Hipo al final de cuentas escapó de Berk, 10 años después la vida de Astrid termina en manos de un Maestro Dragón. ¿Podrá un amor sobrevivir a 10 años de distancia?
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POV ASTRID
Aunque una parte de mi estaba incomoda con la idea de volar a solas tanto tiempo con Axe después de aquel momento en el establo, la otra gran parte de mí en realidad lo disfrutaba, estos últimos días en mi afán de evitarlo lo he extrañado.
-¿Todo bien?- me dijo sacándome de mis pensamientos
-Todo perfecto... aunque sería más divertido si hubiera traído a Tormenta- le conteste tratando de crear algún tipo de charla
-No es conveniente que la gente sepa que hay más de un jinete- me dijo, cosa que ya sabía. Muy bien Astrid, otro tema
-y... ¿algún día me hablaras de tu tatuaje?- perfecto Hofferson... que sepa que lo miraste ese día... personalmente creo que deberías saltar de Chimuelo ahora mismo y morir con algo de dignidad
-ah ... bueno- me contesto algo abochornado –me lo hice algunos años en la aldea de un amigo, es bueno,... Chimuelo-
-enserio jamás lo hubiera imaginado- le conteste sarcásticamente
-¿y cuando me hablara de los suyos señorita?- me dijo mirándome sobre su hombro y sonriéndome
-ah... los notaste- le dije esta vez yo tímida, no sabía que me había puesto tanta atención –bien el de mi muñeca es la runa othilla- le dije mostrándosela
-¿separación?- me cuestiono, al parecer conoce su significado
-si bueno... la runa se utiliza cuando te separan de alguien muy cercano... Gothi decía que al tatuármelo me ayudaría a recordar que en algún momento en el tiempo... me encontraría de nuevo con esa persona... quien me esperaría desde el Valhala- dije suspirando no quisiera hablar más de este, será abordar una historia más profunda – el que tengo detrás de mi oreja es el símbolo de la Doncella del Escudo, me lo tatuaron el día que en oficialmente fui nombrada como tal... y bueno el tercero- le dije acercándome a su oído –solo lo conocemos quien me lo hizo y yo- para después separarme, pude sentir como se alteraba su respiración, es que no quiero... pero no puedo evitar jugar este juego.
-¿enserio planeas dejarme con la duda?- me respondió después de tragar saliva
-Sufre- le dije riéndome
-jajaja... Astrid- me dijo volviendo a un tono más serio –cuando estemos allá, por favor no te despegues de mi un solo segundo, aunque confió que será seguro, no quiero correr ni el más mínimo riesgo... ¿está bien?- dijo volteando para verme
-Puedo cuidarme sola- le dije volteando los ojos
-Lo se... pero igual hazme ese favor- me dijo en un tono suplicante
-Bien- le dije dando un resoplido. El resto del viaje nos la pasamos hablando de tonterías, yo le contaba historias de Berk, el de sus aventuras. Unas horas después aterrizamos en una zona un tanto solitaria
