Amnesia de un psicópata

capitulo 64: inicio del fin

Había comenzado el evento para la caridad, pero yo no estaba interesado en lo absoluto. La gente haciendo fila feliz para donar a quien sabe que persona... Me daba asco, pero entendía que quisieran aliviar sus corazones con falsas promesas y engañándose a si mismos pensando que por una sola buena acción se ganarán el cielo...
Pobres ilusos, no sabían que pronto serían parte de mi juego personal, en fin, mi gente estaba lista y el equipo estaba en camino para divertirnos.
Al llegar llegamos con maletines de oficina, donde teníamos nuestras armas, pero con las máscaras ya puestas (algo parecido al juego payday2) aunque el sigilo se lo dejamos a ellos, ya que para nosotros, la acción contra policías y juegos con rehenes era el evento principal.

- Todos con máscaras, quiero que esto sea de lo mejor, pero recuerden la regla, dejen civiles vivos, nuestra prioridad es mantener ocupados a los guardias y polis para divertirnos con un grupo de rehenes, y de paso, nos llevamos dinero para financiar nuestro arte.

El equipo empezó a entrar, por mi parte me quede en la entrada mirando al vacío, mientras los demás caminaban tranquilos hacia los guardias presentes, los cuales eran pocos, hay que decirlo. Y aunque ellos estaban temerosos de nuestros actos no desenfundaron sus armas, solo logre ver que uno de ellos mandaba un mensaje con su comunicador. Luego de eso, todos me miraron esperando mi orden, yo con las manos al frente tomadas de las manos, dejé caer el maletín, el cual se abrió dejando a la vista el arma de fuego junto con unas cuantas cosas más y activando una explosión que emitió un sonido mudo. (era una bomba PEM que logré silenciar evitando que sonara de una forma horriblemente fuerte)

- Que inicie una nueva obra de arte.

Tras mis palabras, el equipo abrió sus maletines sacando sus propias armas y apuntando tanto a civiles como a guardias para que dejaran toda arma en el suelo y se rindiera. Los civiles comenzaron a quedarse de rodillas, otros pocos gritaron de terror, pero los guardias y policías levantaron sus armas y gritaron que nos entregáramos... Cosa muy estúpida de su parte, por lo que, abriendo mi propio maletín, saqué dos desert's eagles y les disparé sin dudar. 

Luego de que los cuerpos fríos y sin vida de los policías estuvieran en el piso, miré a los civiles mientras inclinaba la cabeza hacia el lado derecho, casi como si estuviera preguntando algo. Las personas solo se aterraron aún más.

- ¿Asustados?

Por dentro estaba sonriendo de emoción, ya que había pasado un tiempo desde que pude... ¿cómo decirlo? dialogar... Con quienes serían parte de mi arte...
Era hermoso, la gente aterrada, policías muertos (aunque tampoco era la idea matarlos... pero bueno, eran ellos o nosotros) todo a mi merced. Estaba excitado, era tanto que tuve que sentarme por un momento.

- Todos, de rodillas y en grupos.

Mi gente tomó rehenes y agrupó a la gente como dije, no fue difícil ya que el miedo a la muerte los vuelve mansos como perros...
Se escuchaban gritos de miedo mientras Am llevaba a las personas a distintas partes, todos amarrados y con paños en la boca para evitar que hablaran.
Habían muchos grupos... Unos 12 en total, y aunque no era mi intención matarlos a todos, si que usaría algunos para mi arte... Una vez que me calmé de tanta emoción que sentía, pude levantarme con la mente fría para seguir y dar mis ordenes.

- Saquen a 4 hombres y 4 mujeres, los 8 en fila frente a mi... Quiero jugar y tomarme mi tiempo.

Am y Marco tomaron del brazo a las respectivas personas, y una me pareció demasiado peculiar... Unos ojos verdes, rasgos finos y un cabello liso me recordó a mi madre... Miles de recuerdos vinieron en ese momento a mi mente, recordándola mientras reía... o hacía cosas tan simples... 
Debo admitir que me llegó a salir una lágrima... Pero no duró mucho, ya que volví a donde estaba, viendo a una desconocida parecida a mi difunta madre... ¿qué se supone que haría ahora? no podía matar a quien se parece a mi madre... era como matarla por segunda vez...

- Ella no, tiene algo que no me deja hacerle daño... Busquen a otra, y esos dos de la derecha tampoco, no se ven de animo para el arte.

Indique otros dos para que no se notara tanto... Pero al menos 3 personas no serían parte de mi arte, por lo que conseguí 3 más.
Del maletín que llevaba, saqué un cuchillo muy filoso y de paso un MP3, para poner música en los parlantes del lugar... (si tienes duda, puse el tema capriccio 24, del violinista niccolo paganini... ya que iba a hacer arte, no podía ser  menos que escuchando una obra de arte, ¿no?)
En fin, que de a parejas, un hombre y una mujer, los amarré desde las muñecas y los pies entre ellos, la mano izquierda de la mujer amarrada a la mano derecha del hombre, y asi con todas las extremidades en todas las parejas seleccionadas...

- Bueno, no parece la gran cosa esto que les hice, ¿verdad? no duele... no molesta... bueno tal vez un poco pero no es nada... Están así por una razón, y es simple... les pondré a todos una bomba en la boca, y dependerá de ustedes si mueren o muere la persona frente a ustedes...

Las personas se miraban llorando, intentando liberarse de las amarras...

- Les pondré un detonante que se desactivará en el momento en el que la bomba frente a ustedes se active, y es simple, pulsen el botón activando la bomba de quien tengan al frente y se salvan... pierden una mano... pero es mejor eso que morir, ¿o me equivoco?

Uno de los hombres, aterrado intentó apretar el botón de la mujer frente a él antes de poder seguir hablando y reaccioné lo más rápido posible para dispararle en la pierna y detenerlo.

- ¿Quien dijo que podían empezar a pelear por sus vidas? esa herida te la buscaste tu solo señorito... Que mal... Pero bueno, el show debe continuar.

El sudor en las personas se volvía a cada momento más y más frío, los nervios los mataba y esperaban a matarse entre ellos para sobrevivir.

- Okey... Pueden comenzar a matarse por intentar sobrevivir un día más.

Los golpes y empujones de las manos y pies atados eran aburridas pero emocionantes a la vez, ya que uno quería saber a quien matarían y quien se volvería asesino...
La primera explosión apareció, el suelo se cubrió de sangre y la emoción (junto con los gritos) comenzaron.