Los ojos del alvino se abrieron de par en par.
—¡La Droga idiota!—No importa, trague algo de el antídoto cuando te lo pase a ti..... Es extraño, se siente raro. Quizás sea a si como se sienten los humanos, no teniendo fuerza ni poderes.
—Eres un tonto.
—No tanto como crees.
El rubio se subió encima del alvino que estaba tumbado en la cama.
Subaru sintió el cuerpo de Shu pegarse al suyo con intensidad, noto el calor que este desprendía mezclarse con el que desprendía él, haciendo que ambos cuerpos cayeran en un extraño infierno que comenzaba a aterrarlo.
El alvino quiso llamarlo, hacerle alejarse de el. No se sentía mentalmente bien para hacer algo de lo cual pudiera arrepentirse en un futuro.
Pero no pudo pronunciar el nombre de su hermano porque este estaba a escasos centímetros de el robándole todo el aire.
Shu no sabia si era por el efecto de la droga por lo que veía las ideas mas claras en su mente, lo que antes le daba miedo ahora lo veía como algo esencial para seguir existiendo y no hacerse pedazos.
—Subaru ¿puedo? —pidió permiso el mayor para cometer a que acto impuro pero necesario para el. Quería hacerle entender a su hermano sus sentimientos por el, aquellos que llevaba guardando tanto tiempo. Que viera cuanto anhelaba tenerle solo para el.Subaru no sabia que responder, tenia miedo de hacerlo y que de un modo u otro Shu le partiera el corazón y le dejara a su suerte como el resto de sus hermanos. Estaba confundido, no sabia que sentía por su hermano, si es que podía llamarlo a si. Para el sentir amor hacia una persona era como su daga, afilada, cruel y letal. Ser amado era como dejar tu vida a merced de la otra persona. Podía destruirla, mejorarla o acabar con su mente de tal manera que jamás querría volver a sentir.
Si se enteraba de lo que era en realidad probablemente eso sucediera.
Entendía los sentimientos de Shu, pero aun no lo suyos propios. Le quería, era su hermano, pero en estos momentos le estaba siendo especialmente difícil distinguir que clase de amor sentía por el rubio.
Pero todas esas dudas desaparecieron con tan solo dos palabras mas de Shu.
—Te amo—susurro rozando los labios de Subaru—Siempre lo he hecho, desde que te vi por primera vez. No eres como los demás. Eres diferente y amo todo de ti, tu forma de ser, Amo cuando te sonrojas cuando pasas cerca de mi, lo adorable que eres cuando duermes o lo tímido que puedes llegar a ser conmigo. Lo hermoso que es tu pelo y lo brillantes que son tus ojos. Tu afán de querer destruir todo lo que no te gusta es casi como mi modo de intentar que lo que odio desaparezca durmiendo. No hay nada en ti que me disguste... salvo tus gritos, pero eso se puede solucionar. —Shu se acerco unos milímetros mas—¿Puedo besarte?
Subaru no hablo.
Se limito a acortar la distancia que los separaba y sentir como los labios del rubio se deslizaban por los suyos. Rodeo su cuello para acercarlo mas a el, si eso era posible.
El alvino no se podía creer la valentía que estaba teniendo. Nunca antes había besado a nadie, ni siquiera tuvo la oportunidad con Yui, por lo que no sabia que hacer. Dejo que Shu lo guiara.
Shu estaba feliz, feliz de que su hermano le correspondiera y se atreviera a hacerlo el mismo aunque se notaba su inseguridad a la hora de continuar. Tomo de la mejilla a su alvino intensificando mas el beso.
El rubio apreso al alvino contra la cama. Hoy no se le escaparía, ya estaba cansado de solo poder hacer estas cosas en sus sueños. Hoy seria real, tan real como que al fin estaba besando al menor de la familia con una intensidad que no creyó suya.
Subaru noto el peso de su hermano sobre el impidiéndole escapar, aunque eso ya no le importaba. No quería alejarse de es nunca.
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La Daga Blanca (Shu x Subaru)
FanfictionSubaru vive con sus cinco medio hermanos en la mansion de su familia junto con la humana Yui, quien es asesinada por Ayato y esto despierta la ira del alvino. Pero sus hermanos no piensan permitir que el menor sea feliz y para ello cada uno trata de...