Hipo al final de cuentas escapó de Berk, 10 años después la vida de Astrid termina en manos de un Maestro Dragón. ¿Podrá un amor sobrevivir a 10 años de distancia?
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POV NARRADOR
La guerra se había detenido, los jefes sobrevivientes tomaron el control del resto de los ejércitos, mediante una reverencia aceptaron y saludaron a su Rey, el archipiélago por un momento prometía paz.
Cuando los recién casados llegaron a casa poco tiempo pudieron disfrutar lo que prometía un cotidiana noche de bodas, sus cuerpos estaban cansados y heridos, aunque Hipo salió bastante limpio de aquella guerra, Astrid por su aparte y muy en su contra tuvo que asistir de regreso con Gothi a que cerrara algunos puntos que se abrieron durante la batalla. Durante esa noche, por primera vez su cansancio supero su deseo, esa noche, la palabra dormir tuvo una connotación real.
El día siguiente a esa noche, aquellos sobrevivientes destinaron el tiempo en levantar a los caídos, reparar y limpiar Berk y tratar a medida de lo posible olvidar que en esa tierra se peleo una sangrienta guerra.
Al atardecer de aquel cansado día todos los sobrevivientes se reunieron en las orillas del sur de la isla mientras comenzaban a enviar al mar las balsas improvisadas que contenían los cuerpos de aquellos caídos en la batalla, ya no existían insurgentes, ya no existía resistencia, solo habían guerreros.
La fila de los arqueros estaba conformada por los padres, hermanos e hijos de los guerreros caídos y los jefes que aún quedaban con vida. En el cielo tomando encabezando la ceremonia se encontraba el equipo de jinetes.
-Ahí es donde veo a mi padre, a mi madre, a mis hermanos y hermanas, me invitan a ocupar mi lugar entre las paredes del Vahalla... donde los valientes vivirán por siempre- recito la valkiria para después lanzar una flecha en llamas que fue acompañada enseguida por el resto.
Durante un rato, todos en silencio podían ver las llamas arder, con el respeto debido, poco a poco cada persona comenzaba a desplazarse al Gran Salón.
Los dos últimos rezagados miraban al cielo en un acogedor silencio, sabían que aún tenían una batalla por vencer, y que aún después de ello... su futuro seria incierto.
-¿en que piensas?- le preguntó la ojiazul rompiendo aquel silencio
-En muchas cosas- contestó Hipo dejándole ver una pequeña sonrisa –As, esta batalla, me ha enseñado muchas cosas, buenas y malas... entre ellas me hace preguntarme si estamos listos para el nido, es decir, hicimos todo lo posible con los dragones, pero no fue suficiente y a mi perspectiva nos quedamos cortos-
-Oye, ¿ves esos barcos en llamas?- el asintió –bien pues en su mayoría son jóvenes, novatos... amor llevamos pocos meses siendo un equipo, hemos peleado no más de 3 o 4 ocasiones y la suerte nos ha querido mucho, créeme, exceptuándote a ti, hace unos tres meses estaríamos matando no montando dragones... a lo que voy, la experiencia solo se va a ganar haciéndolo... además- le regalo una pequeña sonrisa –eres el elegido, los dioses están de nuestro lado-
