capitulo 36: Encuentro con un músico

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Como decía... Había salido y vi al equipo de fútbol, serca de ellos estaba Tiaren y Thomas, quienes estaban saliendo de una tienda de videojuegos... Seguramente por Tiaren, quien suele ser gamer cuando no es asesina... Por suerte al ir a verlos estaban deseosos de jugar, por lo que les dije los posibles blancos.

- Estupendo, Tiaren y yo estabamos casi desesperados por jugar.

- Muy bien, los dos tendrán que seguirlos para ver a donde van y que suelen hacer.

Miré fijamente a Thomas.

- Lleva algo para defenderte que no sea para matar, necesitamos que se cuiden los dos, Tiaren, tú ten en mano ácido suficientemente fuerte para provocar ardor intenso en la piel.

Los dos se miraron un momento y me sonrieron aceptando la petición de cuidarse.

- Cuento con ustedes.

Me retiré del lugar, confiaba en que esos dos harían su trabajo pero tuve un presentimiento de ser observado. Miré en todas direcciones buscando algo sospechoso o mínimamente curioso, pero nada, por lo que seguí caminando a casa, pero unos pasos después comencé a escuchar un metrónomo, el cual sonaba muy despacio, casi imperceptible al oído.

- Curioso...

Miré nuevamente a mi alrededor, pero esta vez buscaba cualquier cosa que emitiera algún tipo de sonido. hasta que serca mío divisé un pequeño parlante, el cual, al acercarme, pude notar que reproducía el metrónomo que escuchaba anteriormente.

- Y tú... ¿Dónde está tu dueño?

Comencé a mirarlo por todos lados buscando alguna pista, pero no había nada, hasta que en un punto el metrónomo, el cual debo decir que se estaba volviendo molesto, se apagó, pero solo se detuvo para reproducir un voz.

- Señor Freddy krueger, asesino artista, ten cuidado con lo que haces... no eres el único que tiene presas en la mira.

Quedé sin habla, aunque mi rostro no mostró reacción alguna. Lo único que hice fue dejar el aparato donde estaba y seguir caminando. Luego de unos 12 pasos me detuve nuevamente serca de un callejón.

- Señor músico, si quieres decirme algo dilo a la cara.

Recuerdo que de la sombra salió un chico delgado y larguirucho, usaba una chaqueta de cuero y a la espalda llevaba una guitarra, quien mirando tranquilo sonrió.

- Perdón por eso, pero debes entender que si te enterabas que alguien sabe de que eres un asesino en serie, que no sea de tu grupo... Pues, tenía que cuidarme en caso de que quieras callarme de forma permanente.

No me apresuré a matarlo, si tuvo ese pensamiento debe ser por que no me quería entregar, por eso mismo sonreí, me acerqué un poco y extendí mi mano para saludar, a lo que el desconocido reaccionó a responder extendiendo su mano para estrechar la mía..

- Dado que no te presentarás, lo haré yo. Mi nombre es Adam West.

- Lamento eso, me llamo Sebastian Rivera, soy músico, y para que lo sepas, soy como tú, auque nos expresamos de forma... distinta. Como supongo que ya sabes, soy torturador, los sonidos pueden ser el paraíso...

Sonreí.

- Pero también puede ser el infierno, ¿no?

- Correcto.

Saqué una pequeña agenda que tengo por culpa de Am, anoté mi número de teléfono y arranqué el papel.

- Ten esto, cuando sea el momento de que quieras aparecer frente a mi, puedes llamarme, cuando eso pase, si quieres informar o preguntar algo también puedes hacerlo.

Sebastian lo tomó con precaución... supongo que aún no confía en mí.

- Ya que fuiste tan amable conmigo supongo que lo tendré en cuenta... Sabrás de mí pronto, pero debo pedirte antes un favor.

Debo decir que eso era inesperado... Pero logró ganar mi lado curioso.

- Habla.

El sujeto se apoyó en la pared casi sin emoción.

- Una de tus presas está en mi punto de mira... ¿Podrías no matar a esa persona?

Un silencio estuvo presente por unos momentos... Pero suspiré tranquilo.

- Y... ¿Su nombre es...?

- Elías... Elías Carrera... ¿Puedes no matarlo?

Sonreí, miré al cielo y respiré ondo.

- Está bien... No lo mataré, tampoco mi gente. Además... No es bueno quitarle la presa a otro cazador... ¿No?

Unas risas salieron de Sebastian... supongo que no es mal tipo...

- Gracias por eso. En fin... Mi compañía contigo se aplazo más de lo que esperaba... Debo irme ahora.

Sebastian se marchaba... Pero lo detuve un momento diciéndole algo.

- 24 horas.

Se quedó quieto... Se volteó y me miró con cara de confusión.

- ¿Disculpa?

- Dentro de 24 horas, mi gente irá por ese grupo y los separaremos de tu presa. Quedate atento por que será tu oportunidad de jugar a tu antojo.

Se quedó quieto con cara de que estaba procesando información... Pero unos momentos después sonrió y aceptó inclinando su cabeza.

- Entiendo, "jefe". Gracias por el dato.

Amnesia de un psicópata Donde viven las historias. Descúbrelo ahora