PRÓLOGO

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POV Narrador

-Nos vamos, es hora de empacar, creo que tú y yo tomaremos unas vacaciones... para siempre¡ -  se dirigió a su recién entrenado furia nocturna y se dispuso a irse.

El pequeño castaño vikingo de ojos verdes como un bosque con apenas 13 años, era delgado y pequeño, incluso para su edad, (sobre todo si consideramos el estándar ideal de un Holligan), conocido como la "decepción de Berk" compensaba con inteligencia y astucia lo que físicamente no tenia, pero eso resultaba insuficiente para los de aquella tribu, particularmente para el jefe, quien como una broma del mismo Loki, resultaba ser su padre, un hombre rudo, grande y dispuesto a todo en nombre de su tribu.

La tribu, grande por su orgullo y su habilidad para cazar dragones, al ser  asaltados por ellos desde hace más de tres generaciones, cualquiera que quisiera ser llamado Vikingo ahí, tenía que tener en sus manos la sangre de al menos un dragón.

Cuando aquella decepción de Berk derribo al furia nocturna, la cría maldita del rayo y la muerte misma, decidió no matarlo, y al final término siendo el primer vikingo en montar a un dragón, y de repente, sin planearlo, termino siendo el mejor en el entrenamiento de dragones, y el premio por tan ejemplar trabajo, fue matar un dragón, cosa que no estaba dispuesto a hacer, ni siquiera a intentar.

Antes de montar en Chimuelo dispuesto a irse, vio como el dragón encorvo la espalda y mostró sus dientes retráctiles, sus pupilas dejaron de ser hermosos círculos que hacían de la criatura un pequeño cachorro juguetón para convertirse en la mirada misma de la muerte, entonces Hipo volteo, y en ese momento pudo distinguir una silueta de una pequeña pero poderosa niña, y se encontró con aquellos ojos azules que le robaban el aliento desde los 6 años.

Antes de que ella pudiera entender o digerir lo que estaba pasando, Chimuelo salto sobre ella, dejándola inconsciente en el suelo, era ahora o nunca. Hipo se aseguró que Astrid estuviera viva y sana, entonces tomo a Chimuelo y salió volando del lugar al que a pesar de su rechazo, llamo hogar.

No podía quedarse, jamás mataría a un dragón, ni tampoco cumpliría con las expectativas de un heredero digno del trono de Estoico el Vasto. Hipo volteo una última vez a ver el hermoso rostro inconsciente aún de aquella rubia, y después, no volvió a mirar hacia atrás. 

LA ÚLTIMA VALKIRIA (HICCSTRID)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora