Capitulo 40

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Por fin había terminado la preparación de un delicioso platillo para recibir a su prometido y a su pequeña, ahora solo tendría que esperar a que estuviera lista la comida. Tras terminar de limpiar y al no tener más que hacer se disponía a ir a la habitación y terminar de guardar la ropa que por fin no había manchado, pero al pasar por la habitación de la madre de Seiya la vio sentada en la cama buscando algo en una pequeña caja, curiosa se acercó a la puerta tocándola suavemente.

— ¿Se puede? —sonrió.

Levantó la mirada sonriéndole— Claro pasa —murmuró entretenida con un álbum de fotografías— estaba limpiando el closet y me encontré esta vieja caja

—Había olvidado, Seiya me dijo que usted tenía unas fotografías de él y que no le gustaban, ¿podría verlas? —Sonrió sentándose en la cama.

—Vaya coincidencia. Ven acércate están aquí en esta cajita, nunca le han gustado, pero para mí significan mucho

Sonrió sutil— Está orgullosa de él ¿verdad?

—Más que orgullosa hija, ha logrado su sueño mira —le mostro una foto donde estaba con Yaten y ambos tocando la guitarra.

Sonrió tomando la fotografía y mirarla fijamente— ¿Desde niño le gusto la música?

—Sí, desde pequeño siempre le gustaba bailar y tarareaba las canciones cuando era bebé

Sonrió divertida— Debió ser un bebé muy lindo ¿tiene fotos de él?

—Claro —saco una fotografía de cuando era bebé, dando sus primeros pasos.

—Esta hermoso —sonrió con ternura observando lo lindo que estaba.

—Era un bebé muy adorable y su primera palabra fue intentando decir guitarra, su papá siempre tocaba la guitarra para hacerlo dormir y a él le encantaba

—Lo puedo imaginar —acarició con delicadeza la fotografía, había sido un bello bebé y ahora era todo un hombre.

—Sí, era muy travieso —mostrándole varias fotografías de él en distintas etapas de su vida.

— ¿Alguna vez lo regaño por alguna travesura?

—Millones de veces, por ejemplo, en esta —mostrándole una donde estaba trepando un árbol— le dije que no subiera al árbol o caería y no me hizo caso

Rio sutil— Y seguramente se cayó ¿verdad?

—Así es —sonrió ligeramente— no le gustaba escuchar razones, era demasiado impulsivo le gustaba actuar y después pensar aun creo que en ocasiones lo hace

—Es parte de su encanto —sonrió sutil— por eso me enamore de él

—Actualmente es más tranquilo, pero de niño y sobre todo de adolescente era demasiado alocado y peleonero, aunque siempre tenía sus razones para pelear

— ¿Usted cree que si lo hubiera conocido en esos años él se hubiera fijado en mí?

La observó detenidamente tomando su mano— Eso es algo que no puedo responder hija porque quizás en ese entonces tu habrías sido una niña

Sonrió sonrojada— Tiene razón, era una niña, jamás se hubiera fijado en mí y quizá yo tampoco

—Seguro no te habrías interesado en él —observándola detenidamente— porque seguro en esos momentos los niños era lo último que pasaba por tu cabeza

Bajo la mirada apenada— Supongo que sí, a veces no me detengo a pensar en la diferencia de edades entre Seiya y yo, pero lo amo y eso es lo que menos me importa

Custodios del AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora