Un jugador de dodgeball homosexual que en secreto escribe una bitácora de sexo en Wattpad donde detalla sus fascinantes y calientes encuentros y experiencias sexuales con otros deportistas y fanáticos, los pormenores de su vida promiscua, y da conse...
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ESPECIAL DE SAN VALENTÍN 2019
—¿Rey los fanáticos quieren saber si ahora que Carter, el único otro jugador gay del equipo, está estrenando relación tu no estarás apunto de estrenar relación también? —me preguntó el periodista que resaltaba entre los tantos más que lo rodeaban, con su cabello largo en una cola de caballo, un traje de color chocolate brillante y una corbata amarillo neón, e hizo la pregunta a pesar de que nuestro entrenador les había pedido hacía un minuto a los representantes de la prensa que hicieran menos preguntas referentes a la vida personal de los jugadores y más sobre el torneo. El resoplido de nuestro entrenador hizo evidente que su molestia con los periodistas armados con sus micrófonos y cámaras, amontonados frente a la mesa donde estábamos sentados nosotros, seguía creciendo. Sentí también como Carter, que estaba sentado específicamente junto a mí en la mesa donde estábamos todos los miembros del equipo durante la rueda de prensa, se puso totalmente nervioso y comenzó a chocar sus talones cuando se mencionó su nueva relación.
Carter, nueva relación. No sabía, ni me interesaba demasiado si había terminado su compromiso y comenzado otro con un banquero o hasta con una mujer que lo hubiera hecho descubrir que después de tanta penetración anal ya no era gay o cualquier locura que se le pudiera ocurrir a alguien como él. Yo tenía demasiado en mi cabeza referente a lo que había pasado con Eros un par de horas antes como para preocuparme por la inestabilidad sentimental y sexual de Carter. Tenía un millón de ideas de cómo resolver el problema con mi argentino y subsanar la vergüenza que le hice pasar frente a los supuestos Elvis Presley y Marilyn Monroe en aquella capilla, sin embargo ninguna parecía tener posibilidades de funcionar. La palabra "perdón" no parecía ser suficiente y llevarlo de vuelta a Graceland para casarnos ahora sí, no era lo correcto porque aunque yo lo amo y quiero casarme y estar con él para siempre, sigo creyendo que es demasiado rápido.
Sin embargo, la sospecha de que la nueva pareja de Carter posiblemente era alguien perteneciente a mi pasado me caía como una espina que no me iba a dejar clavar. Si las cosas no se solucionaban con Eros, ya tendría con quienes descargar mi ira.
—No tengo ninguna relación —le respondí cortante y evitando mencionar a Carter o cualquier opinión sobre cualquier relación que tenga o pretenda tener. Si él y yo tenemos algo que arreglar, lo haremos en privado.
—Estás mintiendo —me acusó el periodista de forma incisiva dejándome confundido y sin palabras ante la mirada atónita de todos los presentes. En seguida mi agente, que estaba a un lado de la mesa, volteó a mirarme en busca de explicaciones que no pude darle porque no entendía que estaba pasando, era imposible que mi relación con Eros ya se hubiera hecho pública. Pasaron demasiados segundos del silencio incómodo a los murmullos hasta que el entrenador detuvo el alboroto y acusó al periodista de poco profesional y mentiroso, y volvió a pedir que regresáramos a los temas deportivos ya que ese no es el lugar para comentar sobre la vida personal de nadie. Sin embargo, el periodista no se quedó callado y siguió hablando— No estoy mintiendo. Acaban de salir unas fotos en donde Rey estaba hoy mismo en una capilla de matrimonios con un ejecutivo de Nike y este le estaba pidiendo matrimonio —declaró el hombre mostrando las fotos de Eros y yo en la pantalla de su teléfono inteligente, volviendo a activar la conmoción y los cuchicheos entre los demás periodistas, mis compañeros y staff del equipo, miembros de Nike y demás presentes en el lugar, con miradas que iban desde el cotilleo y la confusión en masa hasta la decepción e incredulidad. ¿Cómo putas sabían tan pronto que Eros trabaja para Nike?— Y no trates de negar que eres tú bajo el disfraz de Pikachu porque aún lo traes puesto —terminó diciendo aquel hombre diluyendo para mí cualquier posibilidad de salvarme y haciendo que además de juzgarme, ahora muchos también se estuvieran riendo de mí y mi outfit de nostalgia noventera.
