corras ¿de acuerdo?

—Lo dices como si fuera demasiado quejumbrosa ¿y por qué te correría?

—Pues no sé, me he dado cuenta que eres igual que tu hermana. Dices una cosa y haces otra. Son un par de voluntariosas

Frunció el ceño— ¿Así que soy voluntariosa?

—Sí, un poco creo que eso lo aprendió de ti tu hermana —abrió la puerta para que saliera.

— ¿Así que eso piensas? y dime ¿qué más piensas?

—Que precisamente por eso tu hermana te admira tanto y se preocupa por ti. Tal vez por ella si deberías cuidarte un poco más

—Serena es todo lo que tengo. No quiero preocuparla con cosas como estas

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