Julie se sentía devastada por completo, no lograba comprender lo que había pasado con Ross, primero sintió su apoyo y luego él la decepcionó.
Al levantarse de su siesta, Julie decidió que leería debajo de Philip, pero al salir, lo único que vio fue el gran pozo, o como ella pensaba "los restos de Philip, los restos de su abuelo".
El martes Julie no asistió a la escuela, lo cuál hizo que Ross se preocupara y tocara su puerta al mediodía.
- Buenas tardes señora Edwards, ¿se encuentra Julie? - la mamá de Julie saludó al chico y lo dejó esperando en la puerta mientras ella se dirigía a la habitación de su hija, quien le dijo que mo quería saber nada de él.
- Lo lamento Ross, ella no quiere verte. Dime qué necesitas y le entregaré el mensaje. -
- No importa señora, que tenga un buen día.
A la hora habitual, Julie asomó sus ojos a través de su vieja ventana, con sus famosos auriculares divisó en la casa de Ross un nuevo cartel, "¿Te encuentras bien? Me preocupas Edwards." y más atrás estaba él, saludando con su mano izquierda hacia su ventana. Julie hizo una pequeña mueca levantando sus cejas y cerró las cortinas, no quería saber nada durante esa tarde, leería un nuevo libro que había adquirido a través de Stacey quien había pasado a verla, una hora después de haber almorzado. Aquel libro se trataba sobre una chica y su perro, la chica llama Alina, tenía cáncer de ojos y estaba ciega por completo, desde los 9 años cuando diagnosticaron su enfermedad, sus padres habían llevado a casa un perro especializado para las discapacidades específicas de Alina, y él había sido su mejor amigo durante los próximos 9 años, y un día Alina debía comprar ropa para su fiesta de graduación, acompañada de su madre y Marco (el perro) quiso comprar en una tienda donde no se permitía la entrada para Marco, optaron por la opción de atar su correa al árbol y fue una mala idea porque al salir, Marco ya no estaba. Y su padre que ya había fallecio también por cáncer era quien había regalado a su hija, aquel animal que ella adoraba. Alina estaba triste, sola sin su Marco que la cuidara de los peligros en la calle. Para Alina, Marco era como si su padre hubiese reencarnado en él y ahora ya no lo tenía. Luego el libro contaba la recuperación de Alina, tanto de la pérdida como de su enfermedad.
Julie leyó el libro y al finalizar, había miles de lágrimas jugando una carrera para llegar al final de su cara, maldició a Stacey por dentro y luego pensó "es bueno para alguien que quiere llorar, o quizás suicidarse".
Salió de su habitación y sus padres no estaban, tampoco sus hermanos. Julie comenzó a sentirse demasiado mareada y decidió salir a al patio delantero de su casa a tomar aire, pero no funcionó. Desde el lunes que Julie no comía como corresponde, comenzó a temblar, finalmente sus piernas cedieron y sus ojos se cerraron, cuatro segundos después se emcomtraba tendida en el césped, estaba desmayada.