- Te tengo pequeña serpiente –pone su mano sobre mi boca y me habla muy cerca del oído – esta vez no te vas a escapar.
Comienza a arrastrarme hacia su auto y yo me dejo llevar porque estoy asustada, realmente yo no lo conozco y bien podría ser un delincuente. Quiero gritar, patalear, luchar, pero esta vez él aprendió la lección, me tiene bien pegada a su cuerpo y con su fuerza bruta me tiene incapacitada.
- Vas a entrar y te vas a quedar con la boca cerrada, como una adulta, sin hacer alguna estupidez – me empieza a meter al auto y automáticamente pienso en pegarle y huir de nuevo, pero creo que esta vez él tiene razón y debo actuar de acorde a la situación, además si no lo dejo hablarme, él simplemente seguirá acosándome. me deja en el asiento del copiloto y al verme tan tranquila no se fía de mí, para tratar de que me dé un poco de confianza me abrocho el cinturón y me giro hacia el frente.
Rodea el auto a la carrera y se mete aun sin creer que no haya hecho algún movimiento y huido. Eso realmente me ofende, pero sé que tiene razón.
- Voy a llevarte a una cafetería, por favor no hagas la escena allí o me llevaran preso – aunque el pensamiento es tentador, ya me di cuenta que la estrategia de huir de él no funciona, es como si lo incentivara a que continuara – lo digo enserio, solo quiero tener unas palabras con usted, doctora.
- En realidad no soy doctora – digo, por qué en realidad no tengo nada que decir y es la verdad – aun no, soy licenciada porque aun no me he graduado de un doctorado.
- ¿Qué? – me ve como si estuviera loca, cuando en realidad el loco aquí es él, ¿quien anda por allí secuestrando a la gente? – era ironía, todo el mundo le dice doctor a los psicólogos.
- Bueno, pero eso depende, si ya ha cursado un doctorado pues sí, se es doctor – estoy diciendo esto solo para molestarlo – pero yo no lo soy, aun.
- Olvida lo del título – sacude la cabeza y enciende el motor del auto – y hablo enserio con lo de no armar un escándalo, solo hablemos como dos adultos.
Me dan muchas ganas de hacerle burla y sacarle la lengua delante de su cara, pero logro contenerme, no soy infantil, al menos no en mi cotidianidad, no sé qué es lo que él saca de mi, pero cerca de él estoy en un constante mal humor. Llegamos a una cafetería cerca de mi casa, ventajas de vivir donde vivo, todo está cerca. Estaciona y nos bajamos. Vamos lado a lado y me quedo esperando a que me abra la puerta de la cafetería. Y la abre, pero para que entre él y sigue sin más, si no hubiera estado preparada para sostener la puerta, se hubiera estampado en mi cara. Cuanta caballerosidad.
Empieza a caminar a la caja, supongo que a ordenar, busco una mesa para sentarme, sería demasiado incomodo pararme junto a él mientras ordena. Encuentro una mesa junto a una ventana y me siento a esperar. Me quedo viendo por la ventana, no quiero parecer que estoy ansiosa esperándolo. Cuando se sienta frente a mi veo una café en sus manos, pero nada más. ¿Por qué espere que me comprara una café a mí? Le doy una mirada asesina y empiezo a mover los dedos sobre la mesa, un reflejo de los latidos desbocados de mi corazón.
- ¿Iba a pasar un desastre si te dignabas a comprarme algo para beber? – su cara es de desconcierto.
- ¿Querías uno? – cuento a diez y no digo nada – si quieres te compro uno.
- ¿Qué era lo tan importante que tenias que decirme? – ignoro su estúpido ofrecimiento y voy al grano, mientras más rápido acabemos con esto, mejor.
- De verdad… pensé que…
- Habla de una vez – le espeto, estoy perdiendo los nervios y se irá por los aires la promesa de no hacer una escena. – o me voy.
- Está bien – comienza a jugar con su café - ¿Por qué hablaste con Eva de mi vida?
- Cuenta hasta cien – susurro entre dientes y miro el techo, buscando mi lado zen. – te diré esto, no me interrumpas y no me vuelvas a preguntar nada nunca más, no es ético, pero de igual forma no veré a ninguno de ustedes dos en mi consultorio. – tomo aire y me preparo para decir esto una única vez – Evangeline llego a mi consultorio por terapia para ti, según lo que ella me dijo, una amiga me había recomendado, cuando me hablo de ti no me dijo tu nombre real, así que por tanto, no sabía que se trataba de ti. Le dije que si se trataba de una terapia para ti, pues eras tú quien debía asistir al consultorio y por eso te llevo el otro día.
- ¿Entonces, no sabías que era yo?
- No sé porque crees que eres tan importante para mí como para acosarte o algo parecido – uno ya no puede brindar un poco de ayuda a un desconocido, por qué ya se creen el ombligo del mundo – por supuesto que no sabía que eras tú, de haberlo sabido nunca te hubiera aceptado como paciente.
Me pongo de pie porque para mí ya hemos acabado, espero que no se den más situaciones de esta índole, de hecho espero que no se de ninguna situación entre nosotros dos. Es cansado el tener que estar huyendo constantemente de él.
Sin más puntos de los que hablar, me voy y espero que no volvamos a toparnos, de un tiempo para acá lo habíamos logrado espléndidamente.
No me giro hacia atrás, no tengo por qué hacerlo, cuando acabo de salir, mi celular empieza a sonar, lo saco del bolsillo de mi pantalón, es mi mamá. Se tardo bastante en llamar.
- Hola mami – le respondo con sarcasmo, quizá me hubieran secuestrado realmente y ella hasta ahora se digna en comunicarse conmigo.
- ¿Ya vas a volver, o comerás fuera? – ¿desaparezco y ella pregunta si comeré fuera? – es que hare la cena.
- Eh… - supongo que eso es lo que hace una persona normal, salir sin pedir o informar a nadie, pero claro, ella tampoco se dio cuenta que un cuasi desconocido me tendió una emboscada en la puerta de mi casa – no te preocupes por mí, llego dentro de un rato.
- Bien cariño, te dejare algo de comida en el microondas – hace una pausa como esperando algo – con cuidado por favor y no llegues tarde, me iré temprano a dormir.
- Está bien – me parece que ninguna de las dos estamos muy habladoras – no me tardo, lo prometo.
Cuelgo y decido caminar de vuelta a casa, no estoy muy lejos y no es muy tarde. No sé porque me siento nostálgica, la conversación con Tim me dejo extraña, supongo que anhelo una pareja, alguien que me quiera de manera tan férrea. Nunca lo tuve y siempre he sido una persona que necesita amor, ese tipo de mujer soy yo y es irónico que nunca no lo he tenido.
Aunque suene extremadamente ridículo o cursi, cuando veo una pareja melosa, afloran en mi, instintos de acosadora y suspiro por el amor que se profesan, soy una fanática del amor, en todas sus manifestaciones. Y no me gusta caer en el punto donde en mi vida no hay un prospecto, solo hubo uno, pero al parecer las cosas no debían suceder.
Trato de no pensar en eso y mejor en lo que si tengo, lo cual es mucho ya de por sí, pero no se puede ser positiva todo el tiempo, mucho menos si encuentras detonantes y Tim al parecer es uno. ¿Qué puede hacer que un chico te ame tan obsesivamente como él lo hace por Evangeline? Aunque puede hacer cosas muy buenas por el ego de una chica, ciertamente no es sano para él.
¿Qué tipo de dependencia tiene él con ella? ¿Cuál es toda su historia?
- ¿Qué significo el beso?
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Hasta Que Tu Ex Nos Separe (Terminada)
Romance¿Que es lo que esperas cuando vas a una fiesta? Música, alcohol, baile y muchos chicos lindos. Aunque no era fan de ellas, fui a esta porque era la despedida de la universidad, estábamos a punto de graduarnos. Una celebración era lo justo y no hací...