La coincidencia.

Para enamorarte de mi.

Capítulo 18.

(Narra Nell.)

- ... Y es muy raro que mi hermano te haya invitado, aunque saliese. Quizás le caíste bien. O... - me miró con una sonrisa traviesa.- le gustas. - concluyó.

Si tu supieses rubita...- pensé.

- No digas tonterías, habrá pensado que ya era hora de tratar bien a la gent...- Sonó mi celular dando entrada a una llamada telefónica.

«Pablo.» Pude leer en la pantalla, cosa que me sacó una sonrisa tonta.

- Bú. - Respondí en un inocente intento de dar miedo.

- Bú tú. - Respondió.

Salí de la habitación y me sumergí en la oscura intimidad del pasillo.

- ¿Cómo estás? - Preguntó.

- Bien, en breves iremos a dormir, ¿y tú? - Contesté mientras descansaba sobre el marco de la puerta.

- Pues no te diré que echandote de menos porque mentiría. Estoy aquí con seis chicas preciosas. - Bromeó.

- Que te cuiden bien eh.

- Descuida. Bueno cariño, te dejo que solo te he llamado para ver como estabas y para desearte buenas noches.

- Muchas gracias-  Sonreí.

- Hasta mañana. Te quiero.

- Te quiero.- Contesté colgando el teléfono.

- Sabes que no lo quieres.- Dijo un cuerpo atlético saliendo de la oscuridad del pasillo.

- Claro que lo quiero.- Respondí frunciendo el ceño.

- Vamos Nell, sabes de sobra que él nunca podrá hacerte sentir lo que yo conseguí que sintieses.

- Conseguiste que sintiese algo tan fuerte para romperlo en mil pedazos. No sé, quizás tú lo vieses como un juego Marcos, pero yo no. Ah no, que lo veías como un trabajo, es verdad. - Solté sin pensarlo.

- Nunca me lo perdonaras ¿no? - Preguntó.

- Dudo que pueda. No tienes ni idea de como me sentí.

- Entonces... Supongo que ya es hora de olvidarte.

- Sería lo mejor. Es lo que yo estoy haciendo.- Respondí sería.

- Bien. - Dijo dándose la vuelta y desapareciendo.

Cogí aire, lo aguanté por un rato y lo solté lentamente, volviendo así a la habitación.