POV ASTRID
Cuando aquel hombre se acerca, pude distinguir pesar en su mirada, casi traducido a lastima –Estoico quiere verte en el Gran Salón- entonces asiento con la cabeza y me dirijo hacia ahí, hasta que me detiene –yo guardo el hacha por ti- y estira la mano para recibirla, aunque mi respuesta natural fue hacerme hacia atrás y negarme, no podía hacerlo, Spitelout, no solo era el medio hermano del jefe, era mi jefe de armas, y debía obedecerle, la entrego y me dirijo hacia el Gran Salón.
Las puertas se abren y un silencio total ambienta la habitación, puedo notar que todos me siguen con la mirada, cuando llego a Estoico me detengo –Jefe- le saludo y veo como traga saliva, volteo a ver a Bocón, su mirada era la misma que la de Spitelout y a su lado Gothi que compartía ese pesar, pero nisiquiera eso me preparo para lo que vendría a continuación.
-Astrid Hofferson, has servido bien a tu tribu- exclama Estoico antes de ser interrumpido por Bocón quien le dice casi en suplica
–Estoico no lo hagas- el Jefe suspira y continúa
-En ocho días, vendrá tu última misión para Berk-
- ¿Qué?- pregunte entre cerrando los ojos tratando de entender
–oficialmente dejaras de ser la Doncella del Escudo, serás comprometida al Maestro Dragón en favor de una alianza con el- entonces mis ojos se abrieron como platos, pero aun trate de aferrárme a la poca compostura que me quedaba–Estoico no hagas esto, por favor-
-así será- me dijo secamente, entonces mi paciencia termino.
-Eres un maldito- dije mientras me acercaba a él, cuando dos vikingos me agarraron de los brazos, terminaron en el suelo junto a los cuatro siguientes que trataron de parar mi avance, hasta que al final una espada y dos vikingos más lograron frenarme
-es tu deber como la Doncella del Escudo- me decía el bastardo hijo de medio troll, mientras trataba de zafarme de mis captores
–no disfraces esto como un deber, me entregas como una ofrenda, porque eres un cobarde, perdiste a tu hijo porque jamás le prestaste un poco de atención, y me culpas a mí de lo que tú nunca pudiste hacer- le dije con tal coraje que podría jurar escupí a su maldita cara
-enciérrenla en el calabozo, asegúrense de que no escape, y por su propia seguridad, asegúrense de que no tenga nada afilado cerca- fue lo último que escuche antes de que un golpe en la espalda me aturdiera.
***
Han pasado cinco días desde aquel momento, el frio no ha cesado al igual que mi odio hacia el que me condeno, la celda del calabozo tenía apenas un trozo de madera con una pequeña manta como cama, siempre he sido muy delgada y de una altura decente y ese trapo no es capaz de cubrir ni media de mí, de repente comienzo a sentir lastima por los enormes vikingos encerrados aquí, los guardias tenían prohibido hablarme, solo me daban el agua suficiente para no deshidratarme y un trozo de pan, era la prisionera de la tribu a la que habría protegido con mi vida, de repente escucho dos personas entrar a la zona de celdas, y enseguida reconozco sus siluetas.
-Astrid- dice una de ellas
–déjanos pasar si no quieres que te muestre por que adoro a Loki- amenaza la otra al guardia, quien se hace a un lado, ambas corren hacia mí.
-¿Heater?... ¿Tilda?- por primera vez en cinco días sentí algo parecido al alivio
-apenas nos dejó Estoico venir a verte, debes morir de frio- dice la chica del cabello negro y ojos verdes mientras se quita su capa y me la da, yo solo le regalo una sonrisa de lado –ayer dio la noticia en el Gran Salón-
-vaya pueblo, parece no importarle en lo absoluto, ni una voz en contra de su decisión-dijo Tilda, resoplo negando con la cabeza –tanta ironía debería ser ilegal-
-¿Qué voy a hacer?- pregunto, prácticamente sabiendo la respuesta... resignación.
-Dejaras de luchar- dice Heater y la volteo a ver con desconcierto, de todas las personas que esperaba me dijeran que luchara, ella era la primera –escucha Astrid tenemos un plan, pero necesitamos que ellos confíen en que no serás una amenaza a sus planes, te conocen, saben de tu astucia y de lo que eres capaz, el día de la llegada del Maestro Dragón el interés de todos estará en él, el tipo tiene dragones Astrid, Estoico no dejara a la suerte la vigilancia, entonces la reducirán sobre ti- dice casi a susurros
-Y ahí es cuando entramos- complementa Brutilda
-No- niego con la cabeza –si nos encuentran serán acusados de traidores, su destino sería más incierto que el mío, no podría con eso-
-Te dije que diría eso- le dice Brutila a Heater haciendo una mueca de hartazgo
-Bien Astrid, tienes dos opciones, cooperar con nosotros y hacer que esto funcione, o no cooperar y hacer el riesgo de que nos descubran mucho más alto, nosotros elegimos ya lo que queremos hacer... y tú?- dice Heater
Negando aun con la cabeza, me disponía a contestar cuando una voz interrumpe todo.
-Hermana, sabía que estarías aquí- dice con una voz gruesa Dagur –¿diciendo el último adiós?, pues despídete y largo de aquí- le dice mientras señala la puerta.
Heater me abraza –cuídate- pero aquel abrazo era más bien un disfraz mientras escondía entre mi ropa un papel, mis ojos se cruzan con los de Dagur
–no intentes nada estúpido niña- me dice, niego con la cabeza y digo segura
-llama a Estoico, quiero hablar con el- con una cara de desconcierto los tres salen de la habitación, mientras salen, Heater voltea hacia atrás para verme, habíamos luchado muchas batallas juntas, asentí con la cabeza y ella sonrió discretamente, ella lo había captado. Horas después, una silueta enorme se presentó ante mí.
-querías hablar conmigo- dijo seguro mientras se ponía frente a mi
-Sobre lo anterior, lamento mis palabras- (no lo lamentaba, ni un poco siquiera) jure proteger Berk, contra todo y contra todos, y si eso implica entregarme al Maestro Dragón... así será (no sin luchar), solo quiero pedirte un favor-
El me escucha con atención y asiente –no dejes de proteger Berk, y cuando encuentres el nido y lo destruyas (y con suerte te maten ahí), mi pueblo tendrá paz, mis amigos estarán seguros y educaras al idiota de Patán para que sea un buen líder- le digo con tanta calma y paz, que ni siquiera yo podía creer mis talentos actorales
–Así será- contesta a mi petición –tu honor es memorable- termina para irse sin mirar atrás.
Ni una sola palabra de lo dicho era verdad, lucharía, porque un Hofferson no se rinde, pero si eso no lo hacía bajar la guardia, nada lo haría.
En esa misma noche abro el pequeño trozo de papel que Heater me dio:
Astrid, asegúrate de estar en tu habitación hasta que lleguen por ti, dos guardias caídos es la señal
Así será, mi última lucha para Berk, es por mi libertad.
**Creditos de algunas frases a Vala411
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LA ÚLTIMA VALKIRIA (HICCSTRID)
FanfictionHipo al final de cuentas escapó de Berk, 10 años después la vida de Astrid termina en manos de un Maestro Dragón. ¿Podrá un amor sobrevivir a 10 años de distancia? NO SE ACEPTAN ADAPTACIONES NI "INSPIRACIONES" NI TRADUCCIONES de ninguno tipo, respe...