Narra Demi:
Estaba peor que una adolescente de 15 años esperando su primera cita. No podía concertarme, intenté acabar el trabajo que quedaba pero fue imposible. ¿Qué estaba haciendo esa imbécil?, que acabe ya y venga, pensé.
¿Dónde quería ir?. Encima de faltar a mi autoridad, ¿quería ordenarme?. No se lo iba a permitir. Descolgué el teléfono de mi despacho y marqué la extensión de su despacho.
- Bea: ¿Sí?.
- Demi: García, ¿acaba?. Tengo muchas cosas que hacer como para estar esperándola.
- Bea: No, no acabo. Me queda media hora, así que espere. - Dijo con un tono que se inclinaba a lo pesado.
- Demi: ¡Es una desvergonzada, García!.
- Bea: Y usted una impaciente; así que si me disculpa para no hacerla esperar más, déjeme trabajar. Ya iré yo a buscarla cuando acabe. - Me colgó.
- Demi: No creo que me haya colgado... esto no se va a quedar aquí. - Yo cada vez me enfadaba más. Me sacaba de mis casillas, tenía un control sobre mi y la odiaba por ello.
Me puse de pie, resoplando. Di un paseo por el despacho de mi mamá, la verdad es que era enorme y me entró la nostalgia. Tenía fotos con la gente de la empresa el día que ganaron el premio de "Business Year". Me fije especialmente en una que tenía solo con Bea. Se las veía felices. Había una dedicatoria en la foto que ponía, "Eres la persona a quién confiaría mi mayor tesoro, mi futuro.". Era la letra de mamá. Por lo visto amaba a Bea.
Me acerqué a los ventanales enormes que dejaban a la vista toda la ciudad. Me crucé de brazos y la pena junto con añoranza me invadió. Quería llorar, pero alguien llamó a la puerta y lo interrumpió.
- Bea: ¿Está lista?. - Dijo apoyándose en la puerta y mirándome.
Narra Bea:
La vi pensativa y triste mirando por la ventana, suponía que aunque fuera odiosa, no era fácil para ella sobrellevar esta situación. No lo era para mi, y no era mi madre la que había desaparecido.
- Demi: No se quién te crees para hacerme esperar. - Ahí estaba la Demi de siempre.
- Bea: Me agotas, de verdad.
- Demi: ¿Qué confianza son esas, García?. - Dijo arqueando una ceja.
- Bea: Perdona, mi lady. ¿Podría usted coger su fular de piel de oso magullado y seguidme a su vehículo oficial para asistir a su evento?. - Vi como Demi se aguantaba la risa y a mi se me escapó una sonrisa.
- Demi: Eres imbécil. - Dijo cuando pasó a mi lado, dirigiéndose al ascensor. Yo cerré la puerta y la seguí, me fue inevitable mirarla el culo. Yo me agarré ahí, pensé. Y se me salto la risa recordando la otra noche. - García, ¿le falta algo?, ¿de qué se ríe ahora?.
- Bea: De nada. - Se me escapa una sonrisa cada vez que la miraba.
- Demi: Empiezo a pensar que es imbécil de verdad. - A mi eso me causó más risa aún. Ella alzó los brazos en señal de, "¿y ahora de qué se ríe?", mientras su cara parecía un poema. Estábamos a la altura de la mesa de Rosi. - Rosi, tenemos que salir durante...- Dejó que yo acabara la frase.
- Bea: Un par de horas. No pases llamadas y di que no estamos, ¿vale?
- Rosi: Por supuestos, señoritas. Si me preguntan, ¿digo dónde están?.
- Demi: Eso me gustaría saber a mi. ¿García?.- Dijo mirándome.
- Bea: Di que tenemos una reunión.
- Demi: ¿Una reunión con quién?.
- Bea: Con usted misma. - Dije mientras veía su cara de incredulidad.
- Demi: ¿Qué? - Dijo frunciendo el ceño.
- Bea: Adiós, Rosi. Pasa buena tarde y gracias. - Empecé a caminar hacia al ascensor dejando a Demi atrás sin saber que hacer.
- Rosi: Adiós mi niña... digo, señoritas. - Demi encaminó mis pasos y me siguió.
En el ascensor saqué mi telefóno del bolsillo derecho, y del izquierdo el papel dónde Cara había dejado anotado su número. Le registre ante la atenta mirada de Demi, quién no decía nada. Permanecía apoyada en la pared del ascensor con los brazos cruzados.
Llegamos al parking y rompí el papel con el numero Cara, para después tirarlo a la papelera. Por primera vez en el trayecto escuché su voz.
- Demi: ¿Me va a decir de una maldita vez a dónde quiere ir, García?.
- Bea: Le dije que teníamos una cita con usted misma.
- Demi: ¡Ay, ya!, deje de decir estupideces y dígame dónde vamos.
- Bea: Es muy impaciente, a veces resulta insoportable.
- Demi: García, que muestre respeto. De las gracias que no le mande a su casa hoy por su desacato.
- Bea: ¿Vas a subir al coche o quiere esperar más?. - Ella volvió los ojos y resopló para seguir su camino y abrir la puerta del vehículo.
En el camino, arranqué la radio, nos iba a llevar unos 15 minutos llegar. Demi seguía cruzada de brazos y con el gesto torcido, no me había dirigido la palabra aún. Al poco de llegar su silencio se rompió.
- Demi: Mira estúpida, no aguanto más, me vas a decir ya mismo dónde vamos. Yo no debería estar aquí, ni confiar en ti.
- Bea: Srta. Lovato, esos modales. - Dije con tono de burla.
- Demi: Me hartó, García. Hable ya.
- Bea: Sino confiara en mi como dice, no se hubiera subido al coche, ni me estaría acompañando. Solo le pido que confíe en mi, son dos minutos, pero merecerá la pena. - Eso último lo dije mirándola a los ojos.
Habíamos llegado. Hubiera pagado por sacar una foto a la cara de Demi. Aparqué en uno de los pocos sitios que quedaban libre. Demi no podía quitar la cara de no entender nada.
-Carnegie Vanguard High School-
- Demi: García, ¿me explica que hacemos en este colegio?.
- Bea: Usted vino aquí, ¿no?. Bueno su mamá me lo contó. Ella donó mucho dinero para reconstruirlo cuando hubo esas inundaciones el año pasado.
- Demi: Sí..- Vi como la nostalgia la invadía, pero no quería verla así, no había venido por eso.
- Bea: Bueno, pues usted no fue la única que ha estudiado aquí.- Ella giró la cara para mirarme con el mismo desconcierto de antes.
- Demi: ¿A qué se refiere?.
- Bea: Si me acompaña, me gustaría presentarle a alguien.
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Pre - Juicio Final
FanfictionMe vine a Estados Unidos por una beca con mi hermana menor. Yo conseguí un trabajo in extremis en una de las mejores empresas de diseño gráfico, Art Lovato. Me cambió la vida, y ¿saben qué? mi jefa no puede ser más maravillosa, o no pudo serlo...