Marco POV
Coloqué mi pierna por encima de la otra y me recosté un poco sobre la silla. ¿Donde cojones estaba Mario?
Había quedado con él hacía casi media hora, vale que no era puntual pero podía haber avisado si no iba a...
"¡Marco!"
Mario apareció casi corriendo por la cafetería mientras rodeaba las mesas.
"¡Mario!" No dimos un abrazo y me volví a sentar. "Podías avisar de que llegabas tarde."
"Tenía miedo de que alguien me viese y me tirara algo a la cabeza."
Reí sin ganas por el comentario.
Mario ya no jugaba en el Borussia, sino en el Bayern y a la afición no le había sentado muy bien. A mi tampoco, pero era su mejor amigo y no quería meterme en su vida aunque me doliese su ida.
"¿Qué tal?" Me preguntó. "Tienes cosas que contarme, ¿no? ¿Qué tal tu nueva familia?"
"No es mi nueva familia, yo ya tengo una." Dije dandole un golpe en el hombro.
"Bueno vale. Tu padre adoptivo."
"Gilipollas."
Mario y yo reímos mientras la gente nos miraba con caras raras. Este arqueó una ceja y me incliné sobre la mesa para contarle todo.
"Franz es un gran hombre, lo poco que lo conozco... Es empresario y de los buenos, se lleva muy bien con mi madre, que es lo importante."
Lo más extraño de todo es que juraría haber visto a Franz en algún sitio.
"¿Y viven solos?"
"Con sus dos hijos, Erika y Leon."
"¿Y?" Volvió a arquear sus cejas que esta vez preguntaban por Erika. Puto Mario.
"Es una cría." Respondí. "Creo que tiene tu edad, y el hermano va a cumplir los ¿veinte?"
"Perdona que te diga pero si tiene veintidós años no es ninguna cría." Dijo Mario.
"Se comporta como tal." Contesté recordando lo de la noche anterior.
No se que le había ocurrido, cuando la vi tenía los ojos llorosos, parecía haber estado llorando.
"Osea que es una buena familia." Dijo Mario sacandome de mis pensamientos.
"Sí."
"¿Y tu padre?"
"Está bien, lo va superando poco a poco."
Mario era un gran amigo y siempre me lo había demostrado.
Nos conocimos cuando coincidimos en la selección alemana y más tarde se convirtió en mi compañero en el Borussia. Después lo fichó el Bayern y me dí cuenta que tendríamos que ser rivales, pero sabía que pasase lo que pasase siempre iba a estar ahí.
Para mi era como un hermano.
[...]
Erika POV
"¿Y como va todo por ahí?"
"Bien."
Llevaba un buen rato hablando por teléfono con Lea. Me había contado lo bien que se lo había pasado en la cena que había organizado su padre, y eso era bastante extraño en ella. Siempre intentaba ausentarse en esas reuniones pero esa noche conoció a un par de personas y parece que disfrutó de la cena. Yo en cambio le conté lo que había ocurrido con mi madre. No le dio mucha importancia e intentó levantarme el ánimo con la barbacoa que iba a preparar Erik en su casa por su cumpleaños.
"Erika tengo que colgar. Luego hablamos."
"Claro. Adiós."
Colgué el teléfono y lo dejé en la mesita al lado del sofá. Estiré el brazó y comencé a palpar el cogín del sofá intentando encontrar el mando de la televisión.
"¡Hola!"
Me giré sorprendida al escuchar una voz detrás de mi. Manuela acababa de entrar al salón cargada bolsas junto a su hija mayor Yvonne, y Marco justo detrás de ellas.
"Hola." Les saludé.
"¿Qué tal la tarde Erika?" Preguntó Manuela dejando las bolsas en la mesa.
"Aburrida." Contesté.
Noté la respiración de Marco en mi nuca. Había apoyado sus codos en el respaldo del sofá y se encontraba justo detrás de mi.
"Le estaba diciendo a Marco que tengo entradas para el Euro-Park." Dijo Yvonne sentandose a mi lado. "¿Os apetece ir? Yo no puedo y me gustaría que os llevaseis a Nico."
Miré a Marco de reojo y este devolvió la mirada.
"Son cuatro entradas, así que Leon también puede venir." Me dijo este. "¿Tienes planes para mañana?"
Negué con la cabeza y me giré para encontrarme con su sonrisa de medio lado.
"Pues entonces nos vemos mañana."
[...]
Llegamos al parque de atracciones en el coche de Marco. Puesto que teníamos las entradas compradas evitamos la cola y entramos directamente.
Nico iba agarrado de la mano de su tío que no salía de su asombro al ver todas las atracciones que tenía el parque. Leon caminaba por delante de nosotros con las manos en los bolsillos. Me apostaría cualquier cosa a que iba más ilusionado que el niño.
"Hay un juego de simulación de naves que dicen que es increíble." Soltó de pronto.
Mucho había tardado.
"¿A qué esperamos?"
Marco me adelantó y tiró de Nico hacia delante para ponerse a la altura de Leon e ir a la atracción. No sabía que era tan infantil, con lo maduro que parecía... Negué con la cabeza ante la actitud de Reus y me acerqué a su sobrino.
"Nico, ¿te vienes a ver alguna otra atracción?"
El niño inmediatamente soltó la mano de su tío y agarro la mía sin pensarselo dos veces ante el asombro de Marco.
"Estaremos en la Nube." Le dije.
No me apetecía ver a ese par con dos pistolas en la mano haciendo el payaso, así que decidí alejarme de ellos y pasar un día tranquilo, y si para hacer eso tenía que llevarme a Nico, me arriesgaría.
Pero el niño resultó ser una monada. Me lo llevé a la atracción y me subí con él. La Nube era una de las atracciones que más me gustaban cuando era pequeña así que creí que a Nico le gustaría. Y no me equivoqué, en cuanto bajamos de esta el niño me pidió volver a subirse.
Me agaché para colocarle bien la camiseta cuando vi aparecer a mi hermano y a Reus que iban riendose.
"¿Ya habéis terminado de matar marcianitos?" Pregunté vacilando.
"Para tu información no son marcianitos, y sí, hemos terminado porque Marco es muy malo." Contestó Leon riendose de Reus.
Arqueé las cejas y este se defendió.
"Lo que pasa es que tu hermano es un tramposo."
"Ya claro... Mejor dedicate a pegarle patadas al balón que eso se te da mejor."
Marco iba a contestarme cuando escuché la voz de alguien dirigirse a este y un brazo agarrando el suyo.
"Hola Marco."
Esa voz...
No podía creer lo que estaba viendo. ¿Qué estaba haciendo esta aquí?
"¿Nadja?" Logré decir.
"Erika Metlzer." Esta sonrió falsamente. "Cuánto tiempo sin verte."
"Sí..."
Y podía haber pasado más tiempo sin volver a verla.
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Vidas Cruzadas. « m.r »
Teen FictionErika deduce lo que va a ocurrir con su familia. Lo que no sabrá es que conocerá a una persona que cambiará su vida. Adiós tranquilidad, bienvenida realidad.