¿Qué hacía Brooklyn en tanga en medio de la sala?¿Qué quiere, qué busca con enseñarme las nalgas? Porque está buscando algo y enseguida lo supe. Esto es un comportamiento que más que inusual o nuevo, es imposible en él. De hecho, en esos pocos segundos hasta me pasó por la mente que alguien pudo haber puesto psicodélicos en mi ensalada, sin embargo, no fue así. Brooklyn estaba allí, de carne y hueso frente a mí y en tanga, y por si eso fuera poco ahora había caminado hasta la puerta de mi habitación y se había recostado junto a ella mirándome fijamente a los ojos. ¿Qué es esto, es gay y así me lo va a decir, ofreciéndome sus nalgas?¿Por qué eso estaba haciendo verdad? Ni siquiera le sale natural hablarme con tanta coquetería. En tantos años viviendo juntos y teniendo un crush intenso con él, traté un millón de veces de descubrir si es gay e incluso me le llegué a ofrecer alguna vez que él rechazó y nunca tuve más que una leve sospecha, para que ahora, precisamente cuando por fin he encontrado a un hombre que cuando estoy con él me es suficiente y me hace sentir que no necesito a ninguno otro para ser feliz, ¿Brooklyn me salga con esto?
—Buenos calzones —le dije nervioso lo mismo que me había dicho él hacía unos días, pretendiendo que la situación que estaba sucediendo ahora era tan accidental e inocente como la anterior.
—Estoy tratando cosas nuevas —dijo él a la vez que me guiñaba un ojo.
Yo bajé la mirada y no le dije nada más, sonreí de forma incomoda pretendiendo que nada estaba pasando y caminé hacia la puerta de mi habitación queriendo entrar, encerrarme e ignorarlo. Cuando entré al apartamento había pensado también que posiblemente lo había picado alguna mosca o que se había metido alguna droga, pero cuando estuvimos uno al lado del otro le sentí un tufo a alcohol que casi podía emborracharme a mí. Puse la mano en la cerradura de mi habitación para abrir la puerta, pero en ese preciso instante Brooklyn puso la suya en mis huevos y comenzó a moverla. Me quedé inmóvil por un segundo, espantado, incómodo y confundido, pero luego saqué las palabras no se de dónde y le hablé.
—Estás borracho bro, no hagas algo de lo que puedes arrepentirte mañana.
—Solo me emborraché para tener el valor necesario para finalmente liberarme —dijo él entonces y luego eructó algo que inmediatamente identifiqué como tequila—. Y no me arrepentiré de esto porque lo he querido hacer desde hace muchísimo tiempo —continuó aún con mis huevos en su mano—. Yo también soy gay Rey, y me gustas —me confesó finalmente.
Me volteé y lo miré. Su cabello algo largo estaba desordenado y tenía algunos mechones tapándole la frente, en su mirada había algo de nostalgia y rabia combinadas con hambre de vivir. Reconozco aquel sentimiento, alguna vez antes de ser tan libremente gay lo tuve en mí también. Resultó que mis sospechas siempre fueron ciertas. El hecho de nunca haberlo visto con una mujer no era algo que había pasado por su discreción o por casualidad. Ni siquiera es bisexual, es tan gay como yo. Y no solo es eso, sino que también me dijo que le gusto. Si esto hubiera pasado antes de conocer a Eros las cosas serían tan distintas, pero no fue así. Aparté los mechones de cabello que tapaban su cara, lo tomé de la cabeza y le di un beso en la frente. Quité su mano de mi pene, lo abracé y él se echó a llorar recostado en mi hombro. No es la primera vez que alguien sale del armario conmigo, pero esta la primera vez que se me declaran al mismo tiempo y por alguna razón esta vez me sentí más cercano, supongo que vivir juntos por tanto tiempo nos hace familia aunque no compartamos ni las naranjas, ni las bananas.
—Todo estará bien —le aseguré.
—¿Puedes pasar Navidad conmigo? —me preguntó.
"Oh my God, se me olvidó Navidad" pensé. De seguro mi madre ha de estar tan molesta conmigo por no pasar las últimas cuatro navidades con ellos que ya ni me invita a la cena. Últimamente había preferido pasar las fiestas en discotecas gay y estar teniendo sexo con algún fanático cuando dieran las doce. Sin embargo, faltan ya tan poquitos días y aún no tengo ningún plan, que es posible que la pase solo este año. Brooklyn y yo vivimos juntos, salió del armario conmigo y me confesó que le gusto, pero de eso a que me agarre los huevos y ahora pasemos la Navidad juntos hay mucho trecho, las cosas han cambiado.
—Viaja a Inglaterra —le sugerí—. Aún tienes tiempo de pasar la Navidad con tu familia en Liverpool.
—Pero quiero pasarla contigo —declaró entonces casi haciendo un berrinche—. Siempre me has gustado y ahora que me atreví a decírtelo no me voy a acobardar nunca más. Pasa Navidad conmigo, es una cita, te estoy invitando a una cita.
¿Una cita en Navidad?¿Brooklyn y yo?¿Qué estaba diciendo mi roommate? En ese instante me pregunté si en ese momento Brooklyn me decía todo esto por el efecto del alcohol o porque era la realidad. Luego recordé las palabras de mi abuela Lala: "Los borrachos no mienten porque el alcohol les suelta la lengua" y me llené de terror.
—Viaja a Inglaterra en Navidad —insistí entonces.
Brooklyn suspiró y no dijo más nada, lo había rechazado ahora yo a él. Sin saña alguna y sin poder evitarlo le había pagado con la misma moneda y no me sentía bien por haberlo hecho. Me aparté de él y me encerré en mi habitación dejándolo afuera. Sin quitarme la ropa o el maletín de deportes me tiré en la cama de espaldas y me llevé las manos a la cabeza. Está pasando tanto en tan poco tiempo que en ese momento me sentí abrumado, y la realidad es que en mi estado normal, hubiese apagado mi celular, me hubiese escondido bajo la sábana y me hubiese alejado del mundo hasta sentirme mejor para evitar salir huyendo y gritando, y terminar muerto atropellado por un auto. Pero yo no estoy en mi estado normal, yo estoy en estado Eros. Así que tomé mi celular y volví a leer el mensaje que me había enviado. Pudimos no haber tenido contacto nunca más después de que huí de él en el hammam, pero él y nuestro destino lo habían puesto de nuevo en mi camino, Eros está ahora en mi celular y yo tenía la decisión de si mantener el contacto con él o no. Suspiré nuevamente, besé su foto de perfil en la pantalla de mi celular y sin haberlo planeado me abrí el pantalón y me masturbé mirando su foto y pensando en él, Eros Borges, the one that got away.
Luego de eso me quedé dormido y desperté a las dos horas con semen seco sobre mi abdomen y mi mano. Volví a mirar el mensaje y pensé en responder, pero no lo hice. Había despertado con demasiadas ansias de ver a Eros y no tenía tiempo de detenerme a escribir. Sin limpiarme me volví a cerrar el pantalón y salí apresurado. Antes de dejar el apartamento me di cuenta de que Brooklyn estaba vomitando en el baño y pensé en ayudarlo, pero todos hemos estado borrachos alguna vez y todos podemos sobrevivir solos, sin embargo, yo ya no podía sobrevivir con la duda de qué pasaría entre Eros y yo ahora. Salí del apartamento y lo llamé, no le dije casi nada en la llamada, pero sin entender porqué y sin pensarlo mucho lo cité esa misma noche, la noche del solsticio de invierno en media hora en la fuente de Buckingham, a mi criterio el lugar más hermoso y romántico de Chicago.
Cuando llegué vi la fuente sin agua ya que en invierno el agua se congela y la detienen. Pero las tinas están llenas de nieve, así como también todo sus alrededores. Es un paisaje hermoso, un campo enorme totalmente nevado del que solo salen algunas bancas de parque llenas de nieve también y la imponente fuente ya casi totalmente blanca y con luces de navidad en los árboles de alrededor. Rodeé la fuente y lo encontré, con un sombrero para el frío y los hombros de su gabardina color carne llenos de copos de nieve que suavemente estaban cayendo sobre nosotros en ese momento. Él ya estaba allí, perfecto, hermoso, inmenso e irrepetible, y estaba esperándome a mí, el momento fue sublime.
Nos miramos a los ojos y me sonrió con una emoción contenida y algo de cautela. Al igual que yo parecía que él no tenía idea de cómo actuar ahora. Yo quería correr a sus brazos como en un romance épico, pero luego de haberme comportado de forma tan infantil en el hammam, tenía miedo de ahora sí terminar espantándolo y no volverlo a ver nunca.
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La Bitácora Homosexual de Rey James Del Rey
RomanceUn jugador de dodgeball homosexual que en secreto escribe una bitácora de sexo en Wattpad donde detalla sus fascinantes y calientes encuentros y experiencias sexuales con otros deportistas y fanáticos, los pormenores de su vida promiscua, y da conse...