6:00 a.m.
July acababa de despertar de un sueño algo extraño. Tomó su cuaderno favorito donde anotaba cada detalle de sus sueños, sobre todo las personas que aparecían en él. July pensó, se le hacía conocido el aspecto de aquel hombre que había conseguido enamorarla y la trataba tan bien, dijo a sí misma que trataría de recordar más tarde y que ahora debería empezar su rutina. Ya vestida y peinada decidió desayunar, su madre aún dormía, sus hermanos Jonh y Jason seguro estaban ensayando con Marcus y su banda, su padre Martin había salido de la ciudad a una granja donde se encontraba internado su tío, Daniel. Para ella, él era un completo extraño, tío Daniel vivió en su casa durante sus primeros meses de vida, luego su padre decidió que la casa era pequeña para todos e hizo que Daniel entrara en aquella costosa granja, donde atendían cada necesidad que requiriese, desde entonces Martin visitaba a Daniel todos los domingos. July había visitado a su tío un par de veces cuando era más pequeña.
Asomó su cara a través de la ventana y lo que vio, realmente la enojó demasiado y a la vez se sorprendió. Pensó qué clase de loco podría haber provocado semejante desastre en tantas casas, luego observó que dos de las casas estaban totalmente impecables, rápidamente salió de su hogar, atravesó el desastre y sin importarle la hora tocó la puerta de su viejo vecino de al lado, sabía que ese hombre estaba loco y odiaba aquel vecindario como también odiaba a Philip por la caída de hojas que ocasionaba el otoño. Nadie atendió. Estaba decidida a limpiar el desastre de su casa y refaccionar ciertas cosas que le molestaban.
Y así fue como July dejó su casa hermosa en cuestión de unas pocas horas. Ahora en el jardín delantero se podía apreciar una serie de distintas flores y plantas que decoraban el lugar y le daban estilo primaveral, encontró envases con pintura blanca y pudo hacer que su hogar luzca menos humilde. July pensó que su trabajo ya había terminado. Se sentó bajo Philip, entonces recordó su sueño, recordó lugar y situación y finalmente vino a su mente aquel hombre, pensó bastante y se dio cuenta que ese hombre, no era cualquier hombre. No era nadie más ni nadie menos que Ross Brown aquel que ella tenía en su cabeza como un chico malo, y claro, había sido él, su casa no se había afectado en lo más mínimo y sabía perfectamente que si molestaba al señor Locaccio éste se enojaría con sus padres y ellos aplicarían un severo castigo, por lo tanto si Ross al menos era inteligente había sabido manejar aquella situación. July pensaría cómo enfrentarlo o generar alguna clase de problema para él, alejó esa idea de su cabeza ya que no era ese tipo de chica, pero lo pensaría y resolvería con una ducha de agua caliente.