- ¡Grey! – fui recibida con una explosión de entusiasmo desbordante por parte de Mel – ya estás aquí y que preciosa estas. ¡Jhosh!.
- Preciosa Mel, pero mira qué guapa estas – la toma de la mano y la hace girar. – ten cuidado o te robaran.
- Jamás lo permitiría o perdería a mi prometido – mueve la mano en donde porta un hermoso anillo - ¡estoy tan emocionada! – nos abrazamos y siento lágrimas en mis ojos, no quiero llorar ahora que Mel esta tan emocionada, pero es inevitable que me sienta sentimental.
- Vamos dentro que ya están casi todos en el comedor – cogidos del brazo nos dirigimos hacia la cocina, desde la sala se escuchaba la amena conversación y las risas. Entramos y nos reciben muchas exclamaciones y en general personas felices.
Nos sentamos en nuestros lugares correspondientes y saludamos a todos, al parecer aun están esperando a alguien, quien sabe a quién. Charlamos un rato y ante el evidente retraso o posible inasistencia por parte del invitado, las madres van por la comida a la cocina.
Sentada entre todas estas personas felices, me siento fuera de lugar, y no porque no esté feliz sino porque no estoy a la altura de su alegría, la incomodidad llega y no me gusta nada, me levanto y voy a la cocina para ayudar en algo, necesito estar en movimiento o me estresare.- ¿Nos quieres ayudar? – Karla me da una sonrisa – una par de manos extras nunca se desprecian.
Saco los vasos para llevarlos a la mesa y justo cuando estoy poniéndolos en sus lugares el timbre de la puerta suena, no me había dado cuenta de lo tensa que estaba hasta que escuche la puerta y un vaso se resbala de mis manos y se estrella en el suelo. Rápidamente corro a buscar una escoba y recogedor para limpiar el desastre, mis manos tiemblan y me odio por eso, no debo estar nerviosa por Tim.
Regreso al comedor y me paró en seco cuando lo veo allí saludando a sus padres y al resto de invitados, me cuesta trabajo respirar, estos síntomas no me gustan nada, quisiera estar allí en medio y esperar por su abrazo y beso, estoy completamente mal de la cabeza.
Sacudo la cabeza y me voy a recoger los cristales rotos ignorando que mi cuerpo prácticamente canta ante su presencia y pongo a mi mente a cantar la macarena, mejor eso que los malos pensamientos en mi cabeza.
- Grey – demasiado fácil para ser verdad, estoy en cuclillas recogiendo el ultimo cristal, si no me hubiera puesto de pie de un brinco, actuó como una mujer necesitada y desesperada, Dios. Lentamente me levanto y recojo los cristales más pequeños con la escoba y el recogedor, sin verlo muevo la cabeza en respuesta a su saludo. – me gustaría verte la cara cuando nos saludamos, no es de buena educación ignorar a las personas.
Ñi, ñi, ñi, de mala educación es poner a una persona en un aprieto frente a muchas personas, estúpido. A regañadientes y con una sonrisa falsa me doy la vuelta y trato de no mirarlo a la cara.
- Hola Tim ¿Cómo estás? – sin esperar una respuesta tomo el recogedor y me alejo para tirar los cristales, las manos me tiemblan y agarro fuertemente los utensilios para no hacer un estropicio mas grande. Cuando he acabado me quedo en la cocina un rato viendo a las mujeres trabajar y platicar animadamente.
Estoy haciendo lo que dije que no haría, estoy fastidiando todo por culpa de Tim, no, por culpa de Tim no, es mi culpa por darle tanto poder a ese tonto. Yo no soy así, yo soy fuerte y no me dejo mangonear por nadie. Enderezo la espalda y ayudo a llevar todo a la mesa, como mi prueba de fuego tomo un plato y lo pongo frente a Tim y descaradamente le sonrió, él me mira confuso, pero yo ya estoy pasando de él.
En el transcurso de la cena me suelto completamente y no me restrinjo de ninguna manera, constantemente me pongo a prueba, incluso entramos en un debate con Mel, Jeremy y Tim y me asombra descubrir que no es un tonto, es un tipo bastante inteligente, su vida amorosa es una cosa aparte. Tim constantemente me observa y yo trato de no darle importancia, cuando nos miramos me reta con la mirada, pero yo no acepto el reto, no puedo ponerme a jugar con él.- Un brindis por la pareja más extraña, pero también, más perfecta que haya existido jamás – Tim se pone de pie después de pronunciar el primer brindis y levanta su copa de champagne al aire – por los locos, digo, por los novios. – todos juntamos nuestras copas, la mía con agua naturalmente, cuando voy a llevarme la copa a los labios Tim me ve y detiene a todo el mundo y me da una sonrisa maliciosa – no se puede brindar con agua Grey. Mucho menos la madrina.
Sin pedir mi opinión va por una copa extra y la llena de champagne, para después tendérmela, la mayoría de los aquí presentes saben que no era de mi agrado ningún tipo de bebida alcohólica, pero no quería ponerme a pelear con Tim, que era lo que él quería, así que sin decir ni una palabra la tome y volvimos a entrechocar las copas. Tim me vigilaba como un águila, atento a ver qué era lo que iba a hacer, seguía retándome con la mirada y estaba tan enojada que tenía ganas de lanzarle todo el contenido de mi copa en la cara. Afortunadamente me contuve. Apenas deje que el líquido dorado tocara mis labios y rápidamente lo retire y fingí que tragaba un sorbo.
- Grey, pero si eso no es un verdadero trago, ¿no estás de acuerdo conmigo y mi brindis? – apreté la copa en mi mano y tuve miedo de romperla, así que solté el fuerte agarre, pero no conteste – si no estás de a cuerdo con mi brindis ¿por qué no haces tú uno? – aparte la mirada, me puse de pie y trate de poner mi mente en marcha para decir las palabras que sentía.
- Bueno, esta boda no me tomo por sorpresa, yo sabía que tarde o temprano esto sucedería, ustedes simplemente fueron hechos para estar juntos – juego con el borde de mi copa – son una pareja espectacular que se complementa y se aceptan tal cual son. No son la pareja perfecta, son simplemente la pareja correcta. – levanto mi copa – por la pareja correcta.
Todos me imitan y Mel viene hacia mí y me da un abrazo fuerte, me dice al oído que me quiere mucho, si ella supiera lo que estoy dispuesta a soportar por el cariño tan grande que siento por ella, me haría un altar y me volvería una santa. En esa ocasión gracias a Mel me salvo de tomar, pero sé que habrá más brindis, así que en cada choque le doy un poco duro para que se salga un poco del contenido de mi copa y así seguir simulando que si bebo de ella.
Al final acabo con mi copa vacía y ni una sola gota en mi organismo, soy un As de evitar ingerir bebidas alcohólicas, mientras los demás llevan por lo menos 3 copas y se ven bastante achispados. Me levanto y voy hacia la cocina para salir del calor extremo que está haciendo en el comedor, me sirvo un poco de agua fría y tomo un sorbo, esta deliciosa.
Cierro los ojos tratando de calmar mis emociones locas, están por todas partes y en su mayoría no son buenas, he estado tentada de saltar sobre la mesa y sacarle los ojos a Tim, no me gusta que este desafiándome constantemente y no poder hacer nada al respecto, y él lo sabe. Reposo los antebrazos sobre la encimera y dejo caer la cabeza en mis manos, me duele la cabeza y no estoy teniendo un buen momento.
Una mano se desliza entorno a mi cintura y la otra se posa en mi cabeza, me yergo y la parte trasera de mi cabeza choca con otra, Dios que dolor, creo ver estrellitas después del choque. Una voz masculina también se queja.
- Me sacaste sangre – me giro para verlo con una mano en su nariz – como duele, tienes una cabeza muy dura.
- Eso te enseñara a no acercarte a mujeres que no requieren de ti – aun con mi mal humor corro por servilletas de papel y se las entrego para que se limpie bajo la nariz – levanta la cabeza para que deje de salir la sangre.
- Pegas duro Grey – se termina de limpiar y tira las servilletas, voy por una mas – a mi no me va eso, soy más suave.
- Delicado querrás decir – le pongo la servilleta en la nariz un poco demasiado fuerte y se queja – lo siento, te dije que levantaras la cabeza un rato, con un par de segundos no basta.
Cuando trata de bajar la cabeza, la regreso a su lugar y dejo mi mano allí, Tim me mira de reojo y creo que sonríe, pero no estoy segura ya que la servilleta le tapa la boca.
Me estoy perdiendo por este chico y no quiero, no quiero por qué tengo la firme sospecha que eso no es mutuo.
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Hasta Que Tu Ex Nos Separe (Terminada)
Roman d'amour¿Que es lo que esperas cuando vas a una fiesta? Música, alcohol, baile y muchos chicos lindos. Aunque no era fan de ellas, fui a esta porque era la despedida de la universidad, estábamos a punto de graduarnos. Una celebración era lo justo y no hací...