Capítulo 4.
Hacía tiempo que no me sentía tan perdida como hoy... Me jodía reconocer esto pero... echaba de menos a Max. Lo había con seguido borrar poco a poco de todas las redes sociales en las que aún lo tenía, pero había una a la que nunca me atreví: Instagram.
Y aquí estoy, soltando suspiros de enamorada, mirando la última foto subida, examinando cada centímetro de su rostro, cada milímetro de su sonrisa, ese brillo intenso en su mirada... intentando así descifrar si se arrepentía de algo, si me echaba de menos, si como un día prometió "volvería a por mi". No sabéis lo jodidamente difícil que es olvidar a alguien por el cual sentiste tantísimo y que se llevó tanto cuando desapareció sin más de tu vida, sin la oportunidad de una despedida en condiciones. No quiero decir que no haya superado muchas cosas, a ver, ya no miraba su Twitter a cada rato, borré su número y esa última conversación en WhatsApp... y después de todo, podría decir que sí, que sentía algo de asco y odio por ese cabrón. Pero más odio me tengo a mi misma siendo cociente de que si volviera por mi, no dudaría en volver a huir de su mano.
Antes de conocerlo me solía pasar las tardes sumergida entre montones de libros de adolescentes, esos que pintan historias de amor perfectas, se podría decir que esa era la única forma que tenía de volver a encender algo de la llama que en su momento fue amor, volver a sentir algo así sin miedo a poder ser destruida.
Pero apareció él. Asegurando ser diferente, contándome anécdotas que hoy día sé que serían mentira, sacándome sonrisas a base de cosquillas o con sus comentarios narcistas. Me conquistó en un abrir y cerrar de ojos. Y pobre estúpida que cayó en la trampa más vieja ¿no?, el amor.

ESTÁS LEYENDO
La coincidencia.
Teen FictionNuestra protagonista tuvo la coincidencia de encontrarse a Marcos, el chulo de turno, un chulo que le cambiaría la vida. Ángel por su parte jugaría un papel imprescindible en ella. Pero... ¿y cuando alguien asegura conocerte pero tu no lo recuerdas...