Desperté a eso de las nueve de la mañana sobre las sabanas blancas de nuestra cama en aquel lujoso hotel de San Luis, se suponía que era nuestro día de no activar las alarmas de despertador porque desde hacía mucho tiempo, al fin ambos podíamos dormir todo lo que quisiéramos y descansar del trajín de nuestras vidas, y juntos. Sin embargo, gracias al hecho de que estoy acostumbrado a levantarme temprano a correr desde hace ya tantos años, me fue imposible dormir después de esa hora. Eros estaba a mi lado y ambos estábamos desnudos. Me daba gracia darme cuenta de que es cierta aquella leyenda urbana de que existen personas que no se ven feas al dormir, ya que mi argentino es definitivamente una de aquellas personas. Cuando duerme se ve incluso mas guapo que cuando está despierto, tiene esa forma de dormir de lado y con la cabeza reposando en sus manos que te imaginas que tienen los príncipes y las princesas. Y es que él no es nada menos que eso: Un príncipe, pero uno de carne y hueso.
Yo estaba acostado de lado también, frente a él contemplando su cuerpo descubierto junto al mío y su pene largo, blanco y totalmente erecto que ya he hecho mío para siempre. Pasé las yemas de mis dedos a través de sus cejas negras y gruesas que me gustan tanto y que me parecen tan masculinas, y comencé a jugar con ellas. Por un momento me sentí como si más que enamorado estuviera obsesionado con él, y es que Eros me resulta total, completa e irremediablemente irresistible, hasta sus párpados cerrados al dormir me parecen sexy. Él, aún sin abrir los ojos, comenzó a reírse con aquellos dientes blancos y luminosos, y esa sonrisa tan hermosa que me desarma y en ese instante fue claro para mí que antes de ese momento yo nunca en mi vida había sentido ningún tipo de felicidad al despertar. Eros significa eso para mí, despertar feliz y con ganas de vivir. Continué haciéndole cosquillas en la cara mientras él seguía haciéndose el dormido y entre risas se negaba a abrir los ojos. Como ataque final para hacerlo despertar halé suavemente algunos de los pelos negros de sus pectorales peludos y él se quejó levemente sin dejar de reírse y abriendo los ojos. En seguida se dirigió a mi pecho y trató de hacer lo mismo conmigo como venganza, pero casi no pudo lograr su cometido.
—Tramposo, tu casi no tienes pelos en el pecho —me dijo y yo eché a reírme—. Aunque sí tienes, antes no tenías nada —observó.
—Me pediste que no me depilara —le dije entonces haciéndolo sonreír.
—Me gusta tu pecho así —afirmó luego de besarme.
Nos dimos los buenos días y nos quedamos el uno frente al otro, ambos desnudos, mirándonos sin decir más nada. Me perdí en sus ojos azules que me llevan a lo más profundo de su alma y me hacen estar seguro de cuán inmensa, intensa y abismalmente correspondido es mi amor por él y en ese momento, como si de soñar despierto se tratase, recordé cada detalle de la noche que recién habíamos tenido.
Después de bailar bajo el cielo estrellado de aquel lugar tan desolado a la orilla de la carretera, habíamos llegado a la habitación del hotel un poco antes de la media noche. Sería imposible olvidar aquella sensación de nervios incontrolables y ansias inevitables que sentía al estar por primera vez solo con Eros, el hombre más erótico del mundo, en una habitación de hotel y con una sola cama tamaño king a disposición de nuestro amor por consumar y nuestra lujuria por incinerar.
Me había sonreído al cerrar la puerta y yo había optado por sonreírle nerviosamente y sentarme sobre un sillón que está junto a la ventana para luego quedarme totalmente paralizado. De una forma u otra me daba cuenta de que por primera vez después de mi primera vez real volvía a sentirme nervioso antes de tener sexo. Como si de una forma u otra al aparecer Eros en mi vida, el hecho de hacer el amor volviera a tomar importancia y dejara de ser un simple suceso carnal o un trueque hecho con pedazos de carne que no significaba nada. El sexo ha vuelto a ser importante, el amor ha vuelto a ser importante, porque hoy día Eros es mi amor y es mi sexo, y todo lo que tenga que ver con él define cada una de mis acciones, emociones y sentimientos.
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La Bitácora Homosexual de Rey James Del Rey
RomanceUn jugador de dodgeball homosexual que en secreto escribe una bitácora de sexo en Wattpad donde detalla sus fascinantes y calientes encuentros y experiencias sexuales con otros deportistas y fanáticos, los pormenores de su vida promiscua, y da conse...