Hipo al final de cuentas escapó de Berk, 10 años después la vida de Astrid termina en manos de un Maestro Dragón. ¿Podrá un amor sobrevivir a 10 años de distancia?
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24 horas
POV ASTRID
Desperté y estaba obscuro, según la posición de la luna puedo decir que la noche apenas había caído, después del pequeño episodio de angustia de hace unas horas, mi cuerpo se sentía más relajado, mi corazón por otro lado estaba luchando una guerra interna, entre el pasado y mi presente.
Comencé a caminar un rato por la orilla, todo estaba tranquilo, la casa club estaba cerrada y obscura, al igual que el resto de las cabañas... todos dormían, fui a los establos y todos los dragones también descansaban, por el cielo pude ver a los terrores nocturnos dando sus rondas de vigilancia, el mar estaba tranquilo, la luna se encargaba de iluminar mi caminar.
23 horas
Me senté un rato a contemplar el horizonte, tenía tanto que pensar, mi destino, Axe, Hipo, los jinetes, el nido, Berk, ¿Cuándo mi vida se complicó tanto?. Es hora, pongamos mi cabeza en orden.
Mi destino, simple, no puedo hacer nada por ahora, solo rezar por que Gothi y yo seamos las únicas en conocerlo.
Los jinetes, dentro de todos los defectos del coro griego que tengo de amigos, son buenos en lo que hacen, lo que me lleva al nido, estamos atascados hasta la próxima temporada de invasión y ni siquiera entonces estaremos cerca, Axe también lo ha buscado sobre Chimuelo sin resultados, debe haber otra manera.
Berk, no es más mi hogar, pero hay niños, madres y padres buenos que no merecen el destino que les espera cuando Estoico deje el trono, me limitare a estar atenta y si Berk me necesita, ahí estaré.
Ultimo asunto por resolver... el que no quiero pensar... Hipo y Axe. –Hipo... dime que debo hacer- murmuro para mí, de repente siento una presencia sentarse junto a mi...
-Hola Chimuelo- le digo al curioso dragón mientras se acuesta a mi lado como un cachorro haciéndome compañía. En las noches cálidas, le gustaba dormir afuera, supongo que me escuchó. Comienzo a rascarle la cabeza justo detrás de las orejas mientras lo abrazo. Entonces se levanta y comienza a dar brincos -¿quieres dar un pequeño vuelo?- le digo sonriendo, entonces me golpea con su cabeza incitándome a montarlo.
Conocía perfectamente su sistema de vuelo, y aunque estaba en principio adaptado para la prótesis de Axe, manejarlo no era difícil. Entonces subí a él y le permití decidir el rumbo.
-Sabes Chimuelo. Los antiguos decían que los dragones eran seres sabios... creo que tenían razón. Esto era justo lo que necesitaba- le digo mientras estábamos en el aire, íbamos a buena velocidad, no muy rápido, no muy lento. –Gracias- le dije para recargarme sobre su lomo en forma de abrazo.
Durante un rato estuvimos volando y dando vueltas, entonces Chimuelo comenzó a elevarse mucho más sobre las nubes, millones de luces nos alumbraron -¿crees que en una de esas estrellas este Hipo?- le dije melancólica, el dragón hizo un gruñido casi tan triste como mi propia voz... -yo también lo creo- le dije para sonreír.
