capitulo 58: mal entendido y...

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Estaba llegando a casa y pude ver que Am estaba en la puerta. Al verme solo corrió a abrazarme.

- Hola Am... ¿Todo bien?

- Solo... Cállate... Y deja que me quede un tiempo así...

La abracé y le concedi su perdido. Pero no tuvo mucho tiempo, ya que escuchamos la sirena de una patrulla que se acercaba.

- Mejor entremos... No queremos levantar sospechas raras o algo por el estilo...

La tomé de la mano y entramos, encendí la televisión y nos sentamos en el sillón.

- Tranquila, no estoy molesto ni nada, no te sientas mal.

- Pero te traté muy mal...

Sonreí mientras recordaba algo del pasado.

- Vamos... No es la primera (Ni la última) vez que te enojas conmigo.

Ambos nos miramos un momento seriamente y comenzamos a reír.

Seguimos hablando tranquilamente hasta que escuchamos un ruido afuera, por lo que miré seriamente los ojos de Am.

- Si la policía viene a la casa tendremos que hacer un show como la otra vez...

Pude ver que Am miró al suelo al escucharme decir eso, pero no alcanzamos a decir otra palabra después de eso por que se escucharon golpes en la puerta, y momentos después, que la abrían de golpe.
Teníamos los ojos cerrados pero sentimos unas luces en las caras y al mirar estaba la jefa Aguilar y Camil apuntándonos con armas y luces.

- A-Adam...

Camil no pudo seguir hablando al ver que Am estaba sobre mí mientras nos besabamos (fingiendo un romance o algo así) y al bajar el arma se fue corriendo.
La jefa nos miró y luego se apoyó contra la pared.

- Adam... ¿Otra vez? Hiciste que Camil se fuera...

Dejé de besar a Am apenas pude y me levanté para hablar mientras me arreglaba la ropa.

- Disculpe jefa... Pero tanto la primera vez como ahora, entró a la fuerza sin siquiera pensar que soy adolescente viviendo prácticamente con una chica y que se pueden dar estos casos... ¿De quién es la culpa? ¿De quien entra a la fuerza a una casa o de quienes disfrutan momentos íntimos en su propia casa?

Ella miró a otro lado.

- No es mi culpa que Camil se preocupara por ti en el momento en el que desapareciste.

Miré a Am.

- Ve a tu cuarto, voy en unos minutos.

Volví a mirar a la jefa.

- Por favor... Tome asiento.

Ambos nos sentamos.

- Mire... No estoy interesado en el amor ni nada, Am lo sabe y solo es para satisfacer necesidad biológica. Lo peor que puede hacer Camil es sentir algo por mí.

- Entiendo... Pero te pido que hables con ella de esto, puede sentirse muy mal si no lo sabe viniendo de ti.

- Lo sé, pero también le ayudará que su jefa y amiga la acompañe sabiendo la situación.  Además, no esperé que viniera siendo que tiene un conejo y un perro, ambos pequeños.

- Los dejó durmiendo y abrigados, pero en fin, mejor me voy a ver como está ella... Disfruta tu noche Adam... Con permiso.

Ella se levantó y se fue a la puerta.

- Mañana vendrá alguien para arreglarte la puerta...

Luego de eso se fue sin decir más. Por lo que, luego de todo el mal entendido y problema, fui a ver como estaba Am.

- ¿Am...?

Golpee la puerta esperando respuesta, pero solo logré escuchar un frasco de vidrio romperse contra el suelo.

- ¿¡Am?! ¿Estás bien?

Golpee con fuerza la puerta pero no abría, pero al cabo de unos minutos de preocupación pude ver que se abría la puerta. Am estaba saliendo y en su brazo había una aguja.

- Adam... Ayúdame... No... Mi cuerpo...

La tomé en brazos y la recoste en la cama y le tomé la temperatura.

- Estás hirviendo... ¿Qué te hiciste?

Miré su brazo y tenía la marca de una inyección reciente, por lo que comencé a buscar lo que usó en ella misma.
Caminando sonó un crujido, el cual al revisar, era un frasco que por suerte, se podía ver la etiqueta.

- Afrodisíaco a base de concentrado de... ¿ginseng? Y no alcanzo a leer lo que dice después...

- Adam... Por favor...

- Es broma... ¿No? Tu sabes que yo no...

- Lo siento... Es solo... Por esta ocasión... Hasta que... Baje el efecto...

La miré un momento y en mi mente maldecí a todo aquel que descubriera el afrodisíaco. Luego me fijé que la pasaba mal y con sus suplicas no me quedó otra opción mas que desvestirla y apegarme a ella hasta tener relaciones íntimas... Aunque siendo sincero... Fue ella quien me quitó la ropa e hizo todo... Ya que yo no tenía ninguna intención de hacerlo (aunque no niego que llegué a disfrutarlo casi al final).

Amnesia de un psicópata Donde viven las historias. Descúbrelo ahora