Ojalá cuando te levantarás en la mañana sin saber cómo será tu día, esperándo lo mejor de él, con tantas buenas expectativas, te pararas a pensar, a imaginar que cabe la posibilidad que algo malo suceda. Al menos esperaba haber recibido una señal para estar atenta o prepararme de alguna forma para lo que pasaría ese día, pero eso no paso. Y llegue a ese amargo momento totalmente ciega a todo.
Doce horas antes…
Me levanto a las seis de la mañana para estar preparada para esta noche, me siento tan emocionada como si fuera mi propia despedida de soltera. Pero es que Mel es tan importante para mí y se merece esto y más. Me visto con algo cómodo y decido hacer el desayuno. Voy tarareando una canción hacia la cocina cuando me topo con mi papá saliendo del cuarto de mamá, del susto casi me caigo.
- Shh – pone su dedo sobre sus labios – tu mamá está durmiendo, vamos. – me empuja hacia la cocina.
- ¿Debo preguntar por qué estabas saliendo de la habitación de mi madre a las seis de la mañana y con el cabello revuelto? – me paro en medio de la cocina con las manos en las caderas.
- Teniendo en cuenta que yo te cubrí de un momento bochornoso al omitir que te vi a ti y a tu novio en una sesión particularmente intensa de besos en su auto, yo diría que no tienes ningún derecho a preguntar. – responde con descaro mientras se rasca la barbilla.
- ¿Me estas… chantajeando? - no sé si reír o enfadarme, esto es mucho para procesar.
- No, yo lo llamaría un apoyo mutuo, donde ambas partes son felices ya que evitan momentos y explicaciones incomodas – me pasa y se dirige al refrigerador, saca la leche y toma del envase – que noche tan calurosa, estoy sediento.
- ¿Me estas insinuando lo que creo que insinúas? – ahora sí que me ha dejado sin palabras. Y el muy desvergonzado solo sonríe - ¡Hugo! Soy tu hija y no me interesa si tú y mi mamá hacen… lo que sea que hacen.
- Era una broma, pequeña – deja el envase de leche sobre la refrigeradora y camina junto a mi – tu mamá y yo aun no estamos en ese nivel, es una mujer dura de convencer – le doy un golpe en el pecho y se ríe, luego me abraza – solo quería sostenerla mientras dormía, soñaba con hacerlo desde el primer día en que me fui, ya no soportaba pasar más tiempo estando cerca de ella y no pudiendo tocarla.
- Sé que mamá también te extrañó – se siente muy bien estar entre sus brazos, me reconforta y es como si me inyectara una dosis de amor directo al corazón – y eso era más fácil de decir que incomodarme por placer.
- Claro que no, Grey, claro que no – trato de separarme, pero él me aprieta mas pegado a él y se ríe. Como no me deja despegarme le demuestro mi amor de la manera más efectiva que se. Mordiendo. El sonido de sus quejas son música para mis oídos.
(…)
- Tim… - no me escucha, está ocupado – Tim… vamos a llegar tarde.
- ¿A quién le importa? – murmura contra mi cuello, después suspiro y siguió haciendo lo que hacía.
- ¿Cómo a quien? ¡a mí me importa! – le doy un puñetazo en el hombro – levántate, se que fue idea mía esta representación, pero ya llevamos una hora en esta posición y si no nos movemos de inmediato no voy a poder ponerme bonita para más tarde.
- Pero si tu siempre estas bonita – sus brazos me aprietan más fuerte. La representación de la que hablo, es la de nuestra primera noche juntos, aquella noche cuando nos conocimos y él se quedo dormido sobre mí: con su cabeza sobre mi pecho y sus brazos rodeándome. Quería saber lo que sentiría ahora en esta posición y fue absolutamente mejor, sobre todo porque recibía besos en el cuello cada dos por tres, me había vuelto adicta a los besos en el cuello.
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Hasta Que Tu Ex Nos Separe (Terminada)
Romance¿Que es lo que esperas cuando vas a una fiesta? Música, alcohol, baile y muchos chicos lindos. Aunque no era fan de ellas, fui a esta porque era la despedida de la universidad, estábamos a punto de graduarnos. Una celebración era lo justo y no hací...