capitulo 34: Un pequeño respiro

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Había despertado con un dolor muy fuerte en la cabeza... Marco se había pasado con el golpe, pero mientras abría los ojos la jefa Aguilar estaba intentando despertarme llorando.

- Adam por Dios, que bueno que estás bien, Camil está duchandose para dacarse la sangre .

- Ay... Jefa... ¿Qué pasó?

Comencé a tocar mi cabeza por el dolor del golpe, miré a la jefa, luego miré el suelo y la pared.

- No... ¿Qué ocurrió?

Miré los cuerpos y fingí casi vomitar, intenté pararme pero el golpe me tenía realmente aturdido.

- Adam, los demás me contaron... Vinieron personas enmascaradas y amenazaron con matar a civiles... Fuiste valiente pidiendo que fueran liberados y quedarte como rehén...

- Si los civiles se fueron entonces ¿De quién es la sangre ? ¿Qué paso con Camil y los demás?

Miré a mi alrededor fingiendo ignorancia...

- Adam, la sangre son de ellos, los terroristas que capturamos en aquel tiroteo hace tiempo...

Miré a la jefa, quien levantó su brazo izquierdo señalando los cuerpos, por lo que seguí con la mirada la mano y encontré los cuerpos rodeados de sangre, llenos de cortes y partes del cuerpo derretido aparte del rostro.

- Oh Dios mío...

Debo decir que Tiaren dejó esa grata sorpresa en los cuerpos... No esperaba que los cuerpos tuvieran tantas partes del cuerpo derretido... Fue un buen toque.

- No puedo ver esto... Por favor quiero irme de aquí.

Intenté levantarme pero el golpe me dejó más aturdido de lo que esperé, por lo que caí de rodillas, pero momentos después fui asistido por la señorita Aguilar, quien me ayudó a levantarme y a caminar hasta la parte de recepción del edificio.

- Jefa... lamento no haber hecho más... por mi culpa esos tipos murieron...

Ella me ayudo a sentarme en una de las sillas libres y se inclinó para verme a los ojos.

- No te culpo de lo ocurrido, Adam, de no ser por tu razonamiento los civiles podrían estar muertos. Su objetivo eran los presos, pero sabemos que eran capaces de matar gente inocente... Estoy orgullosa de ti por anteponer la seguridad de las personas aún dejando en peligro tu propia vida.

- Pero no pude salvar a los presos... Y arrastré a Camil con mi decisión... Si algo le hubiera pasado hubiera sido mi culpa...

- Suficiente Adam, hiciste lo que debías, si Camil te siguió con tu decisión fue por pensar que era lo correcto.

Se escuchó unos sonidos provenientes del baño, Camil había terminado de bañarse y se dirigía a nosotros ya con ropa limpia y calmada, al menos hasta que me vio.

- ¿Adam? Dios mío, Adam ¿Estás bien?

Camil comenzó a correr hacia mí preocupada... Al punto de abrazarme al llegar conmigo.

- ¿Camil?

Ella comenzó a llorar en mí, aún sabiendo que yo estaba bien... Debo decir que fingió muy bien.

- Jefa, ¿Nos puede dejar a solas por favor?

- Está bien Adam, solo... ten cuidado.

Ella se fue dejándome con Camil, quien limpiando las lágrimas de su rostro me acarició la mejilla.

- Parece que se sobrepasaron con el golpe... ¿Estás bien?

Efectivamente, el golpe aún me tenía algo mareado, pero ya era lo de menos.

- Estoy bien, ya casi no me afecta...

- Entiendo... Hablé con la jefa y me dieron permiso para llevarte a casa, asi que descansa un poco y nos iremos.

Camil fue a buscar sus cosas y mientras no estaba cerré los ojos para reponerme, en eso el pensamiento de que todo salió bien y de que Camil se incluyó en nuestro mundo me inundó por completo. La verdad no esperaba que ella se incluyera, al menos tan rápido...

- Adam, Despierta.

Camil había vuelto, tenía su bolso y una chaqueta blanca.

- Adam... ¿Estás bien? Llevas un rato ya con los ojos cerrados sin moverte...

El tiempo me paso rápido, mi pensamiento fue tan profundo que olvide lo demás, pero abrí los ojos y sonreí.

- No es nada, descuida.

Comencé a pararme lentamente, luego de eso tomé mi celular y marqué el número de Am, quien al parecer me había llamado muchas veces antes... Ok, estaba en problemas....

- ¿Am? hola...

- ¡Estás en serios problemas Adam!

Am colgó luego de gritar eso... tengo la duda... lector ayúdame, si una mujer enojada puede volverse el infierno... ¿Cuánto puede empeorar si aparte de enojada es una asesina (que de por si mata con mucho estilo) que no teme matar a sangre fría? Y si... Por esa llamada... Temo por mi vida.

- Camil...

Ella me iba a ayudar a irme por mi condición, pero me quedé sentado esperando un poco... Luego de un rato fui nuevamente a la parte donde estaban los cuerpos... Quise ver el arte una última vez antes de irme.

Amnesia de un psicópata Donde viven las historias. Descúbrelo ahora