La coincidencia.

Capítulo 11.

Capítulo dedicado a: Marina Zurdo Gómez.

(Narra Nell.)

- ¡Venga arriba! Quiero que limpies los baños, que laves los platos, que hagas las camas, limpies el suelo de la casa y el polvo de todas las habitaciones. Ah y también que limpies la nevera por dentro.- Dijo mi querida madre mientras levantaba mi persiana y me quitaba las sábanas de encima.

- Buenos días a ti también jo. - Respondí a la vez que pasaba mi cara contra mi suave almohada. Tan cómoda, rica e... Inexistente. Mi almohada desapareció, fruncí el ceño y chocó contra mi cara. - ¡Mamá!

-¡Arriba vaga! Hay un chico abajo preguntando por ti, date prisa o se irá.

¿Marcos? Un sentimiento se apoderó de mi estómago y estaba... feliz. Bajé corriendo las escaleras pero para mi desgracia era Max. El miedo volvió a mi, los recuerdos... Todo me invadió, y ahora no estaba Marcos para cuidarme... ¿Qué hacía aquí? ¿Porqué no me dejaba en paz? Comencé a bajar las escaleras intentando no parecer afectada. Ni siquiera mi mamá estaba cerca...

-¿Qué haces aquí?

Su respuesta fue abalanzarse sobre mi y juntar nuestros labios. Opuse resistencia, forcejeé, empujé, y mi plan A. Vino a mi mente: le escupí. No sirvió, seguía. Plan B: Le mordí todo lo fuerte que pude. Pero eso le puso aún más y me aprisionó contra la pared haciendo notoria su erección en mi vientre. Me paralicé. Eso me recordó a aquella vez que intentó violarme en mi otra casa. Plan C: dejarme llevar. Le hice creer que quería más, que me gustaba, bajando mis manos por su torso hasta llegar a tocar su erección, una vez ahí apreté fuerte sus testículos y tiré hacia abajo. Un grito de dolor salió de su garganta, en ese momento de distracción, coloqué su brazo detrás de su espalda luxandole la muñeca y sacándolo así de mi casa.