¿Ángel o demonio?

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Capítulo 14.

(Narra Nell.)

Y así nos quedamos, él tenía su brazo derecho rodeando mi cuello, yo mi cabeza en su hombro y nuestras manos unidas.

- ¿Ves aquella casa de allí? - Rompió el silencio señalando una vieja mansión en medio de los árboles.

- Sí, la vieja mansión de los Clare. Es preciosa.

- Bueno, pues esa casa un día será nuestra. Tiene una piscina enorme, y unas vistas increíbles. Nuestro cuarto será aquél, el del gran balcón, para que Fiona se asome cada mañana y lance un gruñido de ogro feliz al sol. Y nuestros hijos...

- Eh para, para. ¿Cómo que hijos? Te quedarás embarazado tú, porque yo no.- Le interrumpí.

- Oh, con todas las veces que lo haremos alguna saldrás embarazada - me sonrojé "muy mucho". - Bueno, nuestros hijos dormirán en la de al lado, y tendrán un jardín enorme y precioso para jugar, y les reconstruiré los columpios para que jueguen con todos sus amigos.

- ¿Y tú cómo te sabes tan bien esa mansión?

- Simple, he entrado.

- Es imposible. He intentado entrar millones de veces, solo puedes con una llave, cada puerta está cerrada. Desde el portón hasta cada uno de los baños y habitaciones.

No respondió, se limitó a sacar de debajo de su camisa un collar con una pequeña llave. - La llave maestra. - Me guiñó un ojo.

- Pero ... ¿Cómo...?

El móvil de Marcos comenzó a sonar. Miró la pantalla y su mandíbula se tensó. Colgó la llamada y me besó la frente. Me abrazó tan fuerte que juro que parecía un abrazo de despedida, podía sentir el miedo en su cuerpo, pero.. ¿porqué?

(...)

*Días después en New York.*

- Gracias por acompañarme hasta aquí estúpido.- Le dije a Marcos cuando entramos en la mansión de mi padre.

- A ti por pagarme el viaje, tengo que hacer un par de cosas por aquí, así que me verás unos días seguidos.

- ¿McDonals mañana?

La coincidencia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora