Hipo al final de cuentas escapó de Berk, 10 años después la vida de Astrid termina en manos de un Maestro Dragón. ¿Podrá un amor sobrevivir a 10 años de distancia?
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Decidí hacerlo en dos partes para que no fuera muy largo, por cierto, me gustaría que me dijeran si sienten que los capítulos son muy largos o van bien.
POV HIPO
Han pasado 5 días desde que comenzamos la construcción, ya comienza a tomar algo de forma principalmente las cabañas que ha sido la prioridad. Chimuelo se las ha arreglado para junto a Tormenta ayudar a la construcción, el resto de mis dragones "entrenados" también han cooperado pero en menor medida.
En esos 5 días los chicos se las han arreglado para mantener mi secreto a salvo, Patán guiñando el ojo cada que me llama Axe y resaltando el nombre cada vez que me habla. Patapez, pobre tipo, ha evitado quedarse a solas con Heather o Astrid o ambas.
Durante este tiempo también he llevado diario a alimentar a los dragones a los chicos, quiero que ellos se acostumbren a los dragones y quiero ver a los dragones reaccionar a todos ellos. Si bien, el encuentro Astrid-Tormenta fue inesperadamente exitoso no quiere decir que salga así de bien con el resto. Pero ese encuentro me enseño una lección, la relación humano-dragón es mucho más sencilla de llevar cuando estos se parecen, nunca me detuve a pensar en esto ya que solo éramos chimuelo y yo.
Hoy los llame a todos a los antiguos establos ya que hemos decidido hacer otros mucho más grandes. Oficialmente hoy comienza el entrenamiento de los jinetes de Dragones... y que Thor nos ampare
-Bien chicos- les dije dirigiéndome a todos que me veían con entusiasmo –exceptuando a Astrid, ninguno de ustedes tienen un dragón designado, sé que en estos días se ha acostumbrado a volar sobre la espalda de Chimuelo y Tormenta y creo que ya están listos de ser sus propios jinetes-
-Queeeeeeeeee ¡¡¡ Al fin ¡ He esperado este momento casi una vida- dijo enserio emocionado Patapez el resto también expreso alegría... y mucha.
-haha- en verdad me causo mucha ternura verlos a todos como niño esperando un dulce –¿bien quién quiere ser primero?- en el momento todas las manos se alzaron y pedían ser los primeros. Puse mis ojos en mi rubia favorita que estaba hasta el fondo recargada en Tormenta mientras reía por toda la escena. En estos cinco días el trabajo nos ha tenido ocupados, pero no ha evitado momentos y miradas extrañas entre nosotros, cada día que pasa la siento más cómoda conmigo, y yo en definitiva he disfrutado más que nadie los momentos en los que nos quedamos solos, momentos que Heather se ha encargado sean muchos.
-Qué te parece si comienzas del menos destructivo hacia adelante, no sería justo para el resto si los gemelos nos matan desde el comienzo- dijo Astrid divertida cuando se encontró con mi mirada
-Entonces voy yo- dijo Heather dando un paso adelante
-Espera... yo soy un hombre pacifico... debería ir yo- dijo Patapez dando un paso al frente junto a Heather
-Bien, ustedes pueden ir juntos- les dije, en realidad este par, no era peligroso –el resto salga, prefiero que no tengan la presión, ni los dragones ni los jinetes- a lo que los gemelos y Patan salían
-Yo quería ver como quemaban a Patapez- dijo cabizbajo Brutacio, Astrid entonces se dispuso a salir
-Astrid... ¿porque Tormenta y tú no se quedan?...- le grite a lo que los chicos se miraban entre ellos –ya sabes por asuntos de seguridad- trate de disimular
-Claro- dijo ella caminando hacia mí, mientras las puertas se cerraban.
-Bien Heather... creo que tengo el dragón perfecto para ti- para ese día, ya había resuelto guardar a todos los dragones en el establo –es una látigo afilado, existen muy pocos de ellos, la encontré en un viaje abandonada en la playa muy herida, supongo por algún dragón más grande, era apenas una pequeña, desde entonces ha vivido aquí, es una guerrera aunque también es muy paciente y dulce, ¿porque no te acercas? – le dije mientras abría la jaula.
-Es hermosa- dijo Heather un poco nerviosa, ya estaba acostumbrada a sentirse cerca de dragones, pero no con el suyo
-Bien ahora acerca tu mano y permite que ella sea quien decida cuando la puedes tocar- entonces Heather estiro la mano y la látigo afilado retrocedió un poco, y regreso a ella para olerla al final recargo su cabeza sobre la mano estirada de la chica.
-Lo hiciste- dijo Astrid orgullosa de su amiga
Entonces Heather enseguida comenzó a acariciar a su dragona, la conexión estaba lista.
-Tu turno- le dije a Patapez mientras me acercaba a el
-Bi..bien- dijo muy nervioso
–Demuéstrale a Heather de lo que eres capaz- le dije susurrándole a lo que asintió y cambio su cara a una de valor... fingida...exagerada quizá... -Bien Patapez, tengo a la chica perfecta para ti-
-Ademas de Heather- dijo Astrid fingiendo toser, me reí con ella mientras veíamos a los otros dos sonrojarse, admito que es divertido estar del otro lado de la broma para variar.
-Bien- dije después de superar la risa –tú y ella seguro tienen historia- le dije para después dejar salir a una tierna y dulce gronckle –ella fue liberada la misma noche en que los rescate a Astrid y a ustedes... me he dado cuenta es una chica muy pasiva e inteligente- entonces me acerque al temeroso vikingo –dale una oportunidad... que su pasado no te aterre-
-Bien- entonces repitió el movimiento que le enseñe a Heather, la conexión fue incluso más rápida, cuando lo acepto se aventó hacia él y comenzó a lamerlo.
-¿Quieren ir al aire y montarlos un rato?- les dije –para que se conozcan entre ustedes... tómense el día libre- a lo que ambos subieron no muy ágilmente a sus dragones y volaron un poco torpe.
-Bien hecho chico dragón- dijo Astrid cuando salieron los otros dos
-Todo el trabajo lo hicieron ellos- y era real, la conexión solo era trabajo de ellos
-Aun así, les acabas de abrir un mundo de posibilidades... sabes que Patapez siempre odio la idea de matar dragones, los admiraba lo suficiente como para no querer hacerlo ...pero era lo que tenía que hacer para ser aceptado como vikingo- me dijo mientras los dos cortábamos la distancia que nos separaba -sabes que en realidad te estima, en tan poco tiempo-
-es un buen chico... es bueno saber que me he ganado su cariño en poco tiempo- le conteste cuando solo eran unos centímetros los que nos separaban. Entonces un cálido silencio se apodero de nosotros, esos ojos azules eran mi perdición -¿Qué hay de ti?- le dije mientras nuestros alientos se hacían peligrosamente uno solo
-¿de mí?- me pregunto sin despegarse un milímetro
-de ti- le respondí poniendo mi mano sobre la pared para dejarla acorralada entre esta y mi cuerpo
-bue...bueno...-entonces pude sentirla luchando por regular su respiración –creo que eres un buen tipo... un gran líder... definitivamente inteligente...-
-¿Astrid...?- le dije acercando mi cara un centímetro mas y acercando mi boca a la suya para después alejarla rápidamente retándola a no besarme
-Cuidado Chico Dragón... no querrás jugar este juego conmigo...- me dijo dándome una sonrisa entre picara y malvada alejándose unos centímetros de mi cara
-Me gustan los retos- le dije para después doblar el codo del brazo que tenía en la pared y permitir a mi cuerpo quedar mucho más cerca del suyo, su silencio fue un abrazo a mi corazón, ya no había vuelta atrás, la necesitaba, la necesitaba ahora, tome su cuello con mi mano libre y la acerque a mi...
