Erika POV
Llegamos al aeropuerto con dos horas de antelación al vuelo, por si acaso. Y nada más llegar decidimos facturar las maletas para no llevarlas encima y poder andar tranquilamente por allí sin llevar peso.
"Estoy deseando llegar, os va a encantar." Escuché decir a Marcel.
Aún no me quitaba de la cabeza que sería de mi al llegar a Ibiza. Marcel y Marco estaban acostumbrados a las cámaras pero yo no. Y prefería mantenerme al margen de todo.
"¿Ocurre algo?" Me preguntó Lea casi en susurro.
"No, nada."
No quise preocuparla por mis pensamientos y tonterías. Marcel la había invitado y yo aún quería que se lo pasase bien y se terminara de olvidar de Hummels.
Pasamos el control de seguridad y directamente entramos en el avión. La gente comenzaba a reconocer a Marco y algunas personas se acercaban a él para pedirle un autógrafo o una foto. Yo en cambio me coloqué al lado de Lea y me giré hacia la ventanilla.
Quise desentenderme de todo. Me removí en el asiento y desvié la mirada.
Durante el viaje Lea no paraba de mirarme. Me conocía demasiado bien y sabía que algo ocurría. Nada más aterrizar el avión recogimos las maletas y salimos a la puerta para coger un taxi.
"¿A qué hotel vamos?" Preguntó Lea.
"A ninguno." Contestó Marcel. "Vamos a una casa."
"¿A una casa?" Sentí un gran alivio.
Mucho mejor.
"Sí, Marco y yo llevamos años veraneando aquí, así que decidimos comprarnos una casa a pie de playa."
"Os va a encantar." Agregó Reus.
Nos metimos en el taxi y nos llevó hasta la casa de Marcel y Marco.
Era una urbanización de casas enormes, y cuando digo enormes me refiero a casas con tres o incluso cuatro plantas, con un jardín alrededor de esta, y una piscina en cada una de ellas.
Por no hablar de las vistas a la playa que tenían.
Lo que hacía el dinero...
La cosa iba mejorando, porque la urbanización solo era para residentes y prohibían la entrada a cualquier persona desconocida, así que no había ni cámaras ni paparazzis ni nada que se le pareciera.
"Bienvenidas a nuestro dulce hogar."
Lea y yo dejamos las maletas en nuestro dormitorio. Pensé que íbamos a dormir juntas pero la casa tenía cinco dormitorios y Marcel insistió en que podíamos ocupar uno cada uno. El mío se encontraba justo en frente que el de Marco.
Muy tentador pero a la vez mala idea.
"Voy a ver como está la piscina." Dijo Marcel. "Necesito un baño."
Subí al dormitorio de Lea para que me dejase un bikini, más o menos teníamos el mismo cuerpo, yo era un poco más alta que ella pero teníamos la misma talla.
Lea se puso un trikini de color negro precioso. Creo que no había visto a otra persona que le quedase tan bien los trikinis como a ella. A mi en cambio me quedaban fatal, por eso me puse uno con estampado azteca de distintos colores.
Bajamos al salón, (casi nos perdemos), y salimos al jardín donde Marco y Marcel se encontraban dentro de la piscina.
Lea y yo extendimos las toallas en el césped tumbandonos sobre ellas.
"¿Me vas a decir que es lo que te pasa?" Me preguntó Lea con voz seria. "Eras tu la que tenía ese gran entusiasmo en venir."
Estaba boca abajo con la cabeza apoyada en mis brazos.
"Ha pasado algo entre Marco y yo."
Lea se giró sobre la toalla dándole la espalda a la piscina.
"¿Qué ha pasado?"
"La noche de la cena, después del partido. Nos fuimos a su casa y nos besamos." Comencé a contar. "Todo fue muy rápido y lo peor de todo es que me gustó. Sentí ganas de más..."
"¿Y cuál es el problema?" Preguntó Lea desconcertada. "Eso no es malo."
"Que no soy como él. No soy famosa, no soy modelo, no soy cantante, no pegamos." Aquellas palabras dolían. "Marco no es para mí."
"No estoy de acuerdo." Lea tenía palabras para todos. "Sí él te besó fue por algo, le gustas, ya te lo dijo, no tienes que preocuparte ni sacar conclusiones que no son. Que sea futbolista no quiere decir que sea mujeriego, esos son tópicos. Marco es un gran chico."
"Sí, y futbolista, egocéntrico, caradura, orgulloso..."
"Y te gusta."
No me di cuenta de que nos estaban escuchando hasta que Marcel tapó el sol y cogió a Lea en peso.
"¡Ahh!" Gritó mi amiga. "¡SUELTAME!"
Marcel se la llevó al agua y en segundos se sumergieron en la piscina.
Marco se quedó un rato en el sol secandose y seguidamente se sentó en la toalla de Lea estirando las piernas y apoyando sus brazos en el césped.
"¿No te bañas?" Preguntó cerrando un ojo por el sol.
"No me apetece." Giré la cabeza hacia el otro lado.
Marco POV
La noté distante conmigo desde que la vi en el aeropuerto. Pero no lograba entender el por qué. Cuando le di la noticia de venir a Ibiza estaba ilusionada y esa mañana parecía que se le habían ido las ganas de viajar.
"Erika." La llamé.
"¿Qué?"
"¿Tan feo soy que no quieres mirarme?"
Sabía que aquel comportamiento no le gustaba, pero me encantaba hacerla rabiar.
"¿Por qué no te ahogas en la piscina?"
Me di la vuelta sobre la toalla colocandome de lado. Apoyé mi codo sobre la toalla y la cara sobre mi mano.
"Erika..." Llevé mi otra mano a su espalda. A pesar de no haber tomado mucho el sol tenía la piel morena, algo más que yo. Empecé a acariciarla de arriba abajo.
"Bañate conmigo..." Le rogué.
Giró la cabeza y me miró.
"No hagas eso."
"¿El qué?"
Se incorporó de golpe y apartó mi mano de su espalda. Se sentó en la toalla y abrazó sus rodillas como si fuese una niña pequeña.
"Eres una quejica, te molesta todo." Le reproché.
"Me molesta que lo hagas tu." Corrigió mientras se giraba hacia mi. "Esto es una locura Marco."
"¿Se puede saber por qué?" Arqueé las cejas. "¿Diferencia de edad? ¿Que tu padre y mi madre estén juntos? ¿Que estemos en el mismo club?
"Que seas famoso y yo no."
"¿Quieres ser famosa?"
Erika inclinó la cabeza molesta.
"No quiero acaparar portadas ni salir en la televisión. Quiero mantenerme al margen de todo." Supiró. "No soy como tu, ni como las novias de los demás, no soy modelo, ni cantante ni..."
Aparté un mechón de su pelo y lo coloqué detrás de su oreja.
"No necesito ninguna modelo ni ninguna cantante si te tengo a ti."
Me incliné sobre ella y la besé.
"Eso ha sonado muy cursi." Contestó entre beso y beso.
"Pero ha quedado bien."
Reprimió una carcajada y miré de nuevo sus labios.
Aquella niña me iba a volver loco.
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Vidas Cruzadas. « m.r »
Teen FictionErika deduce lo que va a ocurrir con su familia. Lo que no sabrá es que conocerá a una persona que cambiará su vida. Adiós tranquilidad, bienvenida realidad.