Estaba en medio de una sesión con un hombre que tenía problemas con su autoestima y no podía conectarme con él, había algo o alguien más específicamente rondando en mi cabeza y no me dejaba concentrarme en mi trabajo.
- El otro día una mujer se acerco a mí en un bar y me pregunto que donde había conseguido mis zapatos, me ruboricé tanto que por un momento pensé que me convertiría en la antorcha humana y no le respondí. Seguro pensó que era un grosero, pero simplemente no pude decir nada.
- ¿Has estado haciendo el ejercicio que te dije? ¿el de mirarte al espejo y decirte todas las virtudes de tu lista?
- Eso es estúpido – Guillermo en su mayoría susurraba y jugaba mucho con sus manos – nada de lo que está escrito ahí es importante.
- ¿Nada de la lista te parece importante?
- Nadie aprecia una persona que es amable o que escucha a Mozart y menos aun que tiene problemas para estar en medio de una multitud. – casi nunca me mira a los ojos, mira hacia todo el cuarto menos a mi – además no soy atractivo.
- Sabes que la belleza es subjetiva, lo que para mí es bello para otra persona no lo es. Además tienes mucha belleza en tu in…
- No me diga que soy bello en el interior, no lo soporto – a veces tenia estos raros momentos de enojo, claro que no era el enojo normal en una persona, como si le diera miedo a como reaccionaria su interlocutor a su enojo.
- Pero es cierto y eres bello por fuera también, tienes que verlo tu mismo, he ahí el porqué del ejercicio – no me cuesta nada ser paciente con Guillermo, no entiendo porque con otra persona pierdo los estribos en segundos – es para que entiendas y creas todo lo que dices. Dime una vez más que es lo que más te gusta de ti.
- Mis ojos – dice a regañadientes.
- Allí esta, tus ojos son hermosos, no son comunes y es lo que más resalta de ti cuando alguien te ve. Quizá esa chica en el bar vio tus ojos y quedo encantada y simplemente quiso seguir viéndolos.
Después de eso ya no esta tan cohibido y logro levantarle un poco el ánimo, apenas es la segunda sesión, pero tenemos mucho trabajo por delante. Lo que me tiene preocupada y en alerta máxima es la amenaza y posterior silencio de Tim, ha pasado una semana y no he sabido nada, no que lo espere, simplemente la incertidumbre de topármelo en cualquier parte me tiene tensa y de mal humor.
Aunque también está la contraparte, quizá estaba tan ebrio que ni siquiera recuerda que fue a mi casa y mucho menos lo que allí se hablo, eso sería lo mejor sin duda. Podría tener paz si no estuviera en mis pensamientos todos los días y cuando intento más intensamente no pensarlo más rápido aparece con su sonrisa arrogante. Lo odio con todo mí ser.
En un intento por llevar mis pensamientos a otra parte recuerdo la conversación que tuve ayer con Mel y vuelvo a sonreír, al final anoche fue la gran proposición y Mel ya tiene un hermoso anillo que me presumió por video llamada, era un anillo hermoso y me hacia enormemente feliz verla junto a Jeremy ver lo felices que eran, sobre todo que Mel no tuvo miedo a lo que el compromiso pedía de ella, al contrario, lo esperaba ansiosa.
Estaba empezando a planear la despedida de soltera, íbamos a tirar la casa por la ventana y no era para menos, esto era un gran acontecimiento y no pensaba cortarme en nada. Me sentía tan emocionada como si fuera mi boda.
Lo único que empañaba toda esa emoción era el hecho de saber que Tim estaría ahí toooodo el tiempo, en cada lugar, a cada momento hasta el final y probablemente sería el padrino de boda y teniendo en cuenta que yo sería la madrina… esto tenía pinta de catástrofe, al menos para mí. Pero trataba de no pensar en eso y concentrarme en lo que si era importante.
Esto era un evento demasiado importante para Mel y todo tenía que salir perfecto, definitivamente no sería yo quien le echara a perder su gran día, no señor. Así que me comportaría como una verdadera santa, empezando por este fin de semana que será la cena en celebración por su gran compromiso, allí pondría a prueba mi paciencia. Ya vería que tal me iba.
(…)
- Mamá, el sábado será la cena de Mel y Jeremy – le grite a mi madre, esa santa mujer que siempre se encontraba en la casa y que ahora era un milagro si lográbamos vernos la cara. - mañana iré a comprar el vestido y luego voy a un salón a que me dejen bonita, ¿tú que harás?
- No se… - fue su respuesta vacilante, realmente estaba empezando a molestarme su actitud, claro que tengo suficiente paciencia para ella, pero eso un día acabaría y tendríamos que hablar y lo peor del caso es que sabía que sería una tormenta. Salí del baño para enfrentarla.
- Vas a ir a la fiesta mañana ¿verdad? – trato de amarrarme bien la toalla sobre el pecho, el pelo me estila agua, pero no me importa. Me paro frente a la televisión que ella está viendo y pongo mis manos en las caderas, trato de tener una pose firme - ¿mamá?
- No seas grosera Grey, no lo sé, es mañana y no me contaste con tiempo. – se mueve hacía aun lado y hacia el otro para poder ver la televisión, me giro y la apago.
- Te lo dije desde que Mel me lo conto, pero claro, estabas tan distraída que no prestaste atención a nada de lo que decía – respiro profundamente, no tengo que perder la paciencia y es que mi enojo hacia ella va en aumento, gradualmente ha ascendido, conforme pasa el tiempo y ella no habla al respecto mas de mal humor me pongo. – dime que es lo que ocupa tu mente y tu tiempo también, al parecer.
- Grey quítate de enfrente – toma el control y la enciende, la vuelvo a apagar – hare todo lo posible para estar allí, lo prometo, ahora dame permiso.
Mas enojada de lo racionalmente posible, me giro y empiezo a avanzar a mi habitación, pero claro, cuando estoy enojada no puedo controlarme como me gustaría. Me vuelvo a parar frente a la televisión, pero esta vez no me molesto en apagarla.
- Si lo que quieres es tener este lugar para ti sola, sería mejor que me lo dijeras, así puedo buscar un lugar para mí – me ve fijamente y sé que tiene cosas por decir, pero ya le di oportunidad en otras ocasiones y no quiso tomarlas, ahora hablaré yo. – si crees que no se qué te estás viendo con un hombre y por eso te comportas como lo haces ahora, es que no saben de la inteligencia de tu hija.
- Grecia…
- No mamá, déjame hablar. No me molesta que estés saliendo con alguien, que bueno que así sea, que al fin estés dándote una oportunidad bien merecida, pero lo que me enoja es que me trates como a una niña a la que se le esconden las cosas y solo le cuentas de tu nuevo novio hasta que ya te casas la próxima semana. Eso es lo que me tiene tan enojada, tu falta tan evidente de confianza en mí. Creía que nuestra relación era más fuerte que eso.
Espero respuesta por parte de mi mamá, pero ella solo me mira fijamente y pareciera que no está aquí, ahora ni siquiera estoy segura que me haya escuchado. Esto es tan frustrante, estoy tan furiosa y yo soy una persona demasiado venenosa cuando me encuentro en una situación similar, no quiero hacer algo de lo que me arrepienta luego y mucho menos si eso implica a mi mamá. Me giro y me dirijo a mi habitación mientras la vista se me empaña, oigo que me llama, pero no es seguro responder así que sigo mi camino y cuando llego cierro la puerta con seguro.
Parece que ya es hora de volar, al fin, del nido, no me importaba vivir con mi madre a los 24 años sobre todo porque no tenía sentido vivir separadas si estábamos solas, más importante aún, no quería dejarla sola. Pero al parecer ya había sustituto para la compañía. Supongo que ya no me necesitaba.
Hora de extender las alas y emprender el vuelo, antes que me den una patada y me estrelle contra el suelo.
ESTÁS LEYENDO
Hasta Que Tu Ex Nos Separe (Terminada)
Romantik¿Que es lo que esperas cuando vas a una fiesta? Música, alcohol, baile y muchos chicos lindos. Aunque no era fan de ellas, fui a esta porque era la despedida de la universidad, estábamos a punto de graduarnos. Una celebración era lo justo y no hací...